Misogino
Enviado por • 5 de Diciembre de 2013 • Informe • 409 Palabras (2 Páginas) • 260 Visitas
Nadie que este en su sano juicio se quedará con alguien que este como yo estoy. Si Jeff lo hace, es solo
porque me ama.
La primera vez que vino a verme, Nancy tenía un exceso de peso de 27 kilos y una úlcera. Se presentó con
unos viejos tejanos con rodilleras y una camisa informe; tenía el pelo descuidado, las uñas comidas hasta sacarse
sangre y le temblaban las manos. Cuatro años antes, cuando se caso con Jeff, era la coordinadora de modas de
uno de los principales grandes almacenes de Los Angeles. Parte de su trabajo consistía en viajar por Europa y
Oriente, encargada de seleccionar prendas de vestir para el establecimiento. Ella misma se había vestido siempre
a la última moda y salía con hombres fascinantes; había sido el centro de varios artículos periodísticos sobre las
mujeres que triunfan en la zona de Los Angeles, y todo eso lo había logrado antes de cumplir los 30 años. Sin
embargo, cuando yo la vi por primera vez, a los 34, se sentía tan avergonzada de su aspecto y tenia una opinión
tan pobre de sí misma, que apenas salía de casa.
Aparentemente, su autoestima había comenzado a desvanecerse cuando se caso con Jeff; sin embargo, a mis
preguntas sobre su marido, Nancy respondió con una larga lista de superlativos.
Es un hombre maravilloso, encantador, divertido y dinámico. Siempre tiene pequeñas atenciones conmigo...
Me envió flores para conmemorar el aniversario de la primera noche que hicimos el amor. El año pasado, para
mi cumpleaños, me sorprendió con dos billetes para unas vacaciones en Italia.
Nancy me contó que Jeff, pese a lo ocupado que estaba con su profesión de abogado, siempre encontraba
tiempo para estar con ella y que, a pesar de su apariencia actual, seguía queriendo que Nancy lo acompañara en
todos sus compromisos y cenas de negocios.
A mi solía encantarme salir con él y con sus clientes, porque aun íbamos tomados de la mano, como unos
colegiales. Por él soy la envidia de todas mis amigas. «Tu si que tuviste suerte, Nancy», me dijo una de ellas. Y
yo sé que es así, pero fíjese en mí! No entiendo que ha pasado para que me sienta siempre tan deprimida. Tengo
que rehacerme de alguna manera, porque si no, terminare por perderlo. Un hombre como Jeff no tiene por qué
andar por ahí cargando con una mujer como yo. Él puede tener las mujeres que quie
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