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Los lacedemonios


Enviado por   •  9 de Diciembre de 2013  •  Informe  •  320 Palabras (2 Páginas)  •  330 Visitas

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I. INTRODUCCIÓN.

Los lacedemonios mantuvieron su fuerza y organización militar tan en secreto

como les fue posible. A principios del siglo V a. C. el tipo de soldado más común era el

“hoplita”: un lancero con armadura completa y cuya defensa principal era un escudo

redondo de bronce.

Los espartanos eran maestros de la guerra de hoplitas debido a su estricta

educación: el agogé. El espartano dedicaba toda su vida a la guerra.

La única debilidad de Esparta desde el punto de vista militar era la falta de

hombres.

II. EDUCACIÓN.

Los muchachos sólo permanecían con sus familias hasta los 7 años, y desde su

infancia se les adiestraba y se les criaba de un modo especial.

A los 7 años el joven espartano pasa directamente a manos del Estado; se le

alistaba en formaciones premilitares que se escalonarán a lo largo de todo su

crecimiento, bajo la estrecha vigilancia del “pedónomo”, un “inspector” de su

educación.

Según la clasificación por edades el muchacho era:

· De 8 a 11 años, “chiquillo” o “lobezno” (robidas, promikizomenos, mikizomenos,

propais).

De los 8 a los 11 años los niños estaban distribuidos en “bandas” o “tropas”

dirigidas por jóvenes los “irenes” de más edad, y subdivididas en patrullas que

encabeza el más avispado de los muchachos que la componen, llamado “buagos”.

Se les enseñaba a leer y a escribir, pero sus estudios se reducían a lo

estrictamente necesario. El resto de la educación consistía en aprender a obedecer,

soportar la fatiga con paciencia y vencer en la lucha.

Se les afeitaba la cabeza, se les acostumbraba a caminar descalzos y a jugar

desnudos la mayor parte del tiempo.

· De 12 a 15 años, “muchacho” (pratopampais, atropampais, meilleiren).

Dejaban de llevar túnica y sólo recibían un manto para todo el año. Dormían en

dormitorios colectivos sobre jergones de cañas. No se bañaban y sólo se frotaban con

aceite los pocos días festivos que había.

Se les azotaba cruelmente por cualquier falta. se les daba un alimento tosco e

insuficiente para que buscaran víveres por su cuenta y se entrenaran así en el

atrevimiento y la astucia.

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