La democracia liberal

La democracia liberal

Entre la democracia de los antiguos y la de los modernos se interpone la disyunción entre titularidad y ejercicio del poder, el principio de la mayoría y la concepción del individuo-persona.

El termino liberalismo es relativamente reciente pero algunos autores como Madison, Locke y Montesquieu pueden declararse liberales, es decir, autores que sostienen la teoría del Estado limitado, el Estado liberal-constitucional.

El autor distingue tres etapas: la primera: el estado liberal que es únicamente el estado constitucional que aprisiona el poder absoluto; segundo: el estado liberal-democrático que es primero liberal (constitucional) y después democrático y tercero: el Estado democrático liberal en el que el poder popular prevalece sobre el poder limitado.

La democracia pura y simple (la de los antiguos) precede al liberalismo y este precede a la democracia moderna.

Hasta 1848, la democracia era considerada en términos negativos, pero luego con la Revolución de aquel año, Tocqueville declaro una nueva separación, en lugar de separar democracia de liberalismo, separo democracia de socialismo. Con este paso nace la liberal-democracia y una nueva antítesis entre socialismo y liberal-democracia.

Tocqueville volvía a concebir la democracia como una criatura totalmente inédita que surgía del seno del liberalismo. La democracia real, la que realmente estaba naciendo era algo distinto, era la democracia liberal.

Durante todo el siglo XIX prevalece el componente liberal, pero a medida que el sufragio se extendía el Estado liberal-democrático se transforma en el Estado democrático-liberal en el cual la balanza entre libertad e igualdad se desequilibra a favor de esta última.

El Estado justo, el Estado social, el Estado de bienestar siguen siendo el Estado constitucional construido por el liberalismo.

La superación de la democracia liberal no ha existido. Fuera del Estado democrático-liberal no existe ya democracia ni libertad.

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