La finquita donde yo vivía, quedaba por allá arriba en una montaña de un municipio frio del norte de Antioquia, vivíamos mi amá, mi apá y los 5 hermanos. El taita se dedicaba a ordeñar las vacas todos los días, a recoger tomate de árbol y a volia

PUEBLO PEQUEÑO, INFIERNO GRANDE.

La finquita donde yo vivía, quedaba por allá arriba en una montaña de un municipio frio del norte de Antioquia, vivíamos mi amá, mi apá y los 5 hermanos. El taita se dedicaba a ordeñar las vacas todos los días, a recoger tomate de árbol y a voliar guinche. Mi  amá se quedaba en la casa pendiente de mis hermanos y yo y de los oficios de la casa.

Como yo era el hermano mayor, los viejos me mandaban pa el pueblo a mercar. En unas de las veces que juí al pueblo, conocí a una muchacha. Era lo más de bonita y hasta nos caímos bien. La cosa se jue poniendo enserio y terminamos de novios pero ella me decía que no dijiera nada, que ella tenía novio y el verraco ese era como que muy celoso, dije que bueno, pero ella me gustaba tanto que a veces lo demostraba mucho y como era un pueblo pequeño el chisme se regó.

Del novio de ella se decía mucha cosa maluca por ahí, yo no le paraba bolas a eso, hasta que un día unos manes me cogieron a pata y me pegaron una aporriada muy verraca y me dijeron que ahí me mandaba el jefe que pa que aprendiera a meterme con lo ajeno. Después de eso, deje de ir al pueblo varios días. Cuando volví la novia mía estaba muy triste y me conto que ese otro jiqueron le había mandado matar toda la familia, y que le dijo que ella solo lo necesitaba a él. Yo todo emberracado jui y lo enfrente, le dije que como así que el quien era pues pa andar matando gente sin Dios y sin ley. El muy tranquilo me contesto que era el dueño de ese pueblo y que allá se hacía lo que el dijiera, y que por metido también iba chupar, sacó la pistola y me dio un tiro en la cabeza.

Me da mucha berriondera haber dejao a mis viejos y a mis hermanos solos, yo hice eso isque por amor, pero a la final la pelada se quedó con él y ni sintió dolor con la muerte mía. De vez en cuando me gusta ir a la casa pa ver cómo sigue todo, como pa tener un poquito de tranquilidad y saber que todo está bien.

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