Michel de Montaigne
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Michel de Montaigne
Michel de Montaigne
Michel de Montaigne 1.jpg
Retrato de Montaigne, en un grabado del siglo XIX
Nombre completo Michel Eyquem de Montaigne
Nacimiento 28 de febrero de 1533
Castillo de Montaigne,
Saint-Michel-de-Montaigne
Defunción 13 de septiembre de 1592 (59 años)
Château de Montaigne,
Saint-Michel-de-Montaigne
Ocupación humanista, filósofo, escritor
Movimientos Humanismo
Escepticismo filosófico
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Influyó a[mostrar]
Firma Unterschrift des Michel de Montaigne.png
Michel Eyquem de Montaigne (Castillo de Montaigne, Saint-Michel-de-Montaigne, cerca de Burdeos, 28 de febrero de 1533 - ibíd., 13 de septiembre de 1592) fue un filósofo, escritor, humanista, moralista y político francés del Renacimiento, autor de los Ensayos, y creador del género literario conocido en la Edad Moderna como ensayo.
Índice [ocultar]
1 Biografía
1.1 Infancia
1.2 Trabajo como magistrado
1.3 Humanista y escéptico: los Ensayos
1.4 Guerras de religión
1.5 Rehusó la Corte
1.6 «¿Qué sé yo?»
1.7 Estatua en el Barrio Latino de París
2 Su obra
3 Ediciones de Montaigne
4 Véase también
5 Referencias
6 Traducciones de los ensayos
7 Bibliografía
8 Enlaces externos
Biografía[editar]
Montaigne nació cerca de Burdeos, en un château propiedad de su familia paterna, el 28 de febrero de 1533. Su familia materna, de ascendencia judía portuguesa, provenía de judeoconversos aragoneses, los López de Villanueva, documentados en la judería de Calatayud, tres de los cuales fueron quemados por la Inquisición, incluido su bisabuelo Pablo López en 1491. La familia paterna de Michel (los Eyquem) gozaba de una buena posición social y económica y él estudió en el prestigioso Collège de Guyenne de Burdeos.
Infancia[editar]
Recibió de su padre, Pierre Eyquem, alcalde de Burdeos, una educación a la vez liberal y humanista: recién nacido fue enviado a vivir con los campesinos de una de las aldeas de su propiedad para que conociera la pobreza. A los pocos años de vida, de vuelta en su castillo, le despertaban siempre con música, y para que aprendiese latín, su padre contrató un tutor alemán que no hablaba francés y prohibió que los empleados se dirigieran al niño en francés; así, no tuvo contacto con esta lengua durante sus primeros ocho años de vida. El latín fue su lengua materna; luego se le enseñó griego y después que lo dominó por completo comenzó a escuchar francés.1
Trabajo como magistrado[editar]
Entonces se le envió a la escuela de Burdeos y allí completó en sólo siete años los doce años escolares. Se graduó después en leyes en la Universidad. Sus contactos familiares le granjearon el cargo de magistrado de la ciudad y en ese puesto conoció a un colega que sería su gran amigo y corresponsal, Étienne de La Boétie. Los siguientes doce años (1554-70) los pasó en los tribunales.
Humanista y escéptico: los Ensayos[editar]
Admirador de Virgilio, Séneca, Plutarco y Sócrates, fue un humanista que tomó al hombre, y en particular a él mismo, como objeto de estudio en su principal trabajo, los Ensayos (Essais) empezados en 1571 a la edad de 38 años, cuando se retiró a su castillo. Escribe que «Quiero que se me vea en mi forma simple, natural y ordinaria, sin contención ni artificio, pues yo soy el objeto de mi libro». El proyecto de Montaigne era mostrarse sin máscaras, sobrepasar los artificios para desvelar su yo más íntimo en su esencial desnudez.
Junto con Francisco Sánchez, fue el principal defensor del escepticismo en el Renacimiento tardío. Fue un crítico agudo de la cultura, la ciencia y la religión de su época, hasta el punto de que llegó a considerar la propia idea de certeza como algo innecesario. Su influjo fue colosal en la literatura francesa, occidental y mundial, como creador del género conocido como ensayo.
Viaje a Italia por Michel de Montaigne 1580-1581
Guerras de religión[editar]
Durante la época de las guerras de religión, Montaigne, católico él mismo, pero con dos hermanos protestantes, trató de ser un moderador y de contemporizar con los dos bandos enfrentados. Le respetaron como tal el católico Enrique III y el protestante Enrique IV. De 1580 a 1581, viajó por Francia, Alemania, Austria, Suiza e Italia, llevando un diario detallado donde describió episodios variados y las diferencias entre las regiones que atravesaba. Sin embargo, este escrito sólo llegó a ser publicado en 1774, con el título Diario de viaje.
Mientras estaba en Roma, en 1581, fue elegido alcalde de Burdeos; su padre Pierre Eyquem había sido ya alcalde de esta villa, que Michel rigió hasta 1585, cuando intentó moderar las tensiones entre católicos y protestantes. Hacia el fin de su mandato, la peste asedió la ciudad.
Rehusó la Corte[editar]
Cuando Enrique IV, otra vez rey y con quien él sostuvo siempre una relación amistosa, le invita a la Corte como consejero, rehusando el papel de un nuevo Platón en la corte del tirano Dionisio de Siracusa, declinó tan generosa proposición: «Yo no he recibido jamás ninguna generosidad por parte de los reyes, que no he pedido ni merecido, ni he recibido paga alguna por los pasos que he dado en su servicio. [...] Soy, 'Sire', tan rico como me imagino».
«¿Qué sé yo?»[editar]
Montaigne continuó extendiendo y revisando sus Ensayos hasta su muerte, acaecida en 1592 en el castillo que lleva su nombre, en cuyas vigas del techo hizo grabar sus citas favoritas. El lema, mote o divisa de su torre era «Que sais-je?» («¿Qué sé yo?» o «¿Yo qué sé?»), y mandó acuñar con él una medalla con una balanza cuyos dos platos se hallaban en equilibrio.
Estatua en el Barrio Latino de París[editar]
Su estatua, levantada en la década de 1930, y que se encuentra en la Square Paul Painlevé, del céntrico Barrio Latino de París, sirve como un amuleto de la suerte para los estudiantes de La Sorbonne que se encuentra justo en frente, y quienes, antes de los exámenes, tocan el pie derecho de la estatua.2
Su obra[editar]
Artículo principal: Ensayos (Montaigne)
Michel de Montaigne, por Daniel Dumonstier.
Montaigne escribió con pluma festiva y franca, revolviendo un pensamiento con otro, «a salto de mata». Su texto está continuamente esmaltado de citas de clásicos grecolatinos, por lo cual se excusa haciendo notar la inutilidad de «volver a decir peor lo que otro ha dicho primero mejor». Obsesionado con
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