Los Grupos Sociales Atenienses

LOS GRUPOS SOCIALES

EN ATENAS

LOS GRUPOS SOCIALES EN ATENAS

1. La libertad como eje de la sociedad ateniense.

2. Grupos sociales de Atenas

a) Ciudadanos

• Concepto

• Derechos

• Obligaciones

• Vida en sociedad

• Una comparación con la sociedad actual

b) Metecos

• Concepto

• Derechos y restriciiones

• Ocupaciones

• La figura del προστάτης

• la ἰσοτέλεια

c) Extranjeros

d) Esclavos

• Concepto y etimología

• La falta de derechos

• Justificación de la esclavitud. Aristóteles.

• Ocupaciones

• La compra de libertad

e) Bárbaros

La libertad (ἐλευθερία) es una palabra clave para la comprensión de la sociedad ateniense. Los ciudadanos atenienses se consideraban a sí mismos personas libres, tanto en el sentido individual de la palabra como en el sentido de Estado. Individualmente, no estaban sujetos a un amo. Es decir, no eran súbditos ni esclavos de ningún hombre. Pero además de este aspecto jurídico, para ser libres era necesario ser económicamente autosuficientes.

Como parte de un Estado, los atenienses también se sentían libres porque no eran vasallos de ningún otro imperio. Este grado de libertad se ganaba y se mantenía mediante una política exterior exitosa que fuera capaz de mantener alejadas las agresiones de otros estados.

La presencia de libertades y de derechos compartidos por los ciudadanos atenienses era un rasgo característico de esta sociedad, el “caldo de cultivo” de la democracia que, como sabemos, nació en Atenas.

Sin embargo, no todos los habitantes de Atenas eran considerados libres. No contaban los esclavos, los niños, ni la mujeres. Concretamente las mujeres quedaban excluidas de vida pública. Toda su vida estaban sometidas a la autoridad de un hombre. Primero el padre, después el marido, su hijo si se convertía en viuda y, en el caso de no tener hijos, su pariente más próximo.

El reparto de las libertades, derechos y deberes era la clave para la organización de la sociedad ateniense. En función de este criterio, existían varios grupos sociales: los ciudadanos, los metecos, extranjeros, esclavos y bárbaros.

Era considerado ciudadano a todo varón residente en Atenas, mayor de edad, hijo de padre y madre atenienses y libre. A partir de esta edad, el ciudadano ateniense era inscrito en el “δῆμος” (pueblo). Solían dedicarse a la artesanía o eran jornaleros (trabajaban la tierra a cambio de una paga diaria) o minifundistas. (trabajaban tierras de pequeña extensión que solo les permitía sobrevivir). Tenían plenitud de derechos políticos, es decir, participaban en la asamblea (ἐκκλεσία) y en los tribunales. También tomaban parte en el Consejo (βουλή) que era un órgano consultivo parecido pero diferente al senado actual. Además tenían la posibilidad de desempeñar un cargo administrativo en una de las magistraturas anuales de Atenas. Entre estas, la más influyente era el arcontado. El arconte epónimo dirigía todos los procesos en los que estaban involucrados los ciudadanos. En fin, la participación política del ciudadano, era constante a lo largo de toda su vida.

No obstante, además de derechos tenía unas obligaciones. El servicio militar duraba cuarenta y dos años, desde los dieciocho hasta los cincuenta y nueve inclusive. Los ciudadanos también tenían la obligación de ser jueces arbitrales por un año. Si no lo hacían incurrían en “ἀτιμία” que suponía un desprecio, privaba al ciudadano de sus derechos y le excluía de la vida política.

Además de la participación política y militar, los ciudadanos tenían una vida social muy activa. Asistían a diferentes fiestas en honor a sus dioses, acudían al teatro, a los coros musicales y a los juegos escénicos. Pero lo curioso es que por todo ello recibían una dieta procedente del fondo público “theorikón” para costear los espectáculos. Esto da una idea de hasta qué punto gozaban de derechos los ciudadanos atenienses. Esto sería positivo y un aspecto a ensalzar de esta sociedad si no fuera porque era posible gracias a que los ciudadanos eran una minoría. En la sociedad actual, esto sería imposible dado que la población a la que habría que atender sería mucho mayor pues todos gozamos de derechos de ciudadanía, por lo menos en la teoría. La tendencia actual de la sociedad en la actualidad es justo la contraria: pérdida progresiva de derechos y desmoronamiento del estado de bienestar.

En la Antigua Grecia, el término “meteco” hace referencia a cualquier extranjero no-griego y no tenía el significado peyorativo que ha adquirido hoy en día. Etimológicamente, la palabra procede de “μετ-οἶκος”, significando cambio y casa. Por tanto, un meteco es alguien que ha cambiado de residencia.

Los metecos eran extranjeros que residían definitivamente en Atenas. También eran hombres libres, aunque con unos derechos limitados. Tenían derechos civiles, pero no podían participar en la política. Además, no podían casarse con ciudadanas atenienses ni poseer propiedades. Por último, debían cumplir prestar el servicio militar como hoplitas o remeros y pagar tributos, como un impuesto de residencia y otro llamado “μέτοικος”.

Trabajaban en el comercio, en la cerámica y en la metalurgia, aunque también se dedicaban a actividades artísticas, a la medicina, a la escultura, a la pintura y a la filosofía. Solían vivir en el Pireo (ciudad del sudeste de Grecia, situada en la periferia del Ática).

Todo meteco que quiera residir en Atenas debe encontrarse un protector προστάτης cuya tarea es inscribirle en un δῆμος. A menudo, el προστάτης es su arrendador ya que el extranjero no puede poseer ni casa ni tierras en el Ática.

Aunque no eran ciudadanos, no estaban mal considerados, pues constituían una clase numerosa, rica y culta.

Una clase de metecos podía alcanzar la “ἰσοτέλεια”, es decir, una igualdad de tributación respecto a los ciudadanos y eran librados de la obligación de tener un patrono (προστάτης) que los representara.

En la actualidad, cualquier extranjero que se nacionalice

...