La dictadura militar del General Porfirio Díaz

En este viaje al pasado, Paco Ignacio Taibo II, nos lleva a través de sus letras a la famosa Decena Trágica, este momento de la Revolución Mexicana que estuvo lleno de sangre y un sin número de traiciones que ocurrieron dentro del gobierno del Presidente Francisco Madero. El autor nos relata de forma continua los hechos ocurridos antes, durante y después del mandato del Presidente Madero, empezando por la dictadura militar del General Porfirio Díaz, el cual gobernó por treinta y cuatro años, donde una mayoría de trabajadores (rurales y obreros) y una oligarquía de fuertes rasgos aristocráticos componían la estructura política mexicana. La dictadura de Díaz se mantuvo por su auto-reelección y esto, junto a otras situaciones; como el desgaste del gobierno a través de los años y del propio liderazgo de Díaz, hizo que la situación fuera detonando en un proceso de ruptura extrema. Un régimen apoyado en la clase dominante y en una estructura visual, sin hacer cambios sustanciales a la situación de miseria del campo y de la ciudad provocó el resurgimiento de una oposición que buscaba modificar las condiciones políticas y sociales del país. Luego de numerosos levantamientos alrededor del país; en 1910, el empresario Francisco Madero logra proponer un plan para aglutinar a todas las fuerzas políticas, sociales y económicas y así conseguir un orden social nuevo donde se establezca un sistema más democrático. Según datos del autor, para principios del siglo XX, México presentaba una desigualdad social extrema, donde la mayoría carecía de salarios dignos y su contraparte se beneficiaba del Estado; en este grupo se encontraba la elite política del gobierno con Porfirio Díaz a la cabeza.

Para Taibo II, una revolución es también oportunidad para que proliferen oportunistas, demagogos y populistas, que él llama “zopilotes”, personas que haciéndose pasar por amigos de los involucrados en la revolución, prometieron vida digna para ellos.

Luego de unas elecciones fallidas y un sin número de irregularidades, la oposición logra tomar el poder y Madero se consagra como el nuevo jefe de estado. Pero el resultado no todo fue según lo planeado, ya que su “nuevo” grupo de trabajo se integraba de muchos porfiristas y las propuestas presentadas por la oposición no llegaron a cumplirse: la libre manifestación, la libre expresión, la designación de funcionarios estatales a través del voto, entre otros, ya sólo existían en las propuestas de campaña.

Madero, al ser parte de la cúpula burgués nacional desplazada por los porfiristas, no conocía la realidad de los grupos explotados por la dictadura pasada, que más que cambios políticos solicitaban cambios en la economía del país. A pesar de esto, las políticas de Madero no estaban dirigidas al grupo más necesitado que fue su principal apoyo en el golpe de estado, en cambio éste no dudo en aplicar las mismas políticas porfiristas que había combatido y el peso de las fuerzas represivas cayeron sobre los revolucionarios zapatistas que lo respaldaron en el levantamiento de 1910.

Como si esto no fuera suficiente, Madero nombró autoridades en diferentes cargos para mantener un equilibrio político, muchos de las personas elegidas habían pertenecido al gobierno de Porfirio Díaz. Con esto, el estado mexicano regresaba a punto de partida del cual había luchado tanto para salir hace poco. Esta desestabilización provocó que personajes como Mondragón, Reyes, Díaz y Huerta (los zopilotes) conspiren contra él.

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