La Política Económica En Tiempos De Crisis 1929-1940
huihui14 de Febrero de 2014
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El retorno de la vieja política
El presidente Yrigoyen en su segundo mandato (19128-1930) ya era un hombre bordeando los 80 años de quien no podía esperarse las energías que había mostrado en su presidencia anterior luchando por la ampliación de la democracia y el sufragio. Además en los periódicos y las universidades, la censura a la administración de Yrigoyen no era menor. A la vez se sumaba un clima de convulsión ideológica alentado por las experiencias antidemocráticas en Europa. Había un grupo de nacionalistas que no solo criticaban al gobierno sino que a los políticos en general, a la democracia. Entre ellos se destacaba la figura de Leopoldo Lugones.
El ejército también estaba descontento con Yrigoyen por el manejo político de los ascensos en las Fuerzas Armadas y las reticencias hacia el gasto en material bélico que para los militares era desconcertante.
La sensación de la crisis económica reforzaba el descontento hacia el gobierno y hacía impensable una reacción popular adversa al golpe.
El golpe de 1930 fue el primero de una larga serie que se prolongaría por medio siglo. En el exterior ya habían surgido las experiencias no democráticas en los totalitarismos de Stalin y Mussolini.
Las opiniones de gobierno de las facciones militares eran conflictivas: por una parte justo quería una “legalidad sin Yrigoyen” y por otra parte Uriburu pretendía una reemplazar el sistema de partidos por uno de representación corporativa, a la manera italiana. El sueño del presidente de facto no se concretó. En las elecciones de 1931 por la impugnación de la fórmula de Alvear motivó la abstención radical despejándole el camino a Justo, que había formado una Concordancia con los partidos conservadores, para que accediera a la presidencia.
Justo tampoco necesito más legitimidad que la que él mismo se asignaba por vía del “fraude patriótico” y con el tiempo las prácticas fraudulentas se fueron profundizando.
Los años 30 se cierra con la débil presidencia de Ortiz, cuya oscura elección no impidió como primer mandatario intentara un retorno a prácticas más saludables. Las repercusiones de la IIWW y la ausencia de un liderazgo capaz de marcar otros rumbos abrieron el camino al golpe de 1943, que a su vez daría el ascenso de Perón a la cumbre de poder.
UN DILUVIO UNIVERSAL: LA GRAN DEPRESIÓN
Durante la década del 20, luego de la guerra, varios países retomaron la senda de crecimiento que se había interrumpido. El comercio exterior a pasar de estar amenazado por prácticas proteccionistas, recuperó un poco su esplendor y Europa occidental de cierta forma se pudo recuperar un poco. La excepción en este caso era Inglaterra, creció poco, sufrió altas tasas de desempleo y perdió definitivamente el liderazgo económico a manos de EEUU.
El sueño americano de una democracia integral se materializaba en las creciente posibilidades de consumo de los trabajadores. El fuerte crecimiento del ingreso nacional per cápita no solo sirvió para superar a GB sino también para que millones de norteamericanos accedieran al automóvil, la radio, el cine y la a los ahorros en los bancos o en la bolsa. La bolsa fue el destino de los ahorros de ricos y no tan ricos, el clima de optimismo se reflejó en la bolsa como en ningún otro lado.
El descontrolado derrumbe de los valores de la Bolsa en 1929 fue el primer signo de los duros tiempos que sobrevendía. Entre 1929-1933 cayeron los precios de las acciones en un 80%, el producto nacional norteamericano cayó, subió la tasa de desempleo, la inversión que guiaba el crecimiento de las décadas anteriores se desplomó y la caída de la demanda y la producción fue acompañada por una deflación generalizada.
Hay dos posturas que explican la causa de la crisis del 30
Keynes dice que el volátil ánimo inversor delos empresarios tuvo una recaída en tiempos de la crisis y el descenso en la inversión se transmitió a la producción y el empleo. Otra versión que también enfatiza el papel de la demanda agregada apunta en cambio que la disminución del consumo como causante de la crisis productiva.
De acuerdo con estas explicaciones el gobierno debió aumentar los gastos públicos para fortalecer la demanda y el empleo.
La tesis monetaria acusa en cambio a la Reserva Federal , encargada de la política monetaria en EEUU, por no haber prevenido y corregido rápidamente las múltiples quiebras bancarias que generaron una contracción del crédito, impidiendo el financiamiento normal a consumidores e inversores.
Las caídas de demanda fueron propagándose al comercio mundial. En el intento por atenuar las consecuencias dela Depresión, cada país trató de evitar la competencia de importaciones extranjeras, las naciones cuya producción dependía mucho de sus exportaciones fueron las más perjudicadas.
Este contagio depresivo también fue favorecido por el régimen de patrón oro mantenido por varios países a principios del 30. Al ligar rígidamente la actividad interna de un país con la situación internacional, los países sujetos al patrón oro sufrieron con mayor intensidad en los años de la Depresión.
REPERCUSIONES DE LA CRISIS EN UN PAIS EXPUESTO
La argentina era un país que había asumido el papel de exportador de alimentos e importador de manufacturas en el sistema de división internacional del trabajo que giraba alrededor de GB. Las exportaciones no solo eran fundamentalmente para mantener altos niveles de empleo y actividad sino que también para importar aquellos bienes que la Argentina no producía. No eran solo productos industriales de consumo sino también maquinaria y equipos para inversiones urbanas y rurales y los insumos utilizados por una industria cada vez mayor.
Problemas en la balanza de pagos de Argentina
a) El colapso del comercio mundial afectó severamente las capacidades de importaciones del país a causa de la caída de los precios de exportación. Ya en los años 20 el comercio internacional de productos primarios había mostrado cierta debilidad. A causa de las mejoras tecnológicas el aumento de la oferta fue mayor a la de la demanda generando así una tendencia a la baja en los precios de las materias primas. De esta manera aunque los precios de las importaciones también fueron afectados por la deflación generalizada, la argentina, con lo que exportaba solo podía comprar en 1933 2/3 de lo que compraba en 1929.
b) Medio siglo anterior a 1930 el país había tenido una interrupción de los flujos de capital. En 1914 debió abandonarse la convertibilidad debido a que el drenaje de divisas se hizo insostenible. En 1927, Alvear bajo las presiones de los exportadores perjudicados por la valorización del peso argentino, declaró nuevamente la convertibilidad. Hacia 1928 los capitales norteamericanos prefirieron aprovechar el aumento de las tasas de interés en su país y esta salida de capitales obligó al gobierno de Yrigoyen inaugurar un nuevo periodo de inconvertibilidad. Una vez desatada la crisis hacía improbable la obtención de nuevos préstamos.
Las dificultades para obtener financiamiento era perjudicial para argentina ya que en periodos de deflación, los acreedores se benefician a costa de los deudores pues el monto nominal fijo tienen mayor poder adquisitivo cuando os precios bajan. Para la argentina que era un deudor neto, la deflación mundial hacía más pesada la carga.
LAS PERIMERAS REACCIONES: EL CONTROL DE CAMBIOS Y LA DISCIPLINA PRESUPUESTARIA.
La argentina en 1929 todavía era uno de los países con más reserva de oro en el mundo y aunque en el mismo año se había abandonado la convertibilidad el gobierno aun recurría a esas reservas para evitar la depreciación del precio. Esta política fue seguida hasta 1933: el gobierno entregaba el oro que demandaban los importadores para sus pagos exteriores a cambio de pesos de manera que no se desplomara el signo monetario argentino, la motivación fundamental del gobierno para esta defensa del peso era por el temor a que la depreciación dificultara el pago de la deuda externa ya que el gobierno recibía sus ingresos en pesos y pagaba su deuda externa en una moneda fuerte.
Sin embargo, quienes retiraban sus depósitos en pesos estaba generando una situación de iliquidez que restringía el crédito y el normal funcionamiento de la economía. Algunos bancos comenzaron a tener problemas y el gobierno se vio obligado a emitir dinero sin respaldo. Esta medida acentuó la tendencia del peso a la depreciación y sumada al abandono del patrón por parte de Inglaterra en 1931 acentuó la inestabilidad del mercado cambiario argentino.
El gobierno podía optar por dos posiciones frente a este problema de la balanza de pagos:
1. Seguir defendiendo el peso con exportaciones de oro, acentuando la contracción del crédito
2. Soportar una depreciación cambiaria que encarecería el servicio de la deuda.
En estas circunstancias nació el control de cambios en 1931 en un intento de frenar la depreciación sin tener que achicar el crédito no perder reservas. La Comisión de Control de Cambios pasó a centralizar todas las operaciones de divisas y fijó una tasa de cambio. Los exportadores debían depositar sus acreencias en moneda extranjera en bancos especialmente autorizados y la omisión distribuía esas divisas siguiendo una lista de prioridades:
1° aseguraba a los gobiernos municipales, provinciales y nacional la moneda extranjera necesaria para sus pagos de deuda externa.
2° importaciones de materias primas y bienes de consumo indispensables
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