MENTE, MANOS Y HERRAMIENTAS. Historia del Objeto

MENTE, MANOS Y HERRAMIENTAS.

Historia del Objeto

Desde la época de la prehistoria hasta la edad moderna, nosotros la especia humana en nuestro incansable pensamiento de mejorar nuestra vida y la forma de hacer las cosas, hemos buscado la manera de perfeccionar con el paso del tiempo nuestro arte, nuestra forma de vivir.

En los inicios de la humanidad el hombre no contaba con herramientas necesarias para la supervivencia, esto implica que comencemos a analizar la forma como hacemos las cosas en nuestra vida cotidiana, los que nos lleva a hacer uso primero de nuestra mente, pensando y pensando inicialmente en lo que estamos haciendo y cómo podemos hacerlo más rápido o mejor, y luego nuestras manos comenzaron a ejecutar todo aquello que nuestra mente pensó, comenzamos a llevar a cabo nuestras ideas.   En la prehistoria con ayuda de nuestras manos y la fuerza bruta inicialmente para realizar herramientas, herramientas de piedra, pero luego comenzaron a crearse herramientas de metales; metales cada vez con mayor dureza, obteniendo así herramientas más sofisticadas, precisas, resistentes, versátiles con el paso del tiempo.

En edades posteriores estas herramientas construidas en la antigüedad, las cuales fueron creadas con ayuda de nuestras manos y sobre todo el uso de nuestra mente y las cuales fueron mejoradas con el pasar de los años, dieron paso a que nosotros los hombres comenzáramos a utilizar nuestras manos como una herramientas más, no solo para realizar nuevas herramientas de trabajo sino para utilizar estas herramientas para la creación de objetos materiales para nuestro uso y confort, creando así elementos no solo para el beneficio personal, sino para poner esas creaciones materiales a disposición de las demás personas, dando paso a objetos cada vez más precisos, ya que era necesario hacer esto que aprendimos una vez y otra vez, volviéndonos maestros; maestros por la experiencia.

En la actualidad, la gran mayoría de esas herramientas y formas de hacer las cosas han mejorado sustancialmente, dando paso a herramientas cada vez más tecnificadas y métodos más rápidos, precisos y productivos, lo que trae consigo menos desgaste físico y mental, pero que como seres humanos en la gran mayoría de las ocasiones no somos conscientes de nuestras propias creaciones, del impacto que esto puede traer a la humanidad, de los verdaderos beneficios o perjuicios que podríamos crear con esas acciones que realizamos y que aún no dimensionamos.

Ha sido necesario el transcurrir de miles de millones de años para que nosotros la raza humana con ayuda de nuestra mente, manos y herramientas creadas por nosotros mismos, lleguemos a donde estamos hoy, una vida llena de tecnología, confort, calidad, lujos, formas rápidas de realizar las cosas, pero a la vez llenas de destrucción, miedo, zozobra y latente peligro de extinción del ser humano.  

Si analizamos las líneas anteriormente escritas, sobre todo cómo han sido la evolución de nosotros los seres humanos desde la época de la prehistoria hasta la época actual en el ámbito material, podemos ver que no ha sido un camino fácil, que ha sido un camino con muchos altibajos, que hemos tenido que pasar por demasiados obstáculos los cuales se presentaron en su momento, fue necesario enfrentarnos a la madre naturaleza y toda su fuerza destructiva, lo que nos generaba miedo ya que eran situaciones para nosotros en ese momento desconocidas, y se fue creando en nosotros lo que se conoce como pensamiento mágico, para definir de manera precisa lo que es el pensamiento mágico se extrae la descripción de Wikipedia que dice “consiste en una forma de pensar y razonar, basada en supuestos informales, erróneos o no justificados y, frecuentemente, sobrenaturales, que genera opiniones o ideas carentes de fundamentación empírica robusta. Básicamente consiste en atribuir un efecto a un suceso determinado, sin existir una relación de causa-efecto comprobable entre ellos” (Wikipedia La Enciclopedia Libre, 2014), como podemos apreciar el pensamiento mágico surgió por ser situaciones que no controlábamos, que nuestra mente y raciocinio no permitía entender, ya que la situación que se presentaba no entendíamos o conocíamos.

Además fue necesario enfrentarnos a nuestro entorno el cual era desconocido y lleno de inminentes peligros, lo cual generaba en el ser humano miedo y temor pero a pesar de esto fue mayor nuestros pensamientos y sobre todo nuestra curiosidad, curiosidad por saber más, curiosidad por querer más, y allí fue donde nuestros temores a lo desconocido fueron quedando a un lado y nos fuimos llenando de valor para explorar y querer más de eso que teníamos a nuestro alrededor y que si nos quedábamos escondidos no íbamos a poder disfrutar, ahí fue donde inicialmente fue necesario hacer uso de nuestra mente para pensar en lo que queríamos, pensar cómo hacerlo y comenzar a llevar a cabo todo lo que teníamos en nuestra mente , luego de innumerables intentos y por supuestos de innumerables fallos, fue necesario pensar que hacer para mejorar como estábamos haciendo las cosas, ya que solo contábamos con nuestro cuerpo y lo que nos ofrecía la naturaleza de manera explícita, pero como queríamos conseguir más, ahí fue donde fue necesario el uso de nuestra mente, para pensar y pensar cómo lograr algo, y ahí comenzamos con lo que conocemos hoy en día como prueba y error.

Si queríamos algo tan sencillo como bajar una fruta de un árbol al cual no podíamos acceder fácilmente, fue necesario entonces inicialmente usar nuestra mente e inteligencia para analizar la situación y así pensar como podíamos bajarla o tumbarla para poder disfrutar de ella, fue necesario la prueba y error, ensayar y ensayar, equivocarnos una y otra vez, primero hasta encontrar la forma más adecuada de hacer las cosas y segundo llegar a una perfección, que solo nos da el hacer algo una y otra vez, volvernos maestros en algo, en este caso maestros en coger una fruta de un árbol.

Así fue sucediendo con todo a nuestro alrededor hace miles y miles de años atrás, ya que fue necesario analizar nuestro entorno, analizar nuestras amenazas, analizar en que teníamos una ventaja o como se diría hoy en día cuales eran nuestras fortalezas, debimos aprender a hacer las cosas, aprender la mejor forma de hacerlo, aprender del error cometido; y este aprendizaje que pudo llegar a ser doloroso y tedioso en su momento, el cual fue motivado por nuestras emociones, emociones como miedo, alegría, tristeza, ira, aversión, amor, nos llevó a aprender cómo hacer las cosas desde lo más sencillo como coger una fruta para poder alimentarnos hasta crear fuego, todo esto nos fue convirtiendo en artesanos, en maestros de nuestra supervivencia.

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