La visión culturalista de la ciudad

La visión culturalista de la ciudad, considera a la ciudad como un grupo de personas que viven conjuntamente dentro de un entorno cultural, en la cual prevalecía el arte, la expresión humana, sobre la lógica funcional.  En ese mismo sentido apostar por la cultura era lo opuesto a la sociedad industrial, como también los llamados “culturalistas” eran completos opositores de los “progresistas” , rechazando así hoy en día la globalización.

Al tener que erigir el pensamiento del último tercio del siglo XX en Europa se reúnen un grupo de arquitectos, Tendenza, en donde aspiraba a incorporar la arquitectura y el urbanismo y frente a unos problemas nació así la idea de “repensar la ciudad desde términos estrictamente disciplinares”. Redefinieron la base racional de urbanismo como “ciencia urbana”, dando después lugar a una metodología que fue un “análisis urbano estructuralista”. Y como tercero aparece la identidad de la ciudad que para Tendenza “una manera de vivir, más que una simple cuestión formal”.

Todo esto se les fue derrumbado por motivos cambios políticos y económicos. Pero aparecen cartas definiendo criterios y recomendaciones apoyando esta idea. Una de ellas fue la carta de Venecia que postulaba la reutilización de las ciudades y conservación del patrimonio, 10 años más tarde una similar, la Carta de Ámsterdam, aludiendo lo mismo pero incluyendo el habitante y su permanencia en la ciudad. Pero la ciudad contemporánea se desvanecía y es cuando aparece la ciudad por partes, el plan urbano y su desarrollo desde la arquitectura.

Debido a la crisis de petróleo que se vivió en los años 70’s, las ciudades de inundaron de pobreza y obsolescencia funcional industrial, hizo que los gobiernos dejaran de controlar el crecimiento a hacer que los fomentaran. En vista de esto las ciudades comenzaron a buscar otras fuentes de recursos, convirtiéndose en centros financieros, restaurado durante años de lo que quedo, un ejemplo de esto fue Londres.

Esta crisis dejó de ser en la siguiente década y siendo reestablecida por “la ciudad de los promotores” desde los inversionistas privados.

León Krier un representante de la izquierda, como Rossi, posterior a mayo de 1968, vio la necesidad un documento que apelara la necesidad de plasmar una visión ética y artística de mundo. Retomando esos valores de la ciudad por parte, pero esta vez modificándolo con el habitar y la densificación de los suburbios y zonas degradadas, es desarrollo de las calles y plazas adecuadas para el peatón, adaptándola así a las multinacionales creando una ciudad ecológica, que se adapte más al ser humano. Pero a lo largo de la historial esta forma de organizar y descentralizar la ciudad no funciona, dándole un giro a lo que Krier plantea, ya que la persona no se adapta al cambio manteniéndose en su centro y alejándose de las periferias.         Y la ciudad de los promotores vuelve a tomar fuerza, donde vuelve a manos de los grandes poderes el recurso de la historia.

...