Lo Mas Importante De La Sociedad
Enviado por cuellar9210 • 13 de Septiembre de 2013 • 428 Palabras (2 Páginas) • 416 Visitas
Una panorámica nacional que no se puede dejar a un lado; el paro agrario que se llevo a cabo en Colombia. Por eso es bueno analizar
¿Constituyen las marchas de apoyo a los campesinos el equivalente nacional de los Indignados europeos y de Wall Street que se levantan contra el sistema económico? ¿O la combinación de paro agrario y marchas urbanas puede explicarse con las mismas claves de rechazo a los políticos que caracterizaron las protestas recientes en Brasil? ¿O, más bien, son protestas sectoriales que defienden intereses específicos y son manipulados por otros intereses a la hora de salir a la calle?
En la ‘rabia’ colombiana hay de todo un poco. No es una primavera árabe pero contiene reclamos históricos de abandono como los de los productores agrarios y los campesinos de frontera del Catatumbo. Tampoco clasifica en una manifestación de indignados, pero existen quejas económicas contra los tratados de libre comercio y las medidas de liberalización de los mercados. Y tampoco fue la reacción de 4 millones de brasileños a manifestar su descontento contra la clase política, pero había muchos críticos de las políticas del gobierno de Santos en las marchas.
Una constelación de grupos, quejas e intereses explica el porqué de la movilización ocurrida la semana pasada en Colombia. Hay marchas de campesinos protestando porque su situación es crítica, hay bloqueos de vías de campesinos o de vándalos; hay estudiantes que salen a la calle para impulsar una reforma educativa; hay camioneros que se quejan de los precios de los combustibles; hay trabajadores y sindicalistas que reclaman sus derechos y se suman a los paros, entre muchos otros.
Y claro, hay oportunistas que pescan en río revuelto y vándalos que buscan generar caos. Todo lo anterior sumado a las denuncias de las autoridades de infiltración de guerrilleros así como opositores al gobierno que capitalizan el descontento popular de cara a las elecciones del año entrante.
Esta combinación variopinta de intereses confirma que tanto el germen de estas protestas como sus consecuencias no sean tan simples de explicar. Limitar la rabia a la firma de tratados de libre comercio o aducir que una eventual reelección de Juan Manuel Santos ha quedado derrotada por los paros reduce a un eslogan político un fenómeno social y económico mucho más complejo y no menos preocupante.
El paro agrario no es la única protesta social activa en el país. La reciente ola de descontento se desató con los campesinos de la región del Catatumbo, continúo con los mineros informales y siguió con los poductores agrícolas en Boyacá, Cundinamarca y Nariño.
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