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MODOS DE PRODUCCION ESCLAVISTA 2


Enviado por   •  30 de Septiembre de 2011  •  10.232 Palabras (41 Páginas)  •  1.083 Visitas

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ÓN Y EL PERÍODO DE GRACIA

Una vez cumplido con todo lo anterior, e instalados los inquisidores en su sede y delegación apostólica, disponíanse a cumplir solemnemente con sus funciones, comenzando con una actividad informativa e intimidativa. El "trabajo inquisitorial" daba comienzo con el sermón general, encargado a un buen predicador, o a uno de los inquisidores, que debía finalizar con la orden de delación y el estable cimiento del período de gracia. La orden de delación conminaba a todo el pueblo, de modo perentorio y bajo pena de excomunión, a delatar a supuestos herejes. El período de gracia se abría para que los presuntos herejes se auto denunciaran, confesando su culpabilidad a cambio de promesas de misericordiosa reducción punitiva y de reconciliación con la Iglesia.

El sermón general no se pronuncia en un día de fiesta para no entorpecer el normal funcionamiento de la vida parroquial, sino un domingo cualquiera, fuera del tiempo de Cuaresma o el Adviento. El inquisidor debe invitar al acto a los curas de todas las parroquias del lugar y a los miembros de las órdenes religiosas establecidas en el territorio

El sermón estará "totalmente dedicado a la fe, a su significación, su defensa, exhortando al pueblo a extirpar la herejía".

Al término del sermón se leerá la orden de delación. La orden de delación, que será leída por el notario o por otro clérigo o religioso, en lengua vulgar y en voz alta e inteligible

Eso sí, atento a la utilidad que prestan al Santo Oficio, permitiéndole descubrir posibles herejes, los inquisidores deben hacer saber al pueblo de los fieles que los delatores merecen el respeto del pueblo.

El edicto de gracia, que a partir del año 1500 pasa a denominarse edicto de fe es, conforme la definición de Llorente, "el que se publica prometiendo absolver en secreto al que se denuncia voluntariamente a sí mismo ante los inquisidores como hereje arrepentido, pidiendo ser absuelto sin penitencia pública"

Una vez pronunciado el edicto de fe, el inquisidor debe mandar que coloquen el texto de las "admoniciones" en la puerta de la catedral, para que todos puedan leerlo.

Los actos finalizaban con la lectura de la carta de anatema, que tenía lugar unos ocho días después, encontrándose corriendo el término de gracia, concedido para delatar a vivos y a muertos, familiares, amigos o vecinos, sospechosos de herejía, o para confesar los propios delitos y obtener un trato menos severo. En torno al altar iluminado por dos cirios y presidido por la Cruz, velada con paño negro, permanecían los sacerdotes sumidos en un grave silencio, al igual que los asistentes, mientras se oían tremendas imprecaciones contra aquellos que no habían obedecido a lo mandado.

FORMAS DE INICIAR LA ETAPA SUMARIA

La información sumaria se inicia por delación o denuncia, por encuesta y por acusación.

A) DELATACION

Si los delatores se presentasen durante el plazo previsto en la orden de delación "para no incurrir en la excomunión que recae sobre los que saben y se callan", el inquisidor hará constar las delaciones por escrito en un cuaderno previsto al efecto, en el que constará el hecho denunciado y el nombre y domicilio de los testigos existentes31.

Una vez transcurrido el plazo fijado en la orden de delación, el inquisidor comienza a instruir la información sumaria "con arreglo a su oficio". Corresponde tomarle declaración al delator, quien debe prestar juramento sobre los cuatro Evangelios acerca de cómo ha sabido los hechos, si los ha sabido de primera mano o no, si denuncia por mero impulso de malevolencia, odio, rencor o por orden de un tercero, y finalmente, el delator presta juramento de guardar secreto de todo lo que revele al inquisidor. Todo ello se registra en el acta que redacta el notario.

B) ENCUESTA

La existencia de un rumor acusatorio de carácter público (diffamatia) es suficiente para que el inquisidor inquiera "no a instancias de una parte sino por su propio oficio".

En esta modalidad las actuaciones se inician de oficio, a condición de que el rumor llegue a oídos del inquisidor y de que dos personas honradas y "bien pensantes" declaren acerca de la existencia del rumor público, de lo que se levantará acta judicial.

Conforme una práctica muy extendida, la diffamatia solía ser puesta de manifiesto por denuncia del promotor fiscal, quien además de formular imputaciones a la persona sobre la cual pesaba el rumor público, solicitaba su citación, cuando no directamente su detención.

C) ACUSACIÓN

El último modo de iniciar las actuaciones es la acusación, que Eimeric caracteriza como el caso en que "ante el inquisidor, alguien acusa a otro de herejía, manifiesta su voluntad de demostrar su acusación y declara aceptar la ley del talión, en virtud de la cual el acusador acepta, si fracasa, sufrir el castigo que recibiría el denunciado si se demostrara su culpabilidad.

Este método cae en desuso cuando el Santo Oficio dispone de un funcionario denominado procurador o promotor fiscal, a quien incumbe asumir el rol de acusador.

DESARROLLO DE LA ETAPA SUMARIA

A) TESTIMONIOS y CALIFICACIONES

Una vez iniciados los procedimientos, por denuncia o por encuesta, se abre paso a una información sumaria, realizada de oficio y articulada en actas escritas, que se dirige a comprobar la presunta culpabilidad de aquel que hubiera sido inicialmente imputado del delito de herejía.

Para tender a la confirmación de la imputación, se interroga a los testigos presentados o a los que el inquisidor elija a su arbitrio, después de que éstos prestan juramento en la forma habitual.

Los testigos son elegidos preferentemente entre los allegados y familiares del imputado. Eso sí, para facilitar la comprobación de la sospecha "el inquisidor elige testigos de los que pueda legítimamente esperar que no van a deponer en favor del imputado". Si se trata de probar la existencia del rumor, bastan dos testigos íntegros y mayores de edad, aún cuando sean divergentes. Por otra parte, el rumor cobrará mayor fuerza probatoria cuando el difamado ha morado en alguna región "infestada por la herejía".

Por lo demás, a propósito de la difamación, no se tendrán en cuenta solamente las declaraciones prestadas por testigos "valientes y honrados", sino también las que emanan de "testigos viles e infames (herejes, perjuros, criminales, etc.) está, efectivamente, previsto que a este respecto se acepte cualquier testimonio".

Las primeras causas instruidas contra los conversos no exhiben que los inquisidores hayan tenido mayores miramientos, ni tomado recaudas especiales para ordenar aprehender

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