La Política Exterior de México hacia Estados Unidos.

Introducción

La relación entre México y Estados Unidos es de las más antiguas y trascendentales de nuestra nación. Ambos países son cada vez más interdependientes entre sí y la economía, la migración, el comercio, el narcotráfico, entre otros temas son retos que ambas naciones comparten entre sí.

Desarrollo

Pero, ¿Cómo ha hecho México para construir esta gran relación con uno de los países más poderosos del mundo, sin comprometer los intereses fundamentales de nuestra nación? En el presente ensayo revisaremos brevemente la historia reciente de la relación México- Estados Unidos y el papel que ha jugado en todo este proceso la “política de no intervención”.

En los años previos a la segunda guerra mundial las relaciones entre México y Estados Unidos se basaban únicamente en resentimientos por las guerras pasadas, todo tipo de reclamos, además de distintos temas pendientes entre ambas naciones. De hecho, en nuestro país imperaba un sentimiento anti-americanista, mientras que Estados Unidos estaba resentido por las recientes expropiaciones de algunas empresas petroleras norteamericanas.

No fue hasta que inició la segunda guerra mundial que Estados Unidos se dio cuenta del potencial aliado que tenía en México para proteger su seguridad y afinar sus estrategias, esto debido a la posición geográfica y a la gran producción de materias primas de nuestro país. México, al darse cuenta de esto, aprovechó para arreglar los problemas pendientes con Estados Unidos y después de algunas muestras mutuas de buena voluntad terminaron como aliados en materia militar, económica y política frente al resto del mundo.

Una vez terminada la guerra, la relación se basó principalmente en materia económica, ya que Estados Unidos se centró en su política exterior y en la formación de alianzas en contra de sus enemigos del este. Esto le cayó perfecto a México que buscaba estrechar relaciones económicas, pero sin involucrarse en los asuntos bélicos del vecino país del norte que pudieran poner en riesgo la seguridad al interior de nuestro país.

Ejemplo de todo esto es que a partir del fin de la guerra los distintos presidentes de México se acercaban a Estados Unidos para buscar créditos y financiamientos para sus distintos proyectos económicos, lograr beneficios arancelarios y apoyos en sus proyectos de industrialización. Sin embargo, los presidentes en turno siempre optaban por disminuir su cooperación hacia la política exterior de Estados Unidos ejerciendo una “política de no intervención” en conflictos ajenos, de esta manera México no perdió relaciones con otros países y su relación con Estados Unidos no se veía muy afectada.

A partir del los años setenta, la relación con Estados Unidos se tornó difícil, con un clima lleno de reclamos y criticas por temas del pasado. México por su parte se encerró en una postura de proteccionismo, imponiendo trabas a la inversión extranjera con el objeto de proteger la economía nacional, lo que a la larga llevó a una crisis económica. Sin embargo la interdependencia entre los mercados y la economía era evidente y afectaba a ambos países por igual.

Con la llegada a la presidencia de Carlos Salinas de Gortari finalmente la relación entre ambos países se volvió más dinámica e interdependiente, juntos empezaron a buscar solución a los temas

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