La percepción de nosotros los latinoamericanos de américa

La percepción de una necesidad desde los orígenes de América.

América siempre ha tenido la necesidad de sobresalir, perpetuamente ha querido estar por encima de Europa y en ocasiones lo ha logrado como es el caso de estados unidos, que replanteo el sistema global tras la segunda guerra mundial y se consolido como el mayor poder en occidente. En cuanto a los países de Latinoamérica ellos intentan lo mismo alcanzar o en su mayor medida rebasar el avance europeo, pasar de ser países del tercer mundo a potencias mundiales, con una economía estable, con niveles de pobreza que estén al mínimo o que sean nulos, con una integración cultural total en la que cada pueblo que coexiste en este territorio sea escuchado.

El problema de América es que intento acoplarse con rapidez a procesos que en Europa tomaron años, por ejemplo: el surgimiento del “estado-nación” fue en Europa, y se produjo gracias a un largo y lento proceso histórico, donde el estado, entidad jurídica, se acoplo a la nación, fenómeno de carácter socio-cultural. En contraste en nuestro continente las naciones surgieron en consecuencia de las acciones de los próceres y caudillos de la independencia. Algunos “estados-naciones”, como Colombia, fueron el producto de la voluntad de un líder, en este caso Simón Bolívar.

Pero mientras en Europa el estado se acoplo a la nación, en América latina paso todo lo contrario, el estado se creó antes que la nación estuviera plenamente formada. No debe, entonces, extrañarnos que haya quienes se pregunten si América Latina es un mito o una realidad.

La expresión América Latina comprende una realidad sumamente compleja, donde se dan casi por igual las diversidades y similitudes. De ahí que si se pone el acento en las diferencias y regionalismos, es posible negar la existencia de América Latina y de la unidad esencial que brota de su misma diversidad.  Si seguimos esa línea, se llega a afirmar que no existe una América Latina, sino tantas como países o subregiones la componen, por lo que cualquier pretensión de reducirla a una sola entidad no es más que aceptar, a sabiendas, un mito o una ficción.

Nuestro continente ni siquiera ha sido conocido con el mismo nombre en el transcurso de su historia. Sus distintas denominaciones han respondido más a las aspiraciones de las potencias que siempre codiciaron más nuestras tierras y riquezas que las suyas propias.  “Las Indias”, designación popular en el siglo XVI. En el pensamiento de los historiadores el otro nombre para las Indias en el siglo XVI era: el Nuevo Mundo, tenía sus connotaciones bastantes precisas. América era sin duda un “nuevo mundo” en el cual la cristiandad del viejo mundo podía ser perfeccionada entre indios sencillos e inocentes.  Como se sabe, el término América  no llegó a ser común sino hasta el siglo XVII.  La acuñación de este nuevo nombre,  por gentes no hispánicas de Europa, fue un desafío al monopolio español de las tierras y las riquezas del Nuevo Mundo.

Aunque el término haya sido inventado por otros, a los latinoamericanos nos corresponde “inventar” su contenido y darle nuestra propia significación. Si la intención de quienes lo crearon fue subrayar nuestra dependencia y definirla como zona neocolonial del continente, nuestro desafío consiste en utilizar el concepto como expresión de un nuevo nacionalismo que venga a fortalecer la unidad de nuestros pueblos.

En fin, lo que necesita América es una identidad propia y esta no la encontrara buscando en Europa, sino aceptando que somos un continente con un sincretismo cultural tan enorme, que la palabra cultura en nuestro territorio abarca más importancia que en cualquier otro rincón del planeta, cuando acoplemos nuestros sistemas tanto económicos como políticos en base a nuestras necesidades, mirando los problemas y así planteando soluciones propias, este territorio podría avanzar, y no seguirá siendo un rezago en el mundo moderno, y menos intentara acoplarse a fórmulas extranjeras que desconocen el problema local.

La percepción de nosotros los Colombianos hacia América.

Yo como colombiano nacido y criado, lo mismo que mis padres y los padres de sus padres nacidos en este hermoso país, pienso que Colombia es un muy rico por donde se mire, somos uno de los países que posee la mayor riqueza natural del mundo, nuestro  territorio tiene en su haberes la mayor cantidad de nevados que cualquier país del globo terráqueo pueda ostentar, y gracias a esto también tenemos una cantidad de afluentes hídricos que recorren nuestra geografía y que irrigan nuestras selvas. Colombia es un país tercermundista óseo “subdesarrollado” o por lo menos eso es lo que nos han dicho a través de los años.

Colombia tuvo un inicio abrupto marcado por la colonia y gracias a esto ha tenido cicatrices que hasta el día de hoy persisten como fantasmas en la memoria colectiva de un pueblo que sigue marcado por su origen, somos una nación que se formó a partir de la guerra, sin ella no hubiéramos podido liberarnos del yugo que España tenía sobre nosotros, y partir de ahí esta nación a mi parecer se caracterizado por algo, Colombia no es un país pobre como lo plantea el mundo, Colombia ha tenido son malos gobernantes, muy malos gobernantes, y los pocos que se han atrevido a sacar a este país del oscurantismo que prevaleció aquí durante siglos, fueron asesinados vil mente por una casta que quiere por encima de todo el beneficio propio y no el bien común, si usted ase memoria o le pregunta a sus padres o incluso a sus abuelos, quienes estaban en el poder hace unos 30 o 40 años y observa que en  la actualidad las mismas personas tienen el poder, no se le haga extraño, esta oligarquía es la que ha hundido a esta nación, imagínense que habría podido suceder si no hubieran asesinado a sangre fría el 9 de abril de 1948 a Jorge Eliecer Gaitán, algunos historiadores dicen que la vieja Colombia murió con él y la nueva no ha surgido aun, o tampoco a Luis Carlos galán ese 18 de agosto del 89, solo imaginar el cambio que hubiera tenido este país si estas dos grandes personas hubieran poseído su riendas, pero bueno como dicen por ahí el pasado es pasado pero no significa que no podamos aprender de los errores. Desde que empezó a extinguirse el siglo xx todos los colombianos éramos percibido por el resto del mundo como “narcos” gracias este señor: Pablo Emilio escobar Gaviria, éramos los mayores exportadores de alucinógenos en el mundo, y cualquier colombiano que viajara a otro país era conocido con ese seudónimo y aun esa vieja aura nos rodea ya años después como guerrilleros.

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