La actividad de organizaciones criminales en Сolombia en el siglo 20
Enviado por CHOISO • 5 de Agosto de 2013 • Informe • 413 Palabras (2 Páginas) • 531 Visitas
Fue en los años 80 que la guerra se recrudece con la aparición de los grupos paramilitares que nacen con el auge de los carteles de la droga, como ejércitos de protección de los capos y de sus intereses: protección de cultivos, laboratorios y tráfico de la droga o destinados a amenazar y asesinar a quienes se opusieran al negocio: jueces, periodistas, políticos que en Colombia ejercían algún tipo de liderazgo en la opinión pública y denunciaban estas organizaciones criminales. Pero, es a partir de los años 90 que estos grupos crecen y se expanden por la geografía colombiana adquiriendo una dinámica propia, gracias también, a la connivencia –por acción o por omisión- con algunos sectores del ejército colombiano y arropados por terratenientes y empresarios, lo que les ha permitido multiplicarse de manera muy rápida aumentando el número de hombres y su capacidad militar.
Un movimiento social Requiere tres principios: 1. Identidad de clase; 2. Ser Oposición sobre la base de unos criterios políticos claramente definidos y unas metas a lograr; y 3. Integralidad en sus principios y metas a lograr.Tienen acción de abajo hacia arriba, de las bases. Son formas de acción colectiva y no individual. Es un gran número de personas que se hace visible en el espacio público y afecta a la sociedad, ya sea en lo local, regional o nacionalmente; que han actuado a través del desarrollo de la lucha de clases en nuestro país.
Se pude concluir que de una guerra hemos saltado a otra, sin resolver la anterior hoy cosechamos el mal de todas ellas. Un catálogo de guerras, asesinatos, masacres y exclusiones es la Colombia del siglo XX. Guerras porque somos ricos y no porque seamos pobres. Guerras porque nuestra gran tragedia es la incapacidad para compartir esa riqueza, para distribuirla equitativamente, para construir un país en la que quepan todos: campesinos, trabajadores, estudiantes, mujeres, intelectuales; es decir toda la Colombia; blanca, mestiza, negra, indígena. Un país hecho sobre la base de las exclusiones, el arrasamiento y el exterminio de lo distinto, de lo diferente, no puede jactarse de ser un país democrático. Opciones políticas diferentes a quienes han gobernado por un siglo el país han sido exterminadas, voces disidentes que plantean cambios profundos en la distribución de la riqueza han sido acalladas; trabajadores, indígenas, negros, campesinos, siguen siendo hoy despojados de sus tierras en beneficio de, narcotraficantes o políticos que las negocian en beneficio personal con multinacionales interesadas en megaproyectos en esas ricas zonas.
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