Libertad, igualdad, fraternidad
Enviado por mariacristinaric • 28 de Agosto de 2011 • Monografía • 3.961 Palabras (16 Páginas) • 1.454 Visitas
Francia oficialmente la República francesa, es un país soberano miembro de la Unión Europea, con capital en París, que se extiende sobre una superficie total de 675.417 km² y cuenta con una población de 66 millones de habitantes
Constituido en Estado social y democrático de Derecho, su forma de gobierno está organizada como república semipresidencialista con el nombre oficial de República francesa y divisa («Libertad, igualdad, fraternidad»).
El territorio de Francia, y su parte metropolitana, también llamada Francia continental, se ubica en Europa Occidental, donde limita, al sur, con el mar Mediterráneo, el enclave de Mónaco (4,4 km) e Italia (488 km); al suroeste, con España (623 km), Andorra (56,6 km) y el mar Cantábrico; al oeste, con el océano Atlántico; al norte, con el Canal de la Mancha, el mar del Norte y Bélgica (620 km), y al este, con Luxemburgo (73 km), Alemania (451 km) y Suiza (573 km)..
Francia es un país altamente desarrollado económica y socialmente, con una elevada difusión internacional de su cultura e influyente en el plano geopolítico. Es la quinta economía mundial en términos de PIB, miembro del G8, de la Zona Euro y del Espacio Schengen, y alberga a muchas de las más importantes multinacionales, líderes en diversos segmentos de la industria y del sector primario, además de que es el primer destino turístico mundial, con 80 millones de visitantes extranjeros al año. Francia, hogar de la primera Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano, es miembro fundador de la Organización de las Naciones Unidas y uno de los cinco miembros permanentes de su Consejo de Seguridad.[8] Francia alberga las sedes del Consejo de Europa y del Parlamento Europeo, ambas en Estrasburgo, y las de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico y de la Unesco, en París. Es también una de las ocho potencias nucleares reconocidas[9] y miembro de la OTAN.
Historia
Existen importantes restos del paleolítico inferior en el río Somme y los Pirineos tradicionales (hombre de Neandertal), así como en La Chapelle-aux-Saints, Le Moustier y La Ferrasie. Del paleolítico superior hay abundantes vestigios de los hombres de Cro-Magnon, Grimaldi y Chancelade, datados en unos 25.000 años de antigüedad, los cuales están ubicados en el valle de Dordoña.[10] Entre las más famosas pinturas rupestres del mundo están las de Lascaux y de Font de Gaume, en los Pirineos franceses.
En el mesolítico algunas actividades agropecuarias fueron reemplazando en importancia a las cuevas, y en el neolítico (desde el III milenio a. C.) surgió la cultura megalítica (que empleó menhires, dólmenes y enterramientos). Desde alrededor de 1500 a. C. se inicia la edad del bronce, desarrollándose rutas comerciales. Se ha encontrado utillaje de la industria achelense del homo erectus de hace 900 ó 1.000 años en la gruta Le Vallonnet, en el sur de Francia. La edad del hierro y las culturas celtas se ubican dentro del I milenio a. C.
Las fronteras de la Francia moderna (1810) son aproximadamente iguales que las de la Antigua Galia, que fue habitada por los grupos celtas conocidos como galos, quienes fueron los habitantes de la región y casi todo Europa central desde la prehistoria. Galia fue conquistada por Roma y su líder Julio César (que venció al jefe galo Vercingétorix[ ) en el siglo I a. C., y los galos adoptaron el idioma romano (el latín, del que evolucionó el francés junto a la presencia de dialectos célticos como el bretón). El cristianismo enraizó en los siglos II y III, y se estableció firmemente durante los siglos V y VI, en aquella época Jerónimo de Estridón (San Jerónimo) escribió que Galia era la única región “libre de herejía”.
La Toma de la Bastilla marca el inicio de la Revolución francesa, un proceso social y político que se desarrolló entre 1789 y 1799, cuyas principales consecuencias fueron la abolición de la monarquía absoluta y la proclamación de la República, eliminando las bases económicas y sociales del Antiguo Régimen en Francia.
Después de una serie de esquemas gubernamentales de breve duración, Napoleón Bonaparte tomó el control de la república en 1799, haciéndose primer cónsul y emperador del qué ahora se conoce como el Primer Imperio francés (1804-1814). Aparte de sus proezas militares, a Napoleón también se le conoce por el establecimiento del Código Napoleónico, un código civil que permanecería vigente hasta la segunda mitad del siglo XX y serviría de modelo a otros países, como España. Se le conoce también por su talento para hacerse rodear de brillantes expertos con un elevado sentido del Estado, que supieron crear el marco jurídico y administrativo de la Francia contemporánea. Otros, sin embargo, lo consideran un dictador tiránico cuyas guerras causaron la muerte de millones de personas, y uno de los personajes más megalómanos y nefastos de todos los tiempos.[16]
Después de llevar a la victoria los ejércitos de la Revolución en una guerra de defensa del territorio nacional amenazado por los ejércitos de las monarquías europeas, su ejército, la Grande Armée, conquistó la mayor parte de Europa continental. En los territorios invadidos, Napoleón nombró a los miembros de la familia Bonaparte y a algunos de sus generales más cercanos como monarcas de los territorios. Hoy en día, la familia real sueca desciende del general bonapartista Bernadotte.
[editar] Siglo XIX
Tras la derrota final de Napoleón en 1815 en la batalla de Waterloo y como consecuencia del Congreso de Viena, la monarquía francesa fue reinstaurada, pero con nuevas limitaciones constitucionales. Si bien la organización política de Francia osciló entre república, imperio y monarquía durante 75 años después de que la Primera República cayera tras el golpe de Estado de Napoleón Bonaparte, lo cierto es que la revolución marcó el final definitivo del absolutismo y dio a luz a un nuevo régimen donde la burguesía, y en algunas ocasiones las masas populares, se convirtieron en la fuerza política dominante en el país. En 1830, una sublevación civil estableció la monarquía constitucional de julio, que duró hasta 1848. La Segunda República Francesa de breve duración terminó en 1852 en que Napoleón III proclamó el Segundo Imperio francés.
Durante este nuevo imperio se produce un considerable desarrollo de los medios de transportes, así como una bonanza económica. Se incrementa la red bancaria y se firma un tratado librecambista con Inglaterra en 1860 que fomenta el comercio internacional. Sin embargo la política exterior tuvo una serie de fracasos importantes como la Segunda Intervención Francesa en México y sobre todo la estrepitosa derrota en la Guerra Franco-prusiana de 1870 en la cual Napoleón III fue vencido por completo y su régimen fue sustituido
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