La patria del criollo
Enviado por Alejograma • 27 de Julio de 2023 • Apuntes • 2.029 Palabras (9 Páginas) • 68 Visitas
Hijo del abogado y político Jorge Adán Serrano, notorio opositor a la dictadura del general Jorge Ubico Castañeda (1931-1944), y de Rosa Elías Serrano, cursó el bachillerato en el Liceo Guatemala, una prestigiosa institución educativa regida por la orden católica de los Hermanos Maristas, y posteriormente estudió en la Universidad Nacional de San Carlos (USAC), donde perteneció a la Asociación de Estudiantes Universitarios (AEU), y en la californiana Universidad de Stanford, por las que obtuvo sendas licenciaturas en Ingeniería Industrial y Desarrollo Económico. Completó su currículum con un doctorado en Ciencias de la Educación realizado en la casa de estudios estadounidense.
El ingeniero no ejerció esta profesión técnica y tampoco se metió a empresario privado, sino que desarrolló una carrera de servidor público, antes de hacer el salto a la política. Siendo militante de la Democracia Cristiana (DCG), en 1976, cuando el gran terremoto que arrasó el país, se dio a conocer con un plan de reconstrucción en colaboración con varias iglesias protestantes de Estados Unidos.
La publicación de un documento sobre las miserables condiciones de vida de la población indígena le valió ser amenazado de muerte desde círculos ultraderechistas y hubo de exiliarse al país norteamericano, donde amplió sus estudios y del que sólo regresó tras el golpe de Estado perpetrado en marzo de 1982 por el general Efraín Ríos Montt, como él, un converso a la fe protestante evangélica, el cual le nombró presidente del Consejo de Estado. Serrano desempeñó esta función hasta el derrocamiento en agosto de 1983 del régimen riosmonttista, tras un año largo de férula dictatorial en el que los Derechos Humanos fueron violados a una escala nunca vista en este país sumido en la subversión guerrillera y la represión del Estado desde hacía dos décadas, en el golpe del general Óscar Humberto Mejía Víctores.
Serrano relanzó su proyecto personal de cara a las elecciones generales del 11 de noviembre de 1990 y no tuvo dificultades para hacerse con un hueco en el plantel de ofertas electorales.
Surgió así el Movimiento de Acción Solidaria (MAS) como uno de los nuevos partidos conservadores, rivales de las rancias formaciones ultraderechistas y de la desprestigiada DCG. El MAS de Serrano esgrimió un discurso modernizador y liberal, y, para no desentonar con el nuevo ambiente nacional, incorporó a su programa la defensa del Estado de derecho y el respeto de los Derechos Humanos, en un país donde éstos habían sido pisoteados con tal saña por los militares y por los escuadrones de la muerte paraestatales que las represiones habían adquirido un nivel de verdadero genocidio, tanto étnico, exterminando a comunidades indígenas, como político, liquidando a los partidos de izquierda y, en general, cualquier organización o persona con un talante mínimamente progresista.
errano supo captar la atención del electorado de tal suerte que en la primera vuelta, contra todo pronóstico, se puso en cabeza con el 25,7% de los votos frente al avezado Jorge Carpio y los otros dos aspirantes que contaban con posibilidades, Alfonso Cabrera Hidalgo, de la DCG, y Álvaro Enrique Arzú Yrigoyen, del Partido de Avanzada Nacional (PAN).
A pesar de tener delante a un candidato potente, por su perfil centrista y moderado, susceptible de atraer votos de múltiples segmentos (además, el líder ucenista era la apuesta particular de un poderoso lobby de la patronal, el Grupo Pirámide), en la segunda vuelta del 6 de enero de 1991 Serrano batió a Carpio con un contundente 68,1% de los votos. Medios de comunicación aseguraron entonces que Serrano había recibido el voto de los numerosos partidarios de Ríos Montt, al frente de la Agrupación Nacionalista Guatemalteca (ANG) y favorito en los sondeos, que vio invalidada por la justicia su pretensión presidencial a causa de su estigma golpista.
El 14 de enero de 1991 Serrano tomó posesión de la Presidencia de la República con un mandato de cinco años en sustitución de Cerezo, convirtiéndose en el primer presidente no católico que llegaba al poder por la vía electoral en América Latina y, lo más importante, en el primero en protagonizar un relevo democrático en Guatemala desde 1951, cuando Juan José Arévalo Bermejo fue sucedido por Jacobo Arbenz Guzmán
prometió culminar las negociaciones con la guerrilla ofreciéndole (3 de abril) un "plan total de paz", así como progresar sustancialmente en la situación de los Derechos Humanos, aún impunemente violados por elementos presuntamente incontrolados de las fuerzas de seguridad del Estado y paramilitares de extrema derecha.
Como muestra de la buena voluntad del Gobierno, en su primer año de mandato Serrano instituyó dos organismos directamente supeditados a la oficina presidencial y dirigidos a estimular el curso positivo de las negociaciones con la URNG: el Fondo Nacional para la Paz (FONAPAZ), creado el 28 de junio, cuya misión era contribuir al desarrollo integral de las comunidades rurales a través de la implementación de programas y proyectos de interés social, y la Comisión Presidencial Coordinadora de la Política del Ejecutivo en Materia de Derechos Humanos (Copredeh), creada el 12 de julio.
Pese al optimismo de Serrano, el proceso de paz no produjo logros concretos fuera de los acuerdos del 26 de julio de 1991. El 14 de enero de 1993 Serrano volvió a insistir en su disposición a terminar con la guerra civil y ofreció a la URNG un acuerdo integral de paz en el plazo de 90 días con la aceptación de la verificación de los compromisos por la ONU y la consideración de la guerrilla como actor beligerante en su más amplio sentido.
El fracasado autogolpe de 1993
l 25 de mayo de 1993, emulando al peruano Alberto Fujimori en su célebre autogolpe del año anterior y, con toda seguridad, partiendo de un cálculo erróneo de su fuerza, Serrano anunció a la nación de manera inesperada que suspendía la Constitución de 1985 y clausuraba el Congreso, la Corte Suprema de Justicia (CSJ) y la Corte de Constitucionalidad, y justificó estas medidas como la única solución para terminar con las mafias del narcotráfico y la corrupción que, según él, se habían instalado en los altos órganos del Estado. Asimismo, anunció la celebración de elecciones a una Asamblea Constituyente en un plazo de 90 días.
El propio Serrano alimentó la analogía con el caso peruano declarando que iba a llamar por teléfono a Fujimori (quien desde Lima se apresuró a desvincularse de los sucesos en Guatemala) "porque todos los periodistas extranjeros me preguntan por él". Con tono de salvador de la nación, explicó que él no era un "dictador", sino un "demócrata que ama la democracia", y vaticinó que "pronto" habría "muchos regímenes similares en toda Latinoamérica", animando de paso a sus colegas del hemisferio a "depurar los sistemas de control democráticos para que no les pase lo mismo que a Guatemala".
A pesar de sus porfiadas palabras, el movimiento anticonstitucional del presidente, registrado en la historia contemporánea de Guatemala como el Serranazo, levantó un formidable movimiento de protesta y resistencia en todos los ámbitos de la sociedad, los partidos, las ONG de Derechos Humanos, el movimiento indígena, la Iglesia Católica, el nuevo empresariado y las principales cabeceras de prensa. De la noche a la mañana, cundió la sensación de que Guatemala podía retornar a los años negros de la represión y la dictadura.
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