La presunta amante de Verne
Enviado por danisanerea • 7 de Julio de 2021 • Documentos de Investigación • 1.127 Palabras (5 Páginas) • 309 Visitas
La presunta amante de Verne
En El castillo de los Cárpatos vemos a un Verne interesado en tratar de recuperar su apogeo de años anteriores, pues aunque sus novelas siguen apareciendo sucesivamente, la crítica se muestra indiferente y silenciosa. En 1889, el autor afirmaba que el libro ya estaba listo, pero aquella obra peculiar, tan diferente del corpus de sus relatos, no halló cabida en el Magasin hasta enero de 1892. Le devuelvo las cuartillas de los Cárpatos -le anuncia a su editor en marzo de ese año, al tiempo que le asegura que las ha leído minuciosamente-. «Me parece que no hay en ellas nada que pueda extrañar a los lectores del Magasin y he sido lo más reservado y comedido posible en torno a la relación entre el protagonista y la cantante.»
Es comprensible que al hijo de Hetzel le hubiesen desconcertado el tono y el argumento de la obra, y que le hubiesen parecido comercialmente arriesgados, pues el propio autor le dirá en otra misiva: «Me aflige ver que en todos los periódicos se habla hasta de libros sin el menor interés, aunque sea unas pocas líneas, y de los que publicamos nosotros, nada…El público no quiere los libros con los que yo contaba, Bombarnac, Cárpatos. ¡Es para desanimarse! Cierto es que no se puede estar siempre en boga, lo sé. Se lo digo, estoy desanimado y, sin embargo, no he terminado la obra de mi vida, no he terminado de pintar la Tierra.»
Quizás la poca acogida de la novela, se debió al hecho de los temas inusuales abordados por el autor. No era común en Verne crear un argumento basado en temas iniciáticos como la inmortalidad, por lo que se atribuye la elaboración de la novela a sus crisis de melancolía de aquellos años. Este afán de esconder su interioridad, lo refleja en su relato, en boca del Conde Franz de Télek, al decir: Hay heridas que sólo se cierran con la muerte.
Una de estas heridas no cicatrizadas en el escritor, es según algunos de sus biógrafos, la dejada por el fallecimiento en diciembre de 1865, de una supuesta amante de veintinueve años. Estelle Hénin, oriunda de Asnières, la esposa separada de un notario de apellido Duchesne, es la dama que habría inspirado al autor, el seductor personaje de Stilla (nótese la similitud de ambos nombres), quien muere asimismo en plena juventud, y que es la protagonista ausente de la novela y uno de los personajes más enigmáticos y atractivos de toda su obra.
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Probable retrato de Estelle Hénin, mujer que habría inspirado a Julio Verne el personaje de Stilla. Impresión original de un cliché de 1873 de Félix Tournachon, alias «Nadar» © Eric Weissenberg. «Jules Verne». Ed. Favre
Estos estudiosos sostienen que el escritor precipitó la mudanza de su familia de París a Le Crotoy, en la lejana bahía del Somme en 1865, con la única intención de permanecer junto a Estelle durante su agonía. La cercanía de la capital, situada a una hora y media en tren, le permitía al escritor hacer rápidos viajes de ida y vuelta que no siempre hacían feliz a su esposa, y con justa razón, pues con el pretexto de que necesitaba visitar a Hetzel, se reunía con la supuesta amante con quien sostenía una apasionada relación secreta. El deceso de Estelle Duchesne d’Asnières habría producido en Verne una depresión de la cual nunca se recuperaría. De ahí el paralelismo entre el autor y su personaje, al no reconocer ambos la muerte de su amada.
En la actualidad, el nombre de Estelle ha recobrado fuerza en el mundo verniano, pues en el 2006, el Boletín de la Sociedad Jules Verne publicó una investigación, la cual revela que unos meses antes de su muerte, Estelle dio a luz una hija llamada Marie, quien veinte años después se casaría en 1886. Este hallazgo ha iniciado un nuevo debate acerca de la paternidad de Marie, pues como es de suponerse, ya hay muchos que sindican a Julio Verne como el padre de la joven.
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