La vida de Martin Lutero.

INTRODUCCION

El cisma religioso que afecto al cristianismo  europeo a partir del siglo XVI y cuyas consecuencia se extienden hasta la actualidad, esta indubitablemente unido a la figura de Martin Lutero, quien siendo un simple clérigo, a través de sus predica e incisivos escritos, altero hasta las más altas jerarquías de la Iglesia Católica.

Martin Lutero nació en Eisleben (Alemania) en el seno de una familia de mineros y campesinos. Creció en un ambiente muy rudo, con la figura de un padre muy autoritario, que hizo sufrir a ese niño sensible e impresionable.

Este asustadizo niño, asistió en sus primeros años de estudio, a la escuela de Los hermanos de la Vida, los que apenas pudo completar debido a su delicada salud y pocos recursos. En 1501 se instalo en Erfut, donde completó estudios y recibió un Doctorado en Filosofía.

En condición de caminante, un día lo sorprende una tremenda tormenta en el camino y atravesando un paraje solitario, encontrándose muy atemorizado por el tenor de la tormenta, promete a Dios que si lo salvaba de la misma, tomaría los votos religiosos.

Durante su juventud, el joven Martin, se obsesionó por el problema que inquietaba a todos los cristianos de la época, la muerte, el juicio final, la salvación y especialmente el pecado y la predisposición humana.

En un momento de extrema desesperación, el joven creyó, que el único camino para asegurarse la salvación, era adoptar la vida ascética de los monjes agustinos, caracterizada por reglas muy estrictas. Sus permanentes lectura lo llevaron a inclinarse más por el Dios del antiguo Testamento, justiciero y severo que el del  Nuevo Testamento, comprensivo y misericordioso.

Su formación intelectual, tuvo como base el conocimiento detallado de las Sagradas Escrituras. En este sentido sobresalió entre sus pares, especialmente entre aquellos que poca importancia daban a la lectura y conocían la biblia sólo por los sermones de los domingos en la misa.

El movimiento humanista influyo en él  y leyó a los poetas de la antigüedad , sin interesarse mucho por la cultura clásica.

Se mostro admirador y coincidente con Erasmo de Róterdam, en el común deseo de una reforma religiosa, que significara la vuelta al culto en espíritu y en verdad. No dejó de reivindicar la libertad cristiana  y la crítica al formulismo de la Iglesia.

El descubrimiento de la Torre:  Aquí se encuentra la clave para entender el principio doctrinal de Lutero. Encontrándose, como era habitual en la torre del monasterio, una tarde leyendo a San Pablo infirió, que para este no bastaban las buenas obras personales para obtener la salvación, ya que a su entender el hombre estaba marcado por el pecado original; por lo tanto en ese momento Lutero, entiende que el hombre no se salva por las obras sino por la fe.

Visita a Roma:La misma resultó determinante para las decisiones futuras de Lutero, quien viajó a esta ciudad en 1510, enviado por el Prior de la Orden con el objeto de solucionar problemas propios de la misma. Su viaje realizado en forma sencilla, fue el de un peregrino piadoso y no dejó de asombrarse en todo momento de su permanencia en Roma.

El recorrer sus calles, observar a la gente y comprobar  cómo vivía la ciudad sede del Papado Católico. Comprobó de cerca como todo se mezclaba en esas calles, desde los menesterosos pidiendo limosnas, los niños sin control de sus padres buscando comida o intentando robarla y muchos religiosos que en plena vía pública no ocultaban sus impúdicos deseos, mediante intentos de obtener favores de las tantísimas prostitutas que merodeaban por el lugar. A tal punto que el propio Lutero debió acelerar el paso asediado por estas  mujeres y donde no faltaban estafadores y  ladrones.

Su presencia en el Vaticano pasó inadvertida para las altas autoridades eclesiásticas, pero contrariamente no para Lutero, quien observó con detalles el movimiento mundano que presentaba la máxima sede del catolicismo.

Debe tenerse en cuenta que el Papa para la época, constituía la máxima autoridad romana y en el mundo político y diplomático, actuaba como si fuera un gobernante más, ya que ocupaba gran tiempo de su jornada a delinear la política a seguir en materia de alianzas, expansión territorial y relaciones políticas y económicas con los poderosos señores y familias vecinas, como el caso de los Sforzas de Milán o los Medicis de Florencia, etc. También se constituía en el jefe de un poderoso ejército de carácter mercenario que se encargaba de la seguridad del territorio y el cuidado de Roma.

Ya de regreso y preguntado acerca de Roma, Lutero contestó… “Roma es un gran circo, todo se compra y se vende, es una cloaca, se compra sexo, se compra perdón…”

Llegada a Wittenberg:En su regreso a Alemania, en sus primeros tiempos, no se notó un cambio de actitud y continuó con su vida conventual, más tarde fue nombrado Superior de los Agustinos de Wittenberg. En 1512 obtuvo el Doctorado en Teología e inició su enseñanza con un curso sobre los Salmos y las Epístolas de San Pablo. Su formación intelectual tuvo como base esencial el conocimiento detallado de las sagradas escrituras. Lutero redescubrió a su manera e interpretación personal, el mensaje de las Sagradas Escrituras, prescindiendo del magisterio de la iglesia.

Encontró afinidad con los místicos alemanes, como por ejemplo Tauler, Suso, Eckhart con quienes solía pasar largas horas dialogando acerca de temas doctrinales.

Venta de indulgencias en Alemania:En 1506 el Papa Julio II, para la construcción de la Basílica de San Pedro concedió indulgencia especial para todo aquel que contribuyera con una limosna a esta obra. En 1511 el Papa León X volvió a concederla.

Qué son las indulgencias? Según la doctrina de la iglesia, cuando un hombre comete un pecado, es sujeto responsable de una culpa y de una pena. La culpa solo Dios puede perdonar. La indulgencia es pues un medio concedido por la iglesia, por el cual el fiel, mediante una obra buena, puede ganar para sí o para otros los bienes espirituales que lo ayudarán a disminuir los pecados cometidos.

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