La historia en el pensamiento económico de Adam Smith
Enviado por holver_2012 • 15 de Mayo de 2014 • Ensayo • 3.804 Palabras (16 Páginas) • 315 Visitas
La presencia de la historia en el pensamiento económico de Adam Smith
Por: Lic. Román Moreno Soto
Escocés, como Hume y como muchos de los principales economistas de lengua inglesa, nació Adam
Smith el 5 de junio de 1723, en Kirkaldy. Alumno de la Universidad de Glasgow en la cual fue el
maestro suyo Hutcheson, y luego de la Oxford, que por entonces había decaído mucho, volvió en
seguida a Escocia, entabló amistad con Hume, que, como era mayor, se convirtió en mentor suyo, le
hizo trabajar e inculcó sus ideas respecto a la libertad comercial. Profesor de la Universidad de
Glasgow en 1751, reemplazó al año siguiente a Hutcheson en la cátedra de Filosofía moral, y allí
actuó hasta 1794, siguiendo el extenso programa de aquella clase (teología natural, ética,
jurisprudencia, economía política y política). Al principio, se consagró especialmente a la ética, y
publicó en 1759 su famosa Teoría de los sentimientos morales, en la cual desarrolla el sistema de la
moral de la simpatía, que compitió con la utilitaria de J. Bentham y le dio reputación europea. “Desde
entonces parece ser que se propuso un trabajo enciclopédico, que comportarse a la vez la historia y
la teoría de la civilización, abrazando, en una vasta síntesis, todos los aspectos de esta última1
”. No
debía colocar nada más que dos piedras, cierto es que fundamentales, del edificio: La teoría de los
sentimientos morales fue la primera; la segunda, La riqueza de las naciones.
De esta forma, el presente ensayo tiene por objeto precisar la concepción de la historia de Adam
Smith y ver cómo está se expresó en su principal aporte al pensamiento económico: la teoría del
valor-trabajo. El ensayo se divide en tres partes: en la primera se desarrolla la concepción de la
historia en Smith, en el segundo se expone su teoría del valor-trabajo y en la tercera se presentan
algunas consideraciones finales.
La concepción de la historia en Smith
Los principios filosóficos de Adam Smith llevan el sello inconfundible del deísmo de la época de la
Ilustración. Dios es el Supremo Hacedor del universo y, en su absoluta sabiduría, ha ordenado el
mundo como si fuera un mecanismo2
1
Rene Gonnard, Historia de las doctrinas económicas, 8ª ed. Traducción de J. Campo Moreno, Madrid, Aguilar, 1967, p.
271.
, que marcha con la regularidad perfecta. La divinidad no sólo es
la expresión de la sabiduría absoluta, sino también de la bondad suma, y se propuso como fin
2
Según la concepción materialista-mecánica que sostenían Galileo, Hobbes y Descartes, la propia realidad tiene una
estructura cuantitativa, que funciona como una máquina. Esta innovación metodológica reflejaba lo que estaba sucediendo
en las ciencias naturales de la época. El siglo XVII presenció el nuevo enfoque cuantitativo de la física, que se imponía a la
vieja visión de la física como una descripción de las cualidades perceptibles de los objetos físicos; en todos los campos de la
investigación científica, la medición de cantidades junto con el descubrimiento de leyes se convirtió en el objeto central de
investigación. supremo de la creación la felicidad del hombre. “La razón puede desentrañar la economía de este
mecanismo y comenzar por él análisis del alma, que constituye una de las partes componentes del
mundo, tan vasto en sus dimensiones, como bien ordenado en sus finalidades3
”. De modo que, Adam
Smith usa la historia para desvelar el plan de Dios que, sin las intervenciones de los seres humanos,
conducirá al hombre a la riqueza y a la libertad.
Tales ideas entrarían dentro de una concepción de la historia como progreso de la humanidad que se
desenvolvería a partir de etapas o estadios, de modo que se impone una concepción providencialista
de la historia que, bajo la influencia de la física, buscaría como un objetivo central conocer los
designios divinos plasmados en las leyes naturales. Adaptarse al plan de Dios es situarse en el
camino del progreso, esta filosofía social es extraordinariamente importante, puesto que habrá de ser
la de los grandes economistas de la época clásica: -fundamentalmente- Malthus, J.B. Say y Ricardo;
que en los siglos XVIII y XIX pusieron los fundamentos de la economía política y es implícitamente
admitida aun por los economistas liberales.
La Teoría de los sentimientos morales (1759) pretende analizar las regiones recónditas del alma, para
descubrir las reglas naturales que norma la conducta del hombre. Precisa conocer aquélla, saber
cuáles son sus instintos y sus pasiones para descubrir las leyes que gobiernan el comportamiento
humano. Pero será en La riqueza de las naciones (1776) la culminación de su filosofía. En lugar de la
ley de gravitación de Newton4
, Smith puso el “interés propio”. Una sociedad que operase de acuerdo
con la ley natural, -que valía por doquier en todos los tiempos- sería un sistema de propiedad privada,
capitalista, de mercado, donde cada individuo atomístico ejercitase su “derecho natural” a buscar su
propio interés. Cada individuo egoísta, adquisitivo, promovería simultáneamente el bien social al
buscar sólo su propio bienestar, se forjan homo económicus.
Entonces, ¿Qué es, en esencia, lo que busca su conocimiento de lo histórico? Su idea básica trata de
demostrar que el capitalismo es el sistema de la libertad natural. Esta lapidaría fórmula contiene ya la
idea de que el régimen capitalista es natural y eterno, idea que Smith, por otra parte, no desarrolla, en
ningún sitio explícitamente y ex profeso, pero que está subyacente en todas partes, en su exposición,
y a veces llega a aflorar en breves y sorprendentes observaciones, con sus dos aspectos, naturalista
3
Gabriel Franco, “Estudio Preliminar”, en Adam Smith, Investigación sobre la naturaleza y causas de la riqueza de las
naciones, 12ª reimpresión. Edición de Edwin Cannan, con una introducción de Max Lerner, nueva traducción y estudio
preliminar de Gabriel Franco, México, Fondo de Cultura Económica, p. XVIII 4
Para muchos filósofos y aun para algunos de los pensadores económicos más importantes del siglo XIX, la física se
convirtió en el modelo de
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