Las "olas" de democracia y ciudadanía

Las "olas" de democracia y ciudadanía

El régimen democrático se fue configurando en sucesivas etapas que le confirieron diferentes características. Esas etapas se conocen como las olas de democratización, cada una de las cuales implicó una manera particular de concebir la ciudadanía.

Se suelen distinguir tres etapas. La primera de ellas, que abarca desde mediados del siglo xix hasta las primeras décadas del siglo xx, se caracteriza por el de desarrollo económico y la industrialización, y la aparición de la clase media. La ciudadanía se amplió e incorporó a sectores sociales antes postergados; por ejemplo, se reconoció el derecho al voto a todos los varones. La segunda etapa comienza luego de finalizada la Segunda Guerra Mundial, cuando el mundo quedó organizado en dos grandes bloques de países. Para el bloque occidental capitalista, liderado por los Estados Unidos, la democracia y sus formas se convirtieron en elementos fundamentales para conferir legitimidad al poder estadounidense. Así, se valoró el poder simbólico de la democracia y no tanto su contenido ni la esencia de la ciudadanía. La tercera interesa especialmente para América Latina; es la que se inicia a mediados de la década de 1980 con los procesos democratizadores posteriores a los períodos de regímenes autoritarios.

La ciudadanía que emergió con la tercera ola" se mostró ansiosa por participar activamente en las democracias que se instauraron, pero sufrió recurrentes de excepciones a consecuencia de la imposibilidad de garantizar condiciones de vida dignas para toda la población.

Se sumaron los efectos de los procesos de reformas del Estado de la década de 1990, que promovieron el descrédito de los representantes elegidos como garantes del bienestar general. Entonces, la ciudadanía necesitó adquirir nuevos roles para exigir el cumplimiento efectivo de sus derechos. Una de las respuestas a los nuevos escenarios de fragmentación fue la conformación de una ciudadanía crítica, participativa y, sobre todo, que controla el funcionamiento del sistema.

El voto sigue siendo la expresión más visible de la de democracia y de la ciudadanía porque simboliza la participación y la igualdad política para elegir a los gobernan tes. Sin embargo, con frecuencia la ciudadanía se siente decepcionada porque percibe que el ideal democrático de la representación no se comprueba en los hechos.

...