Logia Masonica
Enviado por luna10 • 17 de Noviembre de 2012 • 1.957 Palabras (8 Páginas) • 884 Visitas
DEL MEXICO ANTIGUO A LA REPUBLICA RESTAURADA .
La presencia extranjera y las logias masónicas
No podemos dejar de mencionar en este estudio sobre la formación del Estado Mexicano, a uno de los graves obstáculos que se opusieron, en varias formas a dicho proceso: la presencia extranjera.
Una vez consumada la independencia, varias potencias hicieron acto de presencia, aunque en forma distinta, según su nivel de desarrollo y las circunstancias concretas. Podemos mencionar que la verdadera lucha se dio entre tres de ellas: Estados Unidos por su obvia cercanía; Inglaterra, primera potencia mundial en aquel entonces; y Francia, que pretendía también obtener las riquezas latinoamericanas. Este último país intervino por vía armada en dos ocasiones 1938 y 1863-67).
De los países mencionados, quienes más posibilidades tenían eran los Estados Unidos y la Gran Bretaña. En la década de los veinte, sus respectivos embajadores (Joel Poinsett y George Ward, respectivamente), entablaron una lucha sorda y en ocasiones abierta para controlar, en lo posible, a los hombres clave de la política mexicana. Buena parte de esta pugna se desarrolló utilizando como instrumento a las logias masónicas. Aunque ya tenemos noción de los que son las logias por el ejercicio que hiciste anteriormente, las estas fueron: en la Edad Media, organizaciones que pretendían guardar secretos de los alquimistas, arquitectos y de otros oficios. En este tiempo casi cualquier conocimiento que se saliera de los causes religiosos podía caer en sospecha de herejía. Así pues, este resguardo de secretos provocó que sus afiliados hicieran compromisos de inviolabilidad sobre so que sucediera al interior de sus templos, integraron en sus protocolo y en sus liturgias ciertas señas y símbolos y toda persona que quería integrarse a dichas sociedades tenía que pasar por un proceso de iniciación. En la medida que la iglesia perseguía a dichas organizaciones, éstas se hacían más secretas. En el Renacimiento y hasta el siglo XVIII, cuando se impone el racionalismo, existieron mayores causes de expresión de los conocimientos en general.
Es durante el siglo XVIII cuando las logias pudieron expresar abiertamente y ello debido a las grandes transformaciones económicas, políticas, científicas y filosóficas que se estaban generando. A finales de ese mismo siglo muchas de estas inquietudes se identificaron cada vez más con las demandas burguesas de la época. Las posiciones políticas de los masones criticaban el absolutismo, la injerencia de la iglesia en los asuntos estatales, así como su dogmatismo y monopolio educativo. La masonería se comprometió a asumir responsabilidades de participación ante los cambios que se gestaban.
Aun tardíamente, estas manifestaciones llegaron a España a finales del siglo XVIII con los Borbones. Así, varios de los distinguidos colaboradores de los monarcas hispanos fueron masones: el conde Floridablanca, Gaspar de Jovellanos, Campamanes, etc., todos ellos cabezas visibles de las llamadas reformas borbónicas
Hechos históricos trascendentes, como la Revolución Francesa y la invasión napoleónica en España, tuvieron como consecuencia la difusión de la masonería no sólo en la península, sino también en las colonias americanas. De estas organizaciones secretas salían muchas de las grandes tesis políticas, económicas y sociales que tanto impacto tendrían en la consumación de la independencia de las colonias. [También] los líderes protagónicos de la independencia en [América del sur], fueron masones en la mayoría de los casos: Francisco de Miranda, Simón Bolívar, Fray Servando Teresa de Mier, Antonio José de Sucre, José de San Martín, etc. Un papel importante cumple en estos primeros tiempos de la masonería americana, la sociedad llamada Caballeros Racionales, que en un tiempo tuvo sede en Londres. A donde habían emigrado personajes de diversas tendencias como consecuencia de las guerras napoleónicas.
Con la guerra de independencia mexicana aumentará el número de masones, tanto por parte de los insurgentes, como por la de los soldados y oficiales provenientes de la metrópoli. Las primeras sociedades masónicas establecidas en España provenían de la Gran Logia de Inglaterra, que el escocés Miguel Ramsay trató de reformar; pero fracasó y se estableció en Francia donde por fin logró su objetivo. Es así que a partir de entonces a este cambio se le conoce como rito escocés reformado. Al invadir España los ejércitos napoleónicos, la masonería se extendió con rapidez, llegando a nuestro continente.
Durante el México independiente los primeros años de la década de los veinte vieron desarrollarse las dos primeras logias masónicas: la del rito escocés y la del rito yorkino. Pero aquí se trató de grupos políticos en toda forma, patrocinados respectivamente por Inglaterra y Estados Unidos, quienes a través de ellos intervenían en la política de nuestro país. La más antigua fue la logia escocesa, que tuvo que ver mucho con la caída del emperador Agustín de Iturbide. Ya para 1824 empezaron a luchar las dos logias. El primer presidente de México, Guadalupe Victoria, algo tuvo que ver con la lucha de las logias, puesto que permitió su desarrollo como parte de su idea de equilibrio entre los bandos opuestos.
Las logias contaban con periódicos; por ejemplo El Sol era de filiación escocesa, mientras que El Correo de la Federación y El Águila Mexicana, expresaban los intereses de los yorkinos.
¿Quiénes formaban parte de ambos grupos antagónicos?, se mencionan como escoceses a Nicolás Bravo, Francisco Molinos del Campo, José María Couto, José María Luis Mora, Florentino Martínez, Miguel Barragán, Francisco Manuel Sánchez de Tagle y Lucas Alamán. Los yorkinos tenían como miembros destacados a Miguel Ramos Arizpe, Guadalupe Victoria, Vicente Guerrero, Lorenzo de Zavala, etc.
La acción política directa por parte de las potencias no fue la única forma de intervención. Está también la económica, como en el caso de los créditos otorgados por Inglaterra a nuestro país, y concertados en condiciones ruinosas, así como las inversiones directas sobre todo en la minería.
Los norteamericanos, de acuerdo al desarrollo de su país, deseaban más que nada, territorio de México, y en este sentido orientaban su política. El mismo ministro plenipotenciario Poinsett cometió la imprudencia de platear la compra de Texas por parte de su gobierno.
Franceses,
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