Los Niños Del Cielo

es una película que muestra la realidad de un niño llamado Ali, que con tan sólo 9 años de edad, tiene una perseverancia admirable, pues no importa la situación, él se propone metas que lucha por alcanzar. Es fácil identificarse con algunas de las vivencias de Ali, pues aunque las circunstancias puedan ser muy diferentes a las nuestras, todos pasamos momentos donde nuestros padres determinaron nuestra personalidad. Un ejemplo es cuando se muestra al padre de Ali angustiado por la falta de dinero y haciendo un esfuerzo por sacar a su familia adelante, Alí se da cuenta de esto y decide ayudar a su papá, asumiendo una parte de la responsabilidad de cuidar a la familia y tratar de conseguir cosas que su padre no podría darles en ese momento, como unos zapatos nuevos para su hermana llamada Zahra. Este deseo, más el compromiso que siente por haber perdido los zapatitos que su padre le encargó que fuera a arreglar, son el motor principal de Ali. Cosa que lo lleva a luchar y no descansar hasta cumplir la promesa de darle unos zapatos a su hermana. La relación que llevan los dos niños es muy bonita, nunca muestran que se peleen, o se falten al respeto, por el contrario sus lazos de hermandad son muy fuertes. Hay un momento en el que Ali le pide a su Zahra que no lo acuse con su padre por su error, no sólo porque lo regañaría a él, sino porque los dos se meterían en problemas, ella accede y decide quedarse callada. Zahra sabe que no es necesario que Allí se sienta regañado o presionado por sus padres para solucionar el problema que causó, confía en que él la sacará de esta situación. Pienso que Zahra es muy considerada y dócil, y aunque si le duele no tener sus zapatos, en ningún momento le exige a su hermano unos zapatos nuevos o mejores a los que anteriormente tenía, sólo quiere tener un par propio. Mientras ella está en la escuela, se siente muy apenada e insegura porque muchas de las niñas tienen zapatos, y ella lleva puestos el tenis de su hermano, viejo y sucio, así que prefiere esconder sus pies. ¿Quién no se sintió avergonzado tan siquiera una vez durante su infancia por el hecho de no traer alguna prenda, accesorio o zapatos que lo hicieran sentir más seguro frente a los demás?

Muchas veces somos egoístas y pensamos que nosotros necesitamos algo, más que ninguna otra persona, nos cegamos con nuestro propio egocentrismo y no podemos ver que hay mucha más gente en peores situaciones que la nuestra y mucho más necesitada. En la mayoría de estos casos, aunque pudiéramos ver otras personas en peores circunstancias, escogeríamos cubrir nuestras necesidades primero que las del de a lado, cosa que Ali y Zahra no hacen. Un día, mientras la hermanita de Ali está en la escuela, preocupada y apenada de los tenis que lleva puestos, ella está viendo los zapatos de sus compañeras cuando sus ojos identifican aquellos zapatitos rosas que Ali llevó a arreglar, pero nunca volvío a casa con ellos. Otra niña

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