Las Venas Abiertas De America Latina 1
Enviado por mariana1580 • 27 de Octubre de 2013 • 3.845 Palabras (16 Páginas) • 299 Visitas
LAS VENAS ABIERTAS DE AMERICA LATINA - EDUARDO GALEANO
FIEBRE DEL ORO, FIEBRE DE LA PLATA.
El signo de la cruz en las empuñaduras de las espadas.
Cristóbal Colón se lanzó a atravesar los grandes espacios vacíos al oeste de la Ecúmene, había aceptado el desafió de las leyendas.
Mientras Cristóbal Colón estaba en su expedición, los europeos aún creían en que el mundo era plano, que el mar solo de conformaba por el mar Mediterráneo, y que sólo faltaban mil años para el Juicio Final.
América carecía de nombre; ni los noruegos, ni Colón (que murió creyendo haber encontrado otra ruta para Asia), ni nadie en realidad sabía de la existencia en si de América.
Colón llevaba consigo un ejemplar de Marco Polo en donde decía que los habitantes de Cipango “Poseen oro en enorme abundancia y las minas donde lo encuentran no se agotan jamás…También hay en esta isla perlas del mas puro oriente en gran cantidad. Son rosadas, redondas, y de gran tamaño y sobrepasan en valor a las perlas blancas”, despertando así deseos de conquista.
Había casi trece mil islas en el mar de India con montañas de oro y perla; las especias de la India (pimienta, jengibre, el clavo de olor, la nuez moscada y la canela) eran tan codiciadas como la sal para conservar la carne en invierno.
Los metales preciosos como medio de pago para el tráfico comercial impulsó la travesía de los mares malditos, Europa entera necesitaba plata.
1492 fue también el año de la recuperación de Granada. Fernando Aragon e Isabel de Castilla, en 1492, abatieron el último reducto de la religión musulmana en suelo español.
España alzo espadas cuyas empuñaduras dibujaban el signo de la cruz, adquiriendo así realidad como nación. La reina Isabel se hizo madrina de la Santa Inquisición.
El papa Alejandro VI convirtió a la reina Isabel en dueña y señora del Nuevo Mundo. La expansión del reino de Castilla ampliaba el reino de Dios sobre la tierra.
Tras tres años del descubrimiento, Cristóbal Colón dirigió personalmente la campaña militar contra los indígenas de la Dominicana.
Más de quinientos indios fueron vendidos como esclavos en Sevilla (murieron miserablemente). Algunos teólogos protestaron contra la esclavitud de los indios, logrando formalmente la prohibición de su esclavitud al nacer el siglo XVI; en realidad no fue prohibida, sino bendita.
Antes de cada entrada militar, los capitanes de conquista debían leer a los indios un extenso requerimiento que los exhortaba a convertirse a la santa fe católica.
Colón en su tercer viaje, seguía creyendo que andaba por el mar de China uando entró en las costas de Venezuela, aún así, eso no impidió informar que desde allí se extendía una tierra infinita que subía hacía el Paraíso Terrenal.
En el Medioevo, una bolsa de pimienta valía más que la vida de un hombre; el oro y la plata eran las llaves que el Renacimiento usaba para abrir las puertas del Paraíso en el cielo y del mecanismo capitalista en la tierra.
La Epopeya de los españoles y portugueses en América mezcla la propagación e la fe cristiana con el robo de las riquezas de los nativos. El poder europeo se extendía al mundo. Las tierra vírgenes encendían la codicia de los capitanes, los hidalgos caballeros y de los soldados en harapos lanzados a la conquista de los botines de guerra.
El Estado no era quien costeaba las aventuras de los conquistadores, sino que estos mismos, (o los mercaderes y banqueros), eran quienes financiaban las expediciones.
Nació el mito de Eldorado, (monarca bañado en oro que los indígenas crearon para ahuyentar a los intrusos).
En 1545, el espejismo del “cerro que manaba plata” se hizo realidad con el descubrimiento de Potosí.
Muchos expedicionarios murieron vencidos por el hambre, enfermedades o atravesados por flechas de los indígenas, tratando de alcanzar el manantial de la plata remontado en el río de Paraná.
Había oro y plata acumulados en grandes cantidades en la meseta de México y en el altiplano andino.
En 1519, Hernán Cortés reveló para España la esplendida magnitud de tesoro azteca de Moctezuma, 15 años después llego a Sevilla el gigantesco rescate, que era un aposento lleno de oro y dos de plata, que Francisco Pizarro hizo al inca Atahualpa antes de estrangularlo.
Años antes, la Corona había pagado los servicios de los marinos que acompañaron a Colón en su primer viaje con el oro que se robó de Antillas. La población de las islas del Caribe dejaron de pagar tributos; los indígenas fueron exterminados por completo en los lavaderos de oro.
Muchos indígenas de la Dominicana se anticipaban al destino impuesto por sus nuevos opresores blancos (mataban a sus hijos y de suicidaban en masas).
Retornaban los Dioses con las Armas secretas.
Colón precensio una formidable erupción volcánica por su paso en Tenerife. Se tomo como un presagio de lo que vendría después de las grandes tierras nuevas que iban a interrumpir la ruta occidental hacia el Asia.
Los aldeanos sucedían a los almirantes y las tripulaciones se convertían en huestes invasoras.
América fue donada a la reina Isabel. En 1508, una nueva bula dio a la corona española todos los diezmos recaudado en América, el codiciado patronato universal sobre la Iglesia del Nuevo Mundo incluyó el derecho de presentación real de todos los beneficios eclesiásticos.
El tratado de Tordesillas permitió a Portugal ocupar territorios americanos más allá de la línea divisora trazada por el papa, en 1530 Martim Alfonso de Sousa fundó las primeras poblaciones portugueses en Brasil, expulsando a los franceses.
En otoño de 1522, retornaron a España los sobrevivientes de la expedición de Hernando de Magallanes que habían unido por primera vez ambos océanos y habían verificado que el mundo no era plano, si no redondo.
Pedro de Alvarado se lanzó en 1523 con la conquista de Centroamérica; en 1533, Francisco Pizarro entró triunfante en el Cuzco, apoderándose del corazón del impero de los incas; Pedro de Valdivia atravesó el desierto de Atacama y fundo Santiago de Chile en 1540. Los conquistadores penetraban el Chaco y revelaban al Nuevo Mundo desde el Perú hasta las bocas del río más caudaloso del planeta.
Había de todo entre los indígenas de América (astrónomos, ingenieros, caníbales, salvajes de la Edad de Piedra). Ninguna de las culturas nativas conocía
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