Los-Ojos-De-Mi-Princesa
Enviado por AOAs • 13 de Mayo de 2015 • 634 Palabras (3 Páginas) • 241 Visitas
José Carlos pasa por una serie de aventuras para conquistar a la chica de sus sueños. Si, literalmente, se trataba de la “chica de sus sueños”, una mujer que él había idealizado, cautivado por sus ojos. Sheccid se convirtió en “su princesa”, y por ella será capaz de afrontar las situaciones más difíciles, vencer el mal para ser mejor cada día. Sin embargo, la verdadera Sheccid no es la que él se había imaginado. La idealización de la persona es un tema fundamental de esta novela, y no sólo de la novela, sino de la vida de muchos de nosotros, quienes solemos enamorarnos de un ser imaginario, y somos capaces de darlo todo por quien en realidad no es más que una ilusión, una “fabricación” de nuestra mente, de nuestros deseos, el ser “perfecto” que quisiéramos que fuera la otra persona. Finalmente José Carlos se choca con la realidad, una realidad dolorosa que le abra los ojos: “su princesa” no era la mujer ideal que él pensaba que era. Aquella mujer que siempre se había mostrado tan femenina y delicada, en realidad ella no era quien aparentaba ser.
Muchas veces nos hacemos una idea equivocada de la persona que queremos, simplemente porque la queremos, o porque nos queremos ver más allá de la apariencia, o porque nos sentimos irresistiblemente atraídas por ella. Entonces nos volvemos ciegos a sus defectos, a veces muy graves, y nos quedamos solo “con lo buena que es” esa persona. Nos ponemos una venda en los ojos y no somos capaces de ver quién es la persona en realidad. Le perdonamos TODO y LE DAMOS TODO hasta que nos chocamos con la realidad y “se nos abren los ojos”: la persona no es quien pensábamos ser, es un ser idealizado al que le habíamos colgado todas las características que nosotros queríamos que tuviese. La realidad resulta ser muy distinta a la imagen ideal que nos fabricamos cuando sin conocer bien a la persona simplemente “nos enamoramos” o “nos ilusionamos”. Podemos vivir tan engañados que nos negamos a ver la realidad, y si en algún momento tenemos el valor de abrir los ojos, es demasiado tarde. Ese momento, aunque muy doloroso, resulta a la vez ser liberador.
En el libro José Carlos cuenta como “su princesa” le dio la motivación y fuerza que lo hizo capaz de atreverse a muchas cosas, que lo ayudó a elevarse, a cambiar para bien. De ello rescato la importancia de tener en nuestras vidas amistades que nos motiven a ser mejores, influencias positivas que nos ayuden a salir de situaciones que a veces parecen no tener vuelta atrás. El amor verdadero nos ofrece una motivación muy poderosa para hacer lo que antes parecía imposible. Luchar por ser mejores, por superarnos, por vencer el mal para hacer el bien, siempre es posible cuando encontramos esa motivación, y cuando nosotros mismos somos esa motivación para otros. Pienso especialmente en el poder que tenemos las mujeres para ayudar a los hombres a elevar sus estándares.
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