La Princesa Caramelo

La princesa caramelo

En algún lugar de un gran bosque, nació la niña mas linda de la región, tan hermosa como una blanca mariposa, irradiaba a todos con su esplendor, princesa caramelo era llamada y era la princesa del amor.

A diario jugaba y jugaba y a todos alegraba, todas sus gracias tenían perdón.

Un día de pronto entre juego y juego camino más allá de su casa, y se adentro al bosque encantado, y maravillada por lo que veía y sentía, camino por el sendero de los colores mágicos y olores fantásticos, No le importo si era de noche o de día, ella solo se guiaba por la alegría.

No iba sola, eso la hacia feliz porque a su lado siempre había seres encantados que la cuidaban y la querían.

A lo alto se escuchaba el Ulular de los búhos que le decían Uhu! Uhu! Uhu! (Bienvenida princesa caramelo, Bienvenida), y ella sonriente su mano alzaba para saludar con gracia a ese par de Búhos blancos. Luego unos pasos adelante, Oh! salto una Rana. Que con gracia le parloteaban, Croak, Croak, Croak (la cual le decían: ven salta y salta) entonces ella saltaba, siguió su camino y se encontró al Oso panzón, que día a día le silbaba una divertida canción, y ya para terminar su recorrido se encontró a una simpática palomita que con ritmo y su bastón la animaba a bailar un charleston.

A partir de ese momento la princesa a diario volvía y se refugiaba en ese mágico lugar, y detenía su andar entre dos enormes robles para reposar porque la cubrían de la lluvia y la llenaban de tranquilidad e iniciaba su recorrido cuando la luz del sol se volvía a asomar.

Hasta que un día, algo extraño sucedió, todo el bosque en silencio estaba porque la princesa no apareció. Al notar esto todos los seres encantados fueron a investigar y se dieron cuenta que algo grave acontecía porque la princesa al hospital fue a dar.

Allí le acomodaron sus huesitos de cristal porque por andar jugando se cayó de un barandal.

La princesa Caramelo fue valiente cuando le acomodaron su yesito, porque a su lado estuvieron los seres encantados que ahora son sus amigos.

Ahora solo falta esperar a que la salud vuelva a recuperar para que vuelva a salir a caminar, correr, brincar y bailar con ellos un Can Can Chan. Y colorín colorado este cuento se ha acabado.

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