La industrialización por sustitución de importaciones (ISI) consistía en un modelo de desarrollo para América Latina

La industrialización por sustitución de importaciones (ISI) consistía en un modelo de desarrollo para América Latina, el cual  como objetivo buscaba generar industrialización dentro de los países latinoamericanos, así disminuiría la independencia y la industria nacional podría satisfacer la demanda interna para estabilizar a los países después de la Gran Depresión de 1929.

Éste modelo sólo se implementó en los sectores urbanos, lo que hizo que miles de chilenos migraran desde el campo hacia la ciudad.

ISI se implementó por simple reacción a la crisis y sin planificación previa. La disminución de productos importados, sumando la necesidad de ellos por parte de la población, despertó a la oferta nacional. Chile y los demás países latinoamericanos tenían como objetivo reducir la vulnerabilidad de sus economías frente al comercio exterior.

En Chile, la crisis internacional provocó el derrumbe de una economía basada casi exclusivamente en la exportación de salitre y con altos niveles de importación de bienes manufacturados. Tras ella, y sobre todo, con los gobiernos radicales, se extendió en los círculos especializados la idea de que la industrialización (ISI) provocaría un auge en la economía, pues haría crecer el número de empleos y el poder adquisitivo de la población, lo que expandería la demanda de bienes producidos por las propias industrias nacionales, lo que permitiría reinvertir los recursos dentro del país.

Para lograr a cabo este modelo y la industrialización, el Estado debía promover la iniciativa económica interna, establecer condiciones de participación de los privados y regular a los agentes económicos. El Estado debía tomar roles de inversionista, propietario y copropietario de empresas e industrias. También debía formentar la producción industrial a través de la dijación de tarifas y aranceles de importación, los que provocarían un aumento en los precios de los productos extrangeros y estimularía su sustitución por bienes de elaboración nacional. El objetivo era generar un país totalmente industrializado y libre lo más posible de la interdependencia, así darle mayor autonomía a la economía nacional.

Desde 1940, gracias a ISI, se consiguió reactivar el decaído ritmo de la economía nacional. El modelo de desarrollo funcionó y dio los resultados esperados: la demanda interna se expandió y el consumo de bienes elaborados en el país se elevó. Como consecuencia de ello, el tamaño del mercado laboral creció considerablemente y la industria nacional se fortaleció, lo que a su vez provocó una intensificación de la producción y en una mayor oferta de trabajo. Entre 1939 y 1941 la actividad industrial creció en 25%, mientras que el índice de empleo entre 1940 y 1952 aumentó en un 18%, el periodo entre 1939 y 1945 fue uno de los de mayor expansión económica para la economía chilena: la producción se elevó a un ritmo de 4,8 % anual, el ingreso bruto promedio aumentó en un 3,9% al año y la disponibilidad de bienes y servicios se incrementó en 4,5% anual. El modelo ISI dio los resultados esperados para sus primeros años.

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