La segregacion y los prejucios en la vida cotidiana

La segregacion y los prejucios en la vida cotidiana

Muchas veces, en nuestra familia, en la escuela, en el trabajo o con nuestros amigos o vecinos presenciamos o tenemos ciertas actitudes o comportamientos que responden a la existencia de prejuicios y que sulen desembocar en actos de segregación. Sin embargo, la mayoría de esas situaciones nos parecen natural.

Superar los prejuicios exige esfuerzo; aceptar al otro con el que no estamos de acuerdo o que no nos gusta, no es comodo ni fácil, aceptarlos y convivir con ellos requiere una reflexión permanente sobre cuales son los valores que están presentes en cada una de nuestras actitudes y comportamientos. Del mismo modo es importante tomar conciencia de las razones por la que actuamos como actuamos; si por que elegimos libre y fundamntalemnte o porque aceptamos  (sin mucho análisis) lo que otros miembros de la sociedad han decidido sobre quien es “normal” y por lo tanto debe ser aceptado, y quien no.

Muchas veces actuamos, opinamos en relacin a alguien que consideramos doferente, si siquiera tomarnos el tiempo de conocerlo. En estos casos solemos manejarnos con lo que se denomina prejuicios.

Los prejuicios son juicio de valor que afectan a las personas o gruposde personas. Sobre la base d los prejuicios, a lo largo de la historia algunos hombres han pretendido justificar la valoración negativa de algunos grupos de personas a partir de algunas característica determinada. Actitudes prejuiciosas son por ejemplo aquellas que relacionanun dterminado color d epiel con una mayor o menor predisposición al trabajo, o una condición cultural o religiosa con una mayor o menor predisposición a ahorrar dinero.

Los prejuicios sin embargo no son el resultado de un conocimiento fundamntado y racional no sebasan en razones claras y evidentes.

Pero ninguna persona nace con prejuicios. En realidad los aprendemos de quienes nos rodean. Pero si los adultos que están en contacto cotidiano con los niños y jóvenes a lo latgo del proceso de socialización aceptan su existencia, es muy probable que los as jóvenes los incorporen a su sistema de valores.

Desde pequeños nos enseñan que la tolertancia es uno de los valores mas importantes para la convivencia social, pero no nos dicen que por el contrario la intolerancia es mas frecuente y que al fin y al cabo todos caen en ella.

Un ejercicio interesante es pensar en algo que nos molesta o no nos gusta y luego multuplicarlo por mil e imaginarlo a nuestro alrededor, entonces nuestra intolerancia brota como agua de un manaatial, quizás sin querer, y quizás sin tener que multiplicar el ejemplo, siempre hay algo que nos molesta, y somos intolerantes ante “eso”.  Parece imposible ser tolrante ante aquello que no nos gusta, o que nos molesta, ¿como aceptarlo? Rápidamente pasamos a la defensiva y pensamos en que lo mejor seria ignorar esa molestia, o en casos mas severos atacar.  Pues realmente nos sale de adentro un sentimiento difícil de dominar, ¿evadir es tolerar?

A lo mejor sea  la sociedad la que nos moldea, a lo mejor sea sin querer, que estos ejemplos se banalizan y se hacen cotidianos.

Pero en la escuela, la teoría, los conceptos, el conocimiento, todo parece fácil, solo estudiar para aprobar, allí nos enseñan lo correcto, y parece tan fácil de aprender mientras que en la práctica se vuelve difícil, por que aplicar valores a la vida diaria es mas complicado que estudiar conceptos para una lección.

San salvador de jujuy Julio de 2016

A la señora Ministra de Educación

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