Misiones Culturales En Mexico
Enviado por memin3006 • 2 de Septiembre de 2012 • 4.843 Palabras (20 Páginas) • 1.372 Visitas
MISIONES CULTURALES MEXICANAS 70 AÑOS DE HISTORIA.
I. INTRODUCCIÓN
Hablar de las Misiones Culturales Mexicanas es tomar un hilo conductor que atraviesa varias décadas de labor educativa en este país. Su relación con la educación de adultos, como proyecto que se ha ido construyendo históricamente, tiene significado en tanto ha sido una fuente de inspiración teórica y práctica para modelos, que si bien no toman el carácter propiamente de las misiones culturales, sí retornan su espíritu y su sabiduría. Misiones Culturales es una labor educativa, fruto de la historia de la formación del México del siglo XX, de ahí su especificidad y originalidad.
II. POR DÓNDE EMPEZARON
Las Misiones Culturales y la alfabetización
«Tierra y Escuelas»
Grito revolucionario en 1910
El año de 1921 marca un momento muy importante en la historia de México: terminaba la revolución armada que se inició en 1910 en contra del dictador Porfirio Díaz, y el país se echaba a cuestas la reconstrucción nacional, se anunciaba el nacimiento de una nueva sociedad. La Revolución puso en libertad energías largo tiempo contenidas y provocó un renacimiento político, social, económico e intelectual. Cuando la larga lucha terminó, en 1920, la demanda popular de escuelas estaba tan profundamente arraigada que el Gobierno se sintió obligado a hacer algo por la educación. El primer Secretario de Educación Pública de México fue don José Vasconcelos (1921). En su trabajo en favor de la educación del país inició la primera campaña contra el analfabetismo, instaló las escuelas rurales y nombró los primeros misioneros.
El campo mexicano se encontraba abandonado, la lucha armada había diezmado a la población, y la guerra terminó con la infraestructura económica. Para entonces los ideales revolucionarios del reparto agrario y la justicia social estaban lejos de hacerse realidad. Abandono, tristeza y hambre eran comunes en las comunidades rurales, mestizas e indígenas. Situación poco propicia para fundar escuelas y encontrar maestros que ayudaran a la gran labor de reconstrucción y a mejorar las condiciones de vida de miles de campesinos pobres en todo el país. El primer problema con que hubieran de enfrentarse los encargados de la educación en el período posrevolucionario fue el de la selección y formación de maestros rurales, y el segundo, íntimamente relacionado con aquél, fue decidir qué era lo que habían de enseñar. Para resolver ambos problemas y poder llevar la educación a las regiones rurales se redactó el programa de las misiones culturales .
III. EL MISIONERO Y SU MISIÓN
Investigador, maestro, y trabajador
Las primeras actividades misioneras en 1921 fueron ambulantes y llevadas a cabo por seis misioneros; 1922 iniciaba con sólo 77 de ellos y 100 maestros, cuando las necesidades del país demandaban elevar el número de misioneros a 300 y se requerían 20 000 maestros, recursos humanos muy numerosos que era necesario destinar para lo que en ese entonces se empezaba a considerar como un problema social prioritario: la educación. El misionero fue un tipo de maestro cuya primera labor era visitar los centros rurales y en forma especial las comunidades indígenas, de estas visitas rendían informes a las autoridades educativas y trataba de reclutar maestros rurales para destinarlos a las poblaciones más necesitadas.
Las Misiones Culturales fueron fundadas oficialmente en octubre de 1923, por el Presidente General Álvaro Obregón , siendo el primer Jefe de Misión el distinguido profesor Rafael Ramírez. En aquel entonces se estimó que un maestro misionero debería tener conocimientos amplios sobre las condiciones de vida de la población, dominar el idioma nativo de la región y tener conocimientos pedagógicos suficientes para capacitar y entrenar adecuadamente a los maestros que reclutaran la escuela rural no podrá llenar su misión educativa si los maestros no basan su enseñanza en los trabajos manuales, tales como el cultivo de la tierra y las variadas pequeñas industrias y ocupaciones que se derivan de la agricultura; si los maestros no aprovechan las aptitudes de los niños, encauzándolas convenientemente para procurar hábitos de cooperación y de trabajo, y si los maestros no llegan a entender cuál es la verdadera misión de la escuela de los campos y aldeas, que no es otra que la de conseguir para la vida rural un ambiente de mayor comodidad y de mayor progreso .
Las Misiones Culturales cuando Álvaro Obregón publicó el 3 de octubre de 1921, el decreto de creación de la Secretaría de Educación Pública y nombró al filósofo oaxaqueño José Vasconcelos Calderón como ministro del ramo. Los diputados agraristas destinaron del 60 al 70% del presupuesto de educación para fundar escuelas. La educación se concebía como una misión apostólica que iba a todos los rincones del país, por lo que Enrique Corona Morfín, Lauro G. Caloca y Ezequiel A. Chávez, asesores de Vasconcelos idearon llevar la educación al campo, según el modelo de los misioneros franciscanos de la época de la colonia .
Así, el misionero, que era un maestro preparado, llegaba a una comunidad sin escuela, organizaba a los miembros de la comunidad, fundaba una escuela, buscaba a alguien que pudiera servir como maestro, lo preparaba y lo dejaba trabajando. Sus compañeros de misión eran otros profesores: de higiene y sanidad, de pequeñas industrias, de economía doméstica y de prácticas agrícolas. Al menos así se conformaron las primeras misiones para trabajar con las comunidades y buscar su desarrollo. "Algunos consideran a las Misiones Culturales como escuelas Normales ambulantes, lo cual es inexacto, pues se crean no sólo para preparar maestros, sino fundamentalmente para propiciar el desarrollo integral armónico de las comunidades rurales mediante la acción de la escuela. Con esas intenciones llegaban a las comunidades y trabajaban al principio de dos a tres semanas, para después alargar el período hasta tres meses.
Reunían a los profesores de la región y los preparaban mediante "institutos". El instituto era un "curso de tres semanas a un mes, en que se reunía a los maestros rurales, federales y estatales, para capacitarlos, para mejorarlos profesionalmente. La enseñanza era en general práctica: se enseñaba haciendo las labores encomendadas" . Ese esquema de trabajo no respondía a planes y programas específicos ni a cánones o recomendaciones pedagógicas, ni se exigían antecedentes académicos iguales a quienes participaban, por lo que eran formas educativas abiertas en esos aspectos. Junto con otras instituciones educativas, las misiones caracterizaron a las acciones cuya preocupación
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