La religión de los aztecas
Enviado por ramon3030 • 22 de Noviembre de 2013 • Trabajo • 1.000 Palabras (4 Páginas) • 278 Visitas
Religión azteca
En la religión azteca numerosos dioses regían la vida diaria. Entre ellos Huitzilopochtli (deidad del Sol), Coyolxahuqui (la diosa de la Luna que, según la mitología azteca, era asesinada por su hermano el dios del Sol), Tláloc (deidad de la lluvia) y Quetzalcóatl (inventor de la escritura y el calendario, asociado con el planeta Venus y con la resurrección).
Los sacrificios, humanos y de animales, eran parte integrante de la religión azteca. Para los guerreros el honor máximo consistía en caer en la batalla u ofrecerse como voluntarios para el sacrificio en las ceremonias importantes. Las mujeres que morían en el parto compartían el honor de los guerreros. También se realizaban las llamadas guerras floridas con el fin de hacer prisioneros para el sacrificio. El sentido de la ofrenda de sangre humana (y en menor medida de animales) era alimentar a las deidades solares para asegurarse la continuidad de su aparición cada día y con ella la permanencia de la vida humana, animal y vegetal sobre la Tierra.
Religión maya
Al ser la religión el eje central de las actividades mayas, éstas se desarrollaban alrededor de los rituales, los cuales eran el que hacer diario.
En las ceremonias dirigidas por los sacerdotes, participaba todo el pueblo, dentro de un mismo entendimiento cosmogónico. Entre los rituales había ayuno, abstinencia, danzas, coros, música, escenografías, cantos, quema de incienso, ingestión de bebidas preparadas, endulzadas o fermentadas y meditaciones. Como el pueblo maya siempre ha creído en la inmortalidad de la conciencia, del alma, del espíritu y del supra-espiritu, veían a la muerte con calma y naturalidad.
Generando también otra costumbre ritual que es el de las ofrendas y regalos para los antepasados muertos y para los iniciados, que eran considerados como "los vivientes al otro lado de la muerte".
La religión mexica fue la síntesis de las creencias y tradiciones milenarias de los pueblos mesoamericanos, de una complejidad que implicaba la existencia misma, la creación del universo y la situación del ser humano respecto a lo divino, ligada estrechamente a la agricultura y a la lluvia. El concierto humano tenía en la naturaleza divina su razón de ser e implicaba diversos conceptos, de los que los mexicas fueron los herederos de un núcleo religioso mesoamericano construido a lo largo de muchos siglos.
Según lo expuesto por el estudioso Alfredo López Austin, en la concepción mesoamericana la materia se integraba de una parte animada —visible, tangible— y otra con una carga interna con dos fuerzas, una luminosa, caliente y seca y otra fría, oscura y húmeda, semejante a la noción del cosmos (que sintetizaba una creencia cosmogónica en que la parte luminosa era la bóveda celeste hasta el sitio donde habitaba el sol —de característica masculina/paterna, productora de lluvia fecunda— y la oscura con el inframundo —femenina/materna receptora de la lluvia fecundadora y sitio de la concepción humana y natural—). Los dioses
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