La carrera Bolívar se negó a morir
Enviado por Salome Navia • 4 de Mayo de 2019 • Apuntes • 1.080 Palabras (5 Páginas) • 175 Visitas
Antetítulo: La vía más concurrida de Medellín se convirtió en una de las más solas en menos de 10 años.
Título: La carrera Bolívar se negó a morir
Entradilla: El Salón Málaga es de los pocos negocios que se mantiene luego de 50 años llenos de transformaciones.
Por Salomé Navia González
La carrera Bolívar empezó a agonizar en 1985 cuando el Metro de Medellín inició su construcción. La Bolívar que era un conjunto de paraderos de buses, teatros de clase baja, antioqueños desempleados, chocoanos embolatados, bares de buena muerte, prenderías de toda la vida y el característico taco vehicular; poco a poco comenzó a morir.
La vía cerró para dar paso a los enormes pilares que llevarían el Metro, la estación San Antonio y su enorme plataforma implicaron más cierres. Los buses que por allí pasaban tuvieron que tomar otras rutas, y los locales poco a poco fueron cerrando. Muchos lugares se declararon en quiebra y resultaron en parqueaderos para motos, los otros migraron a la calle Caracas. Nadie quería pasar por una calle llena de huecos y arena. Entre tantas cosas, el Salón Málaga fue de los pocos que se mantuvieron en pie.
—¿Cómo era antes?
—Los buses le daban vida y movilidad a la zona, antes abríamos a las 4 de la mañana porque a esa hora empezaban a llegar a los paraderos, después nos tocaba sacar a la gente en la madrugada porque no se querían ir. Esta calle tenía vida día y noche. —comentó César Arteaga, actual dueño del Salón Málaga.
—¿Cómo cambió con la construcción del Metro?
—Las vías del Metro se convirtieron en la sombra para los asaltantes, nadie quería pasar por acá en la noche, les quitaban hasta los zapatos. Ya no había gente para abrir a las 4 de la mañana y por seguridad todos se iban a las 7 de la noche. Las ventas empezaron a bajar hasta un 50 % en el Salón.
Los casi diez años de construcción del Metro no fueron los únicos causantes del deterioro y casi muerte de la zona. En los 80 y 90 Medellín se sumerge en una guerra de mafias, los asesinatos, las amenazas y las bombas atemorizan a la ciudad, las personas salen de sus trabajos y van directo a sus casas para sentirse más seguros.
Los periódicos se llenaron de reportajes sobre la carrera Bolívar, anunciaban su muerte y su transformación. La Bolívar de aquel entonces asustaba, ya no era la calle de rebusque paisa de unos años atrás, ahora crecían las ratas de dos y cuatro patas, estaba desaliñada. Bolívar de mil novecientos noventa y tantos no se parece en nada a la de antaño, y tampoco se parece a la del siglo XXI. A Bolívar se le vino encima el rostro de la ciudad cosmopolita.
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En 1996 entra en funcionamiento el Metro de Medellín, devolviéndole algo de vida al sector, pero el estigma de la calle peligrosa nunca se fue. En 1997 el Metro inició un programa que buscaba recuperar el significado que tuvo la carrera para Medellín, promover la movilidad y el tránsito por la zona para rememorar aquel tiempo en el que fue la vía principal y más congestionada de Medellín. Pero la calle seguía sumergida en el limbo de la soledad. Los pocos bares o heladerías que quedaban tuvieron que cerrar. El Salón Málaga fue testigo de cómo el Metro se llevaba a su paso el comercio típico de Bolívar.
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