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Los orígenes del Imperio


Enviado por   •  2 de Mayo de 2016  •  Documentos de Investigación  •  7.201 Palabras (29 Páginas)  •  285 Visitas

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Los orígenes del Imperio

[pic 1]

Dos figuras dominaron el final del régimen republicano y el principio del Imperio –Julio César y Augusto. Julio César era un general y político brillante, que sacó provecho de los problemas de Roma. Primero, formó una alianza de gobierno con los cónsules Pompeyo y Crassus, llamada El Primer Triunvirato. Luego, cuando Crassus muere, le hizo la guerra a Pompeyo y al Senado para obtener el poder único sobre Roma. Su error radicó en auto nombrarse dictador de por vida –decisión que lo llevó a su asesinato.

Esta situación provocó otros 14 años de guerra civil entre Augusto, el heredero nombrado por César, y Marco Antonio, el sustituto del César. Cuando Augusto derrotó a Antonio en Actium en el año 31 a.C., ganó el poder absoluto sobre Roma. Inteligentemente, Augusto no eligió ser un dictador como César. Formó el Principado, que le otorgó el poder real –de por vida-, mientras parecía darle al Senado un rol mucho mayor al que realmente tenía. Había nacido el Imperio.

El Imperio es el sistema en el que el poder político real estaba en manos de un solo individuo, el emperador. Se inauguró con el emperador Augusto. El Senado quedó limitado a ser un órgano de apoyo de ese poder político.

Se denomina Alto Imperio al periodo que va de Augusto a Diocleciano y Bajo Imperio el que tiene lugar entre Diocleciano y la caída del Imperio Romano en Occidente.

El Alto Imperio (27 a.C-305 d.C)

Entre los años 14 y 68 los herederos de Augusto, se van sucediendo en el poder: Tiberio, Calígula, Claudio y Nerón. Esta sucesión dinástica se vio interrumpida por la guerra civil que, en el año 68, se libró entre los tres emperadores que gobernaban en ese año. Este primer período de crisis que vive el Imperio será superado por los Flavios.

A los Flavios les sucedieron los Antoninos (96-193), nombre genérico que se da a los emperadoresNerva, Trajano, Adriano, Antonino Pío, Marco Aurelio y Cómodo, con una política similar a la de los Flavios.

Con Septimio Severo se inauguró la dinastía de los Severos (197-235), en la que se encontraba él mismo, Caracalla, Macrino, Heliogábalo y Alejandro Severo.

El poder absoluto de Roma, capital del Imperio, se fue debilitando con el tiempo. Entre los años 235 y 300 la única prioridad de Roma fue la defensa de las fronteras del Imperio de los continuos ataques de los pueblos bárbaros y de los que provenían imperio sasánido de Persia. La presión de estos pueblos motivó que el ejército asumiese el poder a partir del 235, momento que se conoce como Anarquía militar y que duró unos cincuenta años. Estos emperadores soldados tenían como única finalidad la lucha contra los enemigos del Imperio.

La consecuencia de estas guerras fue el encarecimiento del mantenimiento del ejército y el alto grado de endeudamiento para mantenerlo, lo que llevó al empobrecimiento de la población y a la pérdida de su identidad y sus valores. Un aspecto de su pérdida de identidad fue lacrisis religiosa, por la invasión de nuevas religiones orientales.

La persecución de los cristianos por Diocleciano, también llamada Gran Persecución, no fue más que un intento de eliminar los peligros a los que se enfrentaba el imperio.

En el año 284 una revuelta militar salvó al Imperio, proclamándose Diocleciano emperador. Durante su gobierno se instauró la Tetrarquía, sistema por el cual el imperio se repartía entre dos augustos y dos césares.

Diocleciano abdicó en el año 305 demostrando la ineficacia del sistema tetrárquico sin alguien de peso que lo dirija.

El Bajo Imperio (305-476)

Desde la abdicación de Diocleciano, en el 305, se sucedieron una serie de luchas que se prolongaron hasta el 312, cuando Constantino se convirtió en el único emperador de Occidente y último emperador del imperio unificado. Instituyó el cristianismo como religión oficial del Imperio.

En esta etapa se produce el traslado de la capitalidad del Imperio a la antigua ciudad de Bizancio, reconstruida y ampliada por decisión del emperador. Bizancio, desde el 8 de noviembre del 324 (fecha de su inauguración) pasó a denominarse Constantinopla o ciudad de Constantino.

Más tarde Teodosio dividió el Imperio entre sus dos hijos Arcadio y Honorio surgiendo el Imperio Romano de Occidente y el Imperio Romano de Oriente.

En el año 476 tiene lugar la caída del Imperio Romano en Occidente. El Imperio Romano de Oriente, posteriormente llamado Imperio Bizantino, sobrevivió hasta 1453, fecha de la caída de Constantinopla la actual Estambul.

El ascenso del Imperio

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A fines del Siglo III d.C. el Imperio se volvió tan grande, que Dioclesiano lo separó en dos.

El Siglo I d.C., siguiendo el reinado de Augusto, fue una época de gran expansión para el Imperio. Creció a través de la conquista o la anexión, a pesar de que para el Siglo II, algunos territorios inestables fueron entregados por el Emperador Adriano, para que todo fuera más manejable. A cada provincia se le daba su propio gobernador y constitución y, hasta cierto punto, se auto-gobernaban.

El Imperio daba a Roma unos beneficios económicos enormes, aumentando su riqueza en base a los impuestos (particularmente a los granos) provenientes de las provincias. Esto financiaba los ambiciosos programas de obras públicas en Roma, y permitía aliviar a los habitantes de la ciudad de sus propios impuestos.

La enorme propagación del Imperio significó que la influencia romana fuera difundida. Su idioma, arquitectura, cultura, ingeniería y comida han dejado su marca hasta la actualidad. Solamente en Gran Bretaña, podemos agradecer a los romanos por las calles, el repollo y las arvejas, el acebo y el muérdago, los baños, el concreto y los faros, sólo por nombrar unas pocas cosas.

La decadencia y caída del Imperio

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La decadencia parece haberse instalado en el Imperio durante el Siglo 4to d.C. Su vasto territorio empezó a ser más difícil de proteger. Las olas de invasiones bárbaras durante los Siglos 3ro y 5to, presionaron enormemente los recursos del ejército. Las invasiones también tuvieron un efecto en la economía, ya que el comercio se vió afectado y el dinero de las edificaciones públicas y las ceremonias debió ser desviado al ejército.

El ascenso del Cristianismo también tuvo un impacto significativo. Los aristócratas y la gente instruída prefirieron la vida dentro de la iglesia por sobre la vida dentro de la política, debilitando el liderazgo de Roma. La gente abandonó los templos romanos y el foro, migrando hacia nuevas iglesias ubicadas en las afueras de la ciudad.

Hacia el Siglo 5to, el Imperio estaba por los suelos. En el año 455 d.C los vándalos saquearon a la mismísima Roma. El último emperador, Rómulo Augústulo, abdicó en el año 476 d.C. Ese fue el fin del Imperio Romano de Occidente, aunque el Imperio de Oriente continuó hasta el Siglo XV.

Cónsules politica

[pic 4]

DATO CURIOSO

Se necesitaron decenas de miles de caracoles para producir suficiente tinte para la toga púrpura, vestida por un Cónsul romano.

Los dos cónsules de Roma eran sus magistrados principales. Se elegían democráticamente de entre la clase patricia por el Comicio centuriado, una asamblea popular de romanos, y sus nombres eran utilizados para fechar el año.

Luego del poder absoluto de la monarquía, los romanos no se arriesgaron a una tiranía con el nuevo sistema –es por eso que había dos cónsules. Ellos sólo podían servir un año por vez, con al menos un año entre consulariados. Para hacer que el sistema funcionara, ellos alternaban la toma de decisiones fundamentales mes a mes.

A pesar de estos resguardos, ellos todavía tenían una enorme cantidad de poder. Poseían una completa autoridad civil, así como también la jefatura del mando militar. Convocaban y presidían el Senado y otras asambleas y ejecutaban sus decretos, llevaban a cabo las elecciones y aplicaban medidas legislativas al voto.

Durante el Imperio, el cargo de cónsul se convirtió en mucho menos poderoso y políticamente importante, a pesar de que seguía implicando un estatus social alto.

El Senado

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Tal como el Primer Ministro obtiene hoy el consejo de sus ministros, el Senado romano existía para asesorar al jefe (o jefes) de estado.

Durante la República romana, ellos aconsejaban a los dos cónsules gobernantes y, en la Roma imperial, lo hacían con el Emperador.

Sin embargo, su poder fue seriamente debilitado por el primer emperador Augusto, quien los hizo votar para darle los poderes de un tribunal vitalicio, lo que significó que él podía vetar cualquiera de sus resoluciones. Ya que Augusto también controlaba al ejército, esto le dió el poder absoluto, reduciendo al Senado a ocuparse de los simples asuntos cotidianos –posición en la que permaneció por los siguientes 1500 años.

Sin embargo, durante su apogeo el Senado fue un organismo político poderoso. En un principio, los senadores eran elegidos sobre la base de su origen y su rango. Luego, sólo debían tener una trayectoria en la función pública. Una vez que eran elegidos, mantenían su puesto en forma vitalicia. Hacia el Siglo I d.C. había más de 300 senadores.

Asambleas

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Hoy en día, los poderes del gobierno y de los tribunales están muy separdos pero, durante la República romana, estos poderes estaban combinados y compartidos entre las tres asambleas.

La más poderosa de estas asambleas era la Concilium Plebis –Asamblea popular. Los patricios (romanos nobles) tenían prohibido participar en este concejo de gente ordinaria. Elegían representantes especiales de entre la gente común llamados Tribunos –bastante parecidos a los modernos miembros del parlamento. También elegían ediles, que eran responsables por el mantenimiento de la ciudad y la organización de festivales públicos. Y lo más importante era que la Asamblea popular aprobaba las leyes y llevaba a cabo todos los juicios.

Las otras dos asambleas incluían tanto a los plebeyos como a los patricios. La clase social era importante en el Comicio centuriado (Comitia Centuriata) y el equilibrio del poder era sostenido por las clases superiores. El Comicio Tribal (Comitia Populi Tributa) tenía representantes de cada una de las 35 áreas “tribales” de Roma. Ambos desempeñaban una variedad de poderes legales y judiciales.

Formas de gobierno. Principado

El Principado, es la primera de las dos formas de gobierno que presenta el Imperio romano. Abarca el período comprendido entre la restauración nominal de la República, por parte de César Octaviano, en el año 27 a. C., y el inicio de las reformas del emperador Diocleciano, a partir del año 284.

El príncipe

En rigor jurídico, el príncipe (princeps) no era un rey ni un dictador, sino un simple ciudadano al que se le reconocía una mayor auctoritas, en razón de la cual, el senado y el pueblo romano, le concedían una serie de honores, que invariablemente incluían los títulos republicanos de primer ciudadano (princeps civium), presidente del senado (princeps senatus) y general victorioso (emperador, en latín: imperator), además, de un conjunto de poderes que lo ubicaban en una posición privilegiada en el contexto institucional.

Los poderes del príncipe incluían, básicamente, la potestad tribunicia (tribunicia potestas) y el imperio proconsular mayor e infinito (imperium proconsulare infinitum et maius).

La tribunicia potestas le confería los poderes de un tribuno de la plebe sin necesidad de ejercer el cargo. Aparte de volver inviolable su persona, lo facultaba para proponer leyes y plebiscitos; paralizar mediante veto la actividad de las otras instituciones del gobierno, sin que nadie pudiera vetarlo a él, e imponer multas, castigos y la pena capital, sumariamente, a cualquiera que interfiriera en el desempeño de sus deberes.

El imperium proconsulare, por su parte, otorgaba al príncipe los poderes de un procónsul, sin estar restringido a una provincia específica (infinitum) y con carácter superior al de toda otra autoridad (maius).

Toda vez que su fundamento último consistía en una cualidad moral, cual era la auctoritas, el título de príncipe (así como sus poderes asociados) no era hereditario. Jurídicamente, todo nuevo príncipe debía recibir sus poderes del senado y del pueblo romano, a través de la lex de imperio. En los hechos, era habitual que fuera el príncipe anterior quien designara a su sucesor. El procedimiento consistía en adoptar al elegido y otorgarle gradualmente el ejercicio de los poderes imperiales, especialmente el mando militar, para que así, llegado el momento, el senado y el pueblo no tuvieran otra alternativa que nombrarlo como nuevo emperador.

Las instituciones republicanas durante el Principado 

Luego de los avatares del último período de la República, el Principado significó formalmente una restauración de la dignidad y atribuciones las instituciones republicanas. Si bien, en la práctica, los irresistibles poderes del príncipe, las redujeron a la inutilidad política.

Las magistraturas

El presentar conflicto de competencia con los poderes del príncipe, significó para algunas magistraturas desparecer; tal fue el caso de la censura, que se hizo incompatible con el hecho de que el príncipe ostentara la censoria potestas; otras, como el consulado, se vieron reducidas a mismo con él, ya que no ostentaba el cargo de tribuno.

El Senado

El Senado fue restituido formalmente en su auctoritas. Sin embargo, en la práctica, perdió toda influencia política. El príncipe estaba moralmente obligado a acatar los senadoconsulta, pero los contenido de éstos nunca contradecía la voluntad del emperador. Ello porque el príncipe nombraba a los senadores (en virtud de la censoria potestas); presidía el senado (princeps senatus), cargo que lo facultaba para convocar las reuniones y dictar la pauta de los temas a tratar; además, antes de cada resolución de los senadores, les enviaba una espistola voratio, en la cual señalaba de forma respetuosa lo que espera que resolvieran. Al poco tiempo los senadoconsulta dejaron de tener carácter político, centrándose en materias administrativas y de derecho privado.

Durante el Principado, el Senado dejó de comandar el ejército y de manejar la política exterior del Imperio. Ambas funciones pasaron al príncipe, quien ejercía la primera en su calidad de princeps senatus, y la segunda, en virtud delimperium proconsular. En cuanto a la administración provincial, el gobierno senatorial también se vio mermado, quedando restringido a las provincias pacificadas. En mínima compensación, se le otorgó al Senado el derecho formal de designar al príncipe, además de funciones judiciales y legislativas que se apartaban de la tradición republicana. Pero en lo relevante, el Senado pasó de gravitante ente político a convertirse en una oficina administrativa, cuya principal importancia consistía en el hecho de constituir peldaño insalvable para el acceso a cargos superiores en el gobierno imperial; los gobernadores y algunos jefes de prefecturas debía necesariamente pertenecer al orden senatorial.

Las asambleas

Augusto restableció el funcionamiento regular de la asambleas, sometiendo a su votación una importante serie de leyes y plebiscitos; pero sus sucesores gradualmente dejaron de convocarlas. Las última de las leyes comiciales data de tiempos del emperador Nerva (año 96). Durante el Principado la función más relevante de las asambleas, en razón de sus atribuciones electorales, fue la ratificación de la designación de príncipe, la que mutó con el tiempo en una simple aclamación en el pleno del Senado.

La administración provincial

El Principado dividió las provincias del Imperio en senatoriales e imperiales. Las primeras, que se entendían pacificadas, mantuvieron, en líneas generales, el sistema establecido durante la República. Eran administradas por el Senado y gobernadas por promagistados (ex cónsules o ex pretores). Sin perjuicio de ello, el príncipe ejercía sobre los señalados gobernadores un derecho de control y vigilancia, toda vez, que su propia calidad de procónsul tenía las características extraordinarias de ser maius et infinitus (mayor e infinito). Las provincias imperiales, por su parte, pasaron a la administración directa del príncipe, quien las gobernada a través de legados. Tenían tal administración extraordinaria, en razón de que se consideraba que no estaban totalmente pacificadas, requiriendo de la presencia permanente de efectivos militares.

Dominado

El Dominado, es la segunda de las dos formas de gobierno que presenta el Imperio romano. Abarca el período comprendido entre el inicio de las reformas del emperador Diocleciano, en el año 284, y la destitución del último emperador del Imperio de Occidente, acontecida el en año 476.

El dominus

El Dominado significó para el príncipe dejar de ser tan sólo el primero de los ciudadanos (princips civium) y pasar a convertirse en "señor y dios" (dominus et deus). La realidad del irresistible poder imperial se deshizo de toda máscara, lo cual determinó el comienzo de un nuevo orden institucional. Todo poder tuvo, entonces, su fuente en el emperador, quien se constituyó en cabeza y punto de convergencia de nuevas estructuras administrativas; civiles, judiciales y militares.

El emperador, desentendido del recato impuesto por el respeto a las formas republicanas (la llamada moderatio), adquirió la ceremonia y el trato de un monarca absoluto, pasando a ser su relación con el Pueblo, al decir de Amiano Marcelino, similar a la de un señor (dominus) con su familia.

Lideres.

Emperadores del Alto Imperio Romano

Periodos

Años

Emperadores

Familiares / Herederos

Rebeldes / Usurpadores

Dinastía 
Julio-Claudia 
( 27 a .C.-68 d.C.)

27 a.C.-14 d.C.

Augusto

Livia 
Agripa 
Julia 
Cayo y Lucio

 

14-37

Tiberio

Druso el Joven 
Nerón Druso 
Antonia 
Germánico 
Agripina 
Nerón y Druso

 

37-41

Calígula

 

 

41-54

Claudio

Valeria Mesalina 
Agripina la Menor

 

54-68 

Nerón

Octavia 
Popea Sabina

C. Julio Vindix (68 Galia) 
Clodio Macer (68 Africa)

Guerras Civiles 
(68-69)

68-69

Galba

 

Ninfidio Sabino (68 Roma)

69

Otón

 

 

69

Vitelio

 

 

Dinastía Flavia 
(69-96)

69-79

Vespasiano

Domitila

 

79-81

Tito

Julia Titi

 

81-96

Domiciano

Domicia

 L. Antonio Saturnino (89 Germania)

Emperadores 
Adoptivos

(96-192)

 

96-98

Nerva

 

 

98-117

Trajano

Plotina 
Marciana 
Matidia

 

117-138

Adriano

Sabina 
Elio / Aelio

 

138-161

Antonino Pío

Faustina madre 
Galerio Antonio

 

Dinastía 
 Antonina 
(161-192)

161-169

Marco Aurelio 
y Lucio Vero

Faustina hija

Avidio Casio (175 Siria)

169-177

Marco Aurelio

 

 

177-180

Marco Aurelio 
y Cómmodo

Lucila

 

180-192

Cómmodo

Crispina

 

Guerras Civiles 
(193)

193

Pertinax

Titiana

 

193

Didio Juliano

Manlia Scantila 
Didia Clara

Pescennio Níger (193-194 Siria) 
Clodio Albino (193-197 Britania)

Dinastía Severa

(193-235)

193-211

Septimio Severo

Julia Domna

211-212

Geta y Caracalla

 

 

211-217

Caracalla

Plautilla

 

217-218

Macrino

Diadumeniano

 

218-22

Heliogábalo

Julia Maesa 
Julia Soemias 
Julia Paula 
Aquilia Severa 
Annia Faustina

Vero (219 Siria) 
Gelio Máximo (219 Roma)

222-235

Alejandro Severo

Julia Mamea 
Orbiana

Taurino (Mesopotamia) 
L. Seio Salustio (225-227)

La Anarquía
Militar
(235-285)

 

 

 

 

 

 

 

 

 

La Anarquía
Militar
(235-285)

 

 

 

 

 

 

 

 

 


La Anarquía
Militar
(235-285)

 

235-238

Maximino y Máximo

Cecilia Paulina

Quartino (235)

238

Gordiano I 

 

 

238

Gordiano II

 

 

238

  Balbino y Puieno 

 

 

238-244

Gordiano III 

Tranquilina

Sabiniano (240 Africa)

244-249

Filipo el Arabe

Otacilia Severa

Jotapiano (248 Siria) 
Pacatiano (248 Moesia) 
Silbanaco (Germania) 
Sponsiano

247-249

Filipo hijo

 

 

249-251

Trajano Decio

Herennia Etruscilla

T. Julio Prisco (250-Macedonia) 
J. Valente Liciniano (250 Roma)

251

Herennio Etrusco

 

 

251

Hostiliano

 

 

251-253

T. Galo y Volusiano 

 

Uranio Antonino (253-254 Siria) 
Mareades

253

Emiliano 

Cornelia Supera

253-260

Valeriano 
(Emperador de Oriente)

Mariniana

253-260

Galieno 
(Emperador de Occidente)

Salonina 
Salonino 
Valeriano II

Póstumo (259 Galia) 
L. Ingenuo (260 Panonia) 
P. Regaliano (260 Moesia) 
Macriano (260-261 Egipto) 
Macriano hijo (260-261 Egipto) 
Quieto (260-261 Egipto) 
Pison Frugi (261 Achaea) 
Valente (261 Achaea) 
Balista (261) 
Musio Emiliano (262 Egipto) 
Memor (262 Egipto) 
Aureolo (262 Italia)

260-268

Galieno

 

Aureolo (268 Italia) 
Celso / Saturnino

268-270

Claudio II el Gótico

 

Censorino (269-270)

270

Quintilo

 

 

260-272

Imperio de Palmira 

Odenato (260-267)
Zenobia (267-272)
Vabalato (272)

260-274

Imperio Galo

Póstumo  (260-269) 
Laeliano (269) 
Mario (269) 
Victorino (269-270) 
Tétrico (271-274) 
Tétrico hijo (273-274) 
Faustino (274)

270-275

Aureliano

Severina

Domiciano (271-272) 
Urbano (271-272) 
Septimio (271-272 Dalmacia) 
Firmo (273 Egipto) 
Felicísimo (270-271)

275

"Periodo de Interregno" 
Entre Aureliano y Tácito, el Imperio estuvo casi ocho meses sin emperador

275-276

Tácito

 

 

276

Floriano

 

 

276-282

Probo

 

Bonoso (280 Germania)
Próculo (280-281 Bretaña)
Saturnino (281 Siria)

282-283

Caro

 

 

283-284

Numeriano (Oriente) 
y Carino (Occidente)

Magnia Urbica 
Nigriniano

Juliano (284 Pannonia)

 

 

 

Emperadores del Bajo Imperio Romano  

...

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