Las Humanidades
Enviado por carchman223 • 15 de Febrero de 2014 • 447 Palabras (2 Páginas) • 194 Visitas
Que las humanidades, es decir, los estudios que originalmente se llamaron studia humanitatis, tienen historia y han cambiado a lo largo del tiempo debería ser algo evidente. De hecho, los historiadores han situado su nacimiento en las disputas entre escolásticos y humanistas —entonces sólo agitadores de un nuevo currículum en las universidades en torno a la gramática, la retórica y la lectura de los recién descubiertos autores clásicos— a principios del Renacimiento. Tienen las humanidades, por tanto, una fecha de nacimiento y un contexto original.
Sería natural pensar que las humanidades han ido cambiando con los tiempos y que, de una forma u otra, se han ido adaptando a los nuevos contextos políticos y culturales en los que les ha tocado desempeñar su tarea educativa. No parece razonable pensar que Vives, Mayans, Jaeger y Said hacían exactamente lo mismo cuando decían —si es que lo dijeron— que eran humanistas, que practicaban las humanidades.
Sin embargo, cuando se trata de analizar la crisis de las humanidades a principios del siglo XXI la postura más común en todos los campos es la de identificar aquéllas con lo que, más o menos, se ha estado haciendo en departamnetos de Historia, Filosofía o Literatura en los últimos, digamos, cincuenta años. ¿Tiene sentido algo así? En mi opinión se trata de una postura descabellada que funciona además como una barrera en la que, sin darse cuenta, acaban todas las discusiones. Todos los argumentos terminan por estrellarse con la supuesta naturaleza inmutable de algo que, desde que surgió, ha estado cambiando. La versión de las humanidades que ha conocido la última parte del siglo anterior es sólo eso, una versión, un capítulo, de una historia abierta cuyos próximos capítulos están por escribirse.
Escribir el siguiente capítulo de la historia de las humanidades es la tarea principal y más urgente de aquellos que practican la profesión de humanista. Pero también de todos aquellos que piensan que las humanidades ofrecen un valor añadido —de cualquier tipo, social, político, económico— a la comunidad política. El problema de escribir el siguiente capítulo de la historia de las humanidades es que requiere de cierta inventiva y de mucha experimentación, es decir, de dos tendencias intelectuales que no aparecen en la lista de habilidades más cultivadas por los humanistas.
¿Serán los humanistas capaces de integrar la innovación y la experimentación en su catálogo de habilidades? ¿Están dispuestos? ¿Cómo afectarían estas nuevas variables al núcleo de habilidades tradicionales de las humanidades, es decir, la imitación, el dominio de la lengua, y una visión de cómo las humanidades sirven a la comunidad política mediante la formación de cierto tipo de individuos? ¿No es eso, precisamente, pensar un humanismo? ¿Pueden las humanidades existir sin un humanismo?
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