La esencia de la Сonstitución
Enviado por bambinovamd • 20 de Septiembre de 2013 • Tutorial • 5.402 Palabras (22 Páginas) • 246 Visitas
“TEORIA DEL DERECHO”
“QUE ES UNA CONSTITUCION” (Ensayo)
L.A. Arturo Molina Dimas.
Matricula: 180010106
Antecedentes. Históricos.
El 2 de mayo de 1815. el rey Friedrich Wilhelm III prometió dar al
país una Constitución y una representación popular, pero cuando el país
hubo expulsado definitivamente. de su territorio a Napoleón faltó
vilmente a su solemne promesa. No consiguió, sin embargo, borrar del
mundo todas las huellas de la palabra dada; los acreedores del Estado,
agobiados de deudas, no se dejaban engañar tan fácilmente como los
leales súbditos de su majestad, y el 17 de enero de 1820, el rey hubo de
obligarse a no contraer nuevos empréstitos -sin oír y dar intervención a
las futuras Cortes del reino-. Esta vez, intentó cohonestar la violación
de su palabra de rey, instituyendo una Dieta provincial en cada una de
las ocho provincias prusianas. Pero estas corporaciones, que no
tardaron en caer en la impotencia más absoluta y en el más general de
los desprecios, no brindaban a los acreedores del Estado la menor
garantía, y no hubo más remedio que acudir a diversos expedientes
financieros para rehuir la necesidad de nuevos empréstitos. Aunque a
duras penas, fue consiguiéndose salir adelante, hasta que, en la década
del 30, al fundarse la Liga aduanera y abrirse las líneas ferroviarias, el
Estado prusiano se vio arrastrado a la corriente del comercio mundial-.
en las clases burguesas del país se despertaron entonces nuevas
esperanzas, que, alentadas por la muerte del viejo rey en el año 1840,
fueron a refugiarse en su sucesor, Friedrich Wilhelm IV pidiéndole que
diese, por fin, cumplimiento a la promesa de 1815 y dotase al país de
una Constitución.
Pero al nuevo rey no le corría prisa tampoco saldar la deuda de su
Padre. y aun consiguió ahogar. por espacio de algunos años, los
Primeros rumores de descontento de la burguesía. Lo que ya no estaba
al alcance de sus fuerzas era remediar la penuria financiera, que iba
Agudizándose y haciéndose cada vez más insostenible, conforme
aumentaban las necesidades del comercio moderno; el Estado militar
prusiano no era el que menos sufría de esta crisis, pues la construcción
de la red ferroviaria, inspirada en razones de táctica militar, apremiaba y
no era posible acometerla sin acudir a nuevos empréstitos. Esto hizo
que el rey, después de muchas vacilaciones, en el año 1847 se decidiese
a congregar en Berlín, formando una Dieta unificado. las ocho Dietas
provinciales con el único y exclusivo objeto de que le sacasen de sus
apuros financieros. autorizándole en primer término un empréstito de
hasta veinte millones para la construcción de la línea de la Prusia
oriental que, por razones militares, no podía seguir demorándose, y a la
que el capital privado no acudía. El rey se previno expresamente contra
el peligró de que esta Dieta unificada pudiese llegar a considerarse
como una representación del pueblo, en el sentido moderno de la
palabra, advirtiendo que entre -el Dios del cielo, de quien el tenía el
cetro, y su país, no podía interponerse una hoja de papel. Tan pronto
como hubiera fortificado el crédito del Gobierno, la Dieta unificada se
iría cantando bajito a su casa, como el jornalero después de acabada la
tarea que se le asignó, con la esperanza, si acaso, de volver a reunirse,
cuando su majestad volviese a encontrarse sin salida para sus apuros
financieros.
Pero la Dieta no se prestó a este bonito juego. Antes: de ayudar al
rey a salir del atolladero, exigió que se le garantizasen en forma. sus
derechos corporativos; exigió, sobre todo, que se le diesen. garantías
precisas documentadas de que había de ser convocada periódicamente.
sin lo cual no se prestaba a autorizar el empréstito. Y como el rey no
quiso avenirse, la Dieta, por dos terceras partes de mayoría, denegó los
créditos solicitados; de los ochenta y tres diputados de las provincias
del Este y Oeste de Prusia, sólo votaron por el empréstito dieciocho, a
pesar de que la construcción del ferrocarril era una cuestión vital para
aquellas regiones.. La Dieta no tuvo inconveniente en conjurar sobre sí
el enojo del rey, pues, como dijo con amable franqueza uno de los
miembros de la Comisión a quien recibió, el renano Hansemann, en
cuestiones de dinero no había cordialidad que valiera, y la Dieta sabia
que era el rey quien tenía que congraciarse con ella y no ella con el rey.
Hizo, pues, frente al enojo de su majestad. y sus cálculos no resultaron
fallidos. pues pocos meses después, el 6 de marzo de 1848, el rey se
mostró dispuesto a acceder a la convocación periódica de la Dieta.
Pero ya era tarde. El 18 de marzo -se levantó el pueblo de Berlín,
arrojó de la ciudad a los regimientos de la Guardia, después de una
gloriosa lucha, e impuso el rey el reparto de armas entre el pueblo.
Desgraciadamente, el proletariado triunfante no poseía la claridad ni la
madurez de juicio suficientes para tomar las riendas del Poder. Éstas
cayeron en manos de la burguesía. principalmente la de las provincias
del Rin, que era la más fuerte y progresiva. Y se formó un nuevo Ministerio,
integrado por burgueses renanos, por Camphausen, aquel
Hansemann a quien hace poco nos referíamos, y unos cuantos
aristócratas aburguesados.
El triunfo de la burguesía había sido grande, y sin embargo no las
tenía todas consigo, ni mucho menos. Había querido chamuscar a la
monarquía al fuego lento de los apuros financieros, para obligarla a
concesiones y conseguir intervención en el Gobierno; pero esto era una
cosa, y otra tenerse que tragar las castañas sacadas del fuego de una
revolución hecha por puños proletarios. El Ministerio Camphausen
-Hansemann procuró desde el primer momento excluir del reparto de
armas entre el pueblo a la clase obrera y destruir el único título jurídico
en que radicaba su poder: la revolución. Bajo la hermosa fraseología de
que había que garantizar a todo trance –la continuidad del orden
jurídico-, el Gobierno de la burguesía volvió a convocar la Dieta
unificada, para encomendarle un proyecto de bases de
...