La Iniciación De La Economía Marxista - Mandel
Enviado por l.s.p.c • 30 de Junio de 2013 • 1.845 Palabras (8 Páginas) • 465 Visitas
El excedente social
El desarrollo de las civilizaciones está directamente vinculado al aumento de la productividad.
Mientrás la producción alcance solo para la manuntención de los productores ("trabajo necesario") no existirá la división del trabajo, ni división social. Por lo cual decimos que todos son productores y se encuentran en un mismo nivel. Por el contrario, si existe un exceso de producción puede aparecer la lucha por el reparto del mismo. Ese "trabajo excedente" es el que permite el mantenimiento de la clase dominante, osea, del sector que no tiene la necesidad de trabajar para su manuntención.
Por lo tanto, decimos que cuando el productor se dedica al trabajo necesario, produce el producto necesario y, cuando raliza trabajo excedente, produce el producto social excedente; es decir, aquella parte de la produccion, producida por la clase de los productores, pero de la que se apropia la clase dominante bajo la forma que sea (productos naturales, mercancía destinada a la venta o dinero). Cuando la clase dominante se apropia de la producción social excedente exclusivamente de dinero, ya no hablamos de "producto excedente" sino de plusvalia.
Mercancías, valor de uso y valor de cambio
Todo producto del trabajo debe tener una utilidad, debe de satifacer una necesedidad del hombre. Puede ser producido no para ser consumido inmediatamente por los proletarios o por el grupo de los privilegiados que monopolizan la riqueza, sino para ser intercambiado en el mercado, para ser vendido. La masa de los productos destinados a la venta ya no constituye una producción exclusiva de valores de uso, sino una producción de mercancías. Así pues, la mercancía es un producto que no ha sido creado para ser consumido
directamente, sino que su finalidad consiste en ser cambiado en el mercado. Podemos afirmar entonces que todo producto del trabajo posee un "valor de uso" y "valor de cambio".
Ha de poseer un valor de cambio, porque, de lo contrario, nadie la adquiriría. Sólo se compra con la intención final de consumir, de satisfacer una necesidad. Si una mercancía no presenta ningún valor de uso resulta invendible, inútil, no tiene valor de cambio, precisamente porque carece de valor de uso.
Sin embargo, todo producto que posee un valor de uso no siempre tiene un valor de cambio. Este valor de cambio le vendrá, principalmente, del hecho y en la medida de ser producido por una sociedad fundamentada en el intercambio, una sociedad que practica generalmente el intercambio.
En la base del comercio y de la práctica de mercado, se halla un grado determinado de división del trabajo. Para que unos productos no sean inmediatamente consumidos por sus propios productores, es preciso que no todos los individuos elaboren un único e idéntico género o artículo. Si en una comunidad concreta no existe una división del trabajo o ésta aparece en estado rudimentario, es evidente que no hay razón para que surja el intercambio. Por ejemplo: un productor de trigo no tendrá nada que pueda ser objeto de permuta con otro productor del mismo cereal.
Pero, desde el momento que hay división del trabajo, cuando se establece contacto entre grupos sociales que elaboran materias con un valor de uso diferente, el ejercicio del cambio puede manifestarse inicialmente, en circunstancias esporádicas con la posibilidad de una ulterior generalización. Desde aquel instante, aparecen paulatinamente junto a los productos destinados al mero consumo, otros productos creados para ser intercambiados, las mercancías.
La producción mercantil y la producción de valores de cambio han conocido su más amplia expansión en la sociedad capitalista. Es la primera sociedad histórica donde la mayor parte de la producción está compuesta de mercancías. Aunque no todo el trabajo, dentro del sistema capitalista, está proyectado con una finalidad comercial. Dos categorías de productos continúan siendo valores tan sólo para el uso:
- toda la producción de los campesinos para su autoconsumo en el área de las haciendas y casas rurales.
- los frutos de las labores domésticas. Aunque supone y exige un gran acopio y desgaste de energías humanas, este trabajo en el hogar produce valores de uso y no mercancías.
La aparición, luego la regulación y la posterior generalización de la producción de mercancías, ha transformado radicalmente la forma de trabajar y el modo de organización de la sociedad humana
El capital en la sociedad precapitalista
Entre la sociedad primitiva y la sociedad capitalista, se intercala un largo período de la historia de la humanidad. El marxismo define dicho período como el de la sociedad de la pequeña producción mercantil. Se trata, pues, de una sociedad que ya conoce la producción de mercancías, de bienes, no ya destinados al consumo directo de los productores sino a ser intercambiados en el mercado, pero en el cual dicha producción mercantil todavía no se ha generalizado tanto como en la sociedad capitalista.
En una sociedad basada en la pequeña producción mercantil se efectúan dos clases de operaciones económicas:
- Los campesinos y los artesanos que acuden al mercado con los productos de su trabajo quieren vender sus mercancías a fin de obtener dinero, medios de intercambio para adquirir otras mercancías, de cuyo valor de uso carecen, o que, para ellos, es más importante que el valor de uso de las mercancías de que son propietarios: M-D-M.
Ejemplo: TRIGO - DINERO - TELAS, o en caso contrario, TELAS - DINERO - TRIGO.
- Las personas van al mercado comprar para vender. Es un hombre
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