La revolucion planetaria
Enviado por michin • 15 de Octubre de 2012 • 22.004 Palabras (89 Páginas) • 600 Visitas
TIERRA PATRIA
Edgar Morin
Anne Brigitte Kern
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LA ERA PLANETARIA
LA REVOLUCION PLANETARIA
A fines del siglo XV europeo, La China de los Ming y la India mongola eran las civilizaciones más importantes del globo. El islam, que continúa su expansión en Asia y en Africa, es la religión de la tierra más difundida. El imperio otomano, que desde Asia se ha desplegado sobre Europa oriental, aniquilado Bizancio y amenazado Viena, se ha transformado en la mayor potencia de Europa. El imperio inca y el imperio azteca reinan en las Américas y tanto Tenochtitlán como Cuzco superan en población, monumentos y esplendor a Madrid, Lisboa, París y Londres, capitales de pequeñas naciones jóvenes del oeste europeo.
Sin embargo, a partir de 1492, son esas naciones pequeñas y jóvenes las que van a lanzarse a la conquista del globo y, a través de la aventura, la guerra y la muerte, darán lugar a la era planetaria.
Después de Cristóbal Colón, Américo Vespucio reconoció el continente que llevaría su nombre. Casi a la vez (1498), Vasco da Gama encuentra la ruta oriental a las Indias bordeando Africa. En 1521 la vuelta al mundo de Magallanes experimenta la redondez de la Tierra. En 1521 y en 1532, Cortés y Pizarro descubren las formidables civilizaciones precolombinas que destruyen casi enseguida (el imperio azteca en 1522, el imperio inca en 1533). En la misma época, Copérnico concibió el sistema que hace girar a los planetas, la Tierra incluida, alrededor de ellos mismos y del Sol.
Estos son los comienzos de lo que se llama Tiempos Modernos, y que debería llamarse era planetaria. La era planetaria comienza con el descubrimiento de que la Tierra no es más que un planeta y con la comunicación entre las diversas partes de ese planeta.
Entre la conquista de las Américas y la revolución copernicana surge un planeta y se desploma un cosmos. Las concepciones del mundo más seguras y evidentes se dan vuelta. La Tierra deja de estar en el centro del universo, se instala como satélite del Sol y la humanidad pierde su lugar privilegiado. La Tierra deja de ser plana y se vuelve definitivamente redonda (el primer globo terrestre aparece en Nuremberg en 1492, y en él se inscribe en 1526 la ruta de Magallanes). Deja de estar inmóvil y se vuelve un trompo. El paraíso, que todavía buscaba Colón en la Tierra, debe ser remitido al cielo o se desvanece. El Occidente europeo descubre grandes civilizaciones, tan ricas y desarrolladas como las suyas, que ignoran tanto al dios de la Biblia como el mensaje de Cristo. La China deja de ser una excepción extraña. Europa debe reconocer la pluralidad de los mundos humanos y la provincialidad del áreajudeo-islámica-cristiana. Tal como la Tierra no es el centro del cosmos, Europa no es el centro del mundo.
Tal revolución precisará tiempo para inscribirse en los espíritus. Todavía en 1632 Galileo tiene que retractarse ante la Inquisición y condenar el sistema de Copérnico. Pero, por sobre todo, tal revolución no revolucionará verdaderamente el mundo oeste-europeo donde nació: éste va a olvidar su provincialidad instalando su realeza sobre el planeta. Va a olvidar la provincialidad de la Tierra convenciéndose de que la ciencia y la técnica harán de él el dueño del mundo.
LOS COMIENZOS DE LA ERA PLANETARIA
La era planetaria comienza con las primeras interacciones microbianas y humanas y sigue con los intercambios vegetales y animales entre el Mundo Antiguo y el Nuevo Mundo. Los bacilos y virus de Eurasia que siembran rubéola, herpes, gripe y tuberculosis se lanzan sobre los amerindios, a la vez que de América el trepanosoma de la sífilis salta de sexo en sexo hasta Shangai. Los encuentros del azar, los encuentros del deseo, las violaciones crean en todas partes capas mestizas en las Américas, donde se derraman los negros africanos capturados en masa, primero para compensar la hecatombe de los indios víctimas de las enfermedades europeas y de la despiadada explotación colonial, después como mano de obra esclava en las grandes plantaciones.
Los europeos implantan entre ellos el maíz, la papa, el poroto, el tomate, la mandioca, la batata, el cacao, el tabaco. Llevan a América ovinos, bovinos, caballos, cereales, vides, olivos y las plantas tropicales, el arroz, el ñame, el café, la cana de azúcar.
Con un poder nutritivo superior, el maíz reemplaza, en Italia y los Balcanes las papillas de cebada y de mijo. La papa hace cesar la penuria crónica del centro y del norte de Europa. La mandioca llega a ser el principal alimento africano. América se puebla de herbívoros domesticados y se dedica al cultivo intensivo del algodón, la caña de azúcar y el café.
Liberado del cabotaje costero, el comercio marítimo se despliega en todos los mares. En el siglo XVII se constituyen las grandes compañías marítimas inglesas, francesas y holandesas para las Indias del Este y del Oeste. Los intercambios Europa/Asia/América se multiplican y, en Europa, los productos exóticos de lujo, como café, chocolate, azúcar y tabaco se vuelven de consumo cotidiano,
Europa vive un desarrollo acelerado. Los intercambios se intensifican en ella. Los Estados nacionales construyen rutas y canales. Los países ribereños del Báltico envían maderas, granos y arenques que los países mediterráneos cambian por vinos y aceites. Irlanda y Bretaña venden carnes y mantecas saladas a las provincias interiores. España, Alemania e Inglaterra desarrollan la ganadería ovina y el comercio de lanas. La agricultura se transforma, las leguminosas (guisantes y trébol) fertilizan los suelos pobres.
Las ciudades, el capitalismo, el Estado-nación y después la industria y la técnica alcanzan una magnitud que no conoció ninguna otra civilización. Por medio de las guerras que se desarrollan no sólo en el teatro europeo sino también en América y en Asia, España, Portugal, Francia, los Países Bajos y, sobre todo a partir del siglo XVIII, Inglaterra, desarrollan un formidable poder económico, marítimo y militar que va a cubrir el globo.
La occidentalización del mundo comienza tanto por la inmigración de europeos a América y a Australia como por la implantación de la civilización europea, de sus armas, de sus técnicas, de sus concepciones en todas sus factorías, avanzadas y zonas de penetración.
La era planetaria se abre y se desarrolla en y por la violencia, la destrucción, la esclavitud, la explotación feroz de América y del Africa. Es la edad de hierro planetaria, en la que aún nos encontramos.
LA OCCIDENTALIZACION DEL MUNDO
En el siglo XIX, la edad de hierro planetaria está marcada por el formidable desarrollo
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