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Movimiento Comunero


Enviado por   •  1 de Septiembre de 2014  •  3.350 Palabras (14 Páginas)  •  422 Visitas

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INTRODUCCIÓN

La Rebelión de los Comuneros se refiere al levantamiento armado que estalló en la Nueva Granada en 1781, principalmente asociado a la revuelta en el Socorro (entonces provincia de Santa Fe) que culmina parcialmente con las capitulaciones de Zipaquirá en junio, y continua en una segunda etapa como un amplio movimiento que involucró pobladores de los llanos, Neiva, Nariño, Cauca (actual Valle) y la costa atlántica.

La insurrección comunera tiene por causa inmediata las medidas tomadas por el regente visitador Juan Francisco Gutiérrez de Piñeres, quien aumentó el impuesto de alcabala; estableció impuestos a la sal, el tabaco y los juegos de cartas; e impuso nuevos gravámenes a los textiles de algodón. Los cambios se enmarcaban en el contexto de las llamadas reformas borbónicas que pretendían, entre otras cosas, imponer mayores gravámenes a las élites criollas y recomponer los resguardos indígenas con el objeto de rematar tierras a favor de la Real Hacienda.

Las decisiones tomadas, de por sí impopulares, se hicieron más ofensivas por la aplicación de métodos arbitrarios y violentos usados por los recaudadores de impuestos. La insurrección comunera expresó a una variada mezcla de reivindicaciones, no sólo por sus diferentes causas, sino porque involucró sectores rurales y urbanos, así como sectores con intereses económicos y sociales diferenciados. Desde otra perspectiva, la revuelta comunera formó parte de una serie de luchas libradas en el conjunto de las colonias españolas en América.

Los reclamos populares a la nueva política de impuestos no se hicieron esperar. Estos adquirieron mayor relevancia a partir del 16 de marzo de 1781, fecha en que se conocieron las nuevas disposiciones acerca del impuesto sobre las ventas.

MOVIMIENTO DE LOS COMUNEROS

En los últimos meses de 1780 hubo levanta¬mientos contra los guardas de la renta de tabaco en Si macota, Mogo¬tes y Charalá pero la cabeza del movimiento fue la ciudad del Socorro en donde el 16 de Marzo de 1781 Manuela Beltrán rompió el edicto referente a las nuevas contribuciones a los gritos de "viva el Rey y muera el mal gobierno. No queremos pagar la armada de Barlovento". Como general de los insurrectos fue elegido Juan Francisco de Berbeo, en asocio de Salvador Plata, Antonio Monsalve y Francisco Rosillo quienes constituyeron la junta llamada El Común de donde les vino el nombre de Comuneros. Se reunieron en el Socorro cerca de 6.000 hombres que marcharon en dirección a Santafé. En el camino se agre¬garon poblaciones hasta completar 15.000 y en el Puente Real de Vélez se encontraron con la pequeña tropa enviada de Santafé a órdenes de José Osorio y del Capitán Joaquín de la Barrera quienes no pudieron interrumpir su avance y mientras el Regente Gutiérrez de Piñeres salía en marcha precipitada hacia Cartagena, el gobierno acordó impedir la llegada hasta la capital y designó al oidor Vasco y Vargas y al alcalde don Eustaquio Calavis. El arzobispo Caballero y Góngora ayudó con su presencia a las negociaciones.

Las marchas se formaron por los sectores más descompuestos de la sociedad, lo que di lugar a una persecución criminal hacia la población, pues robaban y quemaban no solo los cultivos, sino también las casas y las propiedades de las personas, dando lugar al encarcelamiento de grupos masivos de población; en general se cometió toda clase de abuso.

A pesar de lo todo lo anterior, la población acostumbrada al paternalismo de los Austrias y a la protección que los religiosos brindaban al indígena reconocía al rey y despreciaba al mal gobierno, solo 30 años más tarde, una nueva generación que creció bajo el gobierno “ilustrado” de los borbobones fue la encargada de convertir un movimiento antirreformista en uno independentista.

Los mismos virreyes fueron tratados despóticamente, pues fueron revelados de sus funciones económicas, y lo mismo sucedió a los criollos que dirigían los cabildos, quienes fueron despojados de los mismos para dar paso a la nueva burocracia “ilustrada”. Esta situación reabrió viejos resentimientos entre los criollos o “manchados de la tierra” y es pañoles; los unos se les permitió acumular riqueza y a los otros se les dio la exclusividad del poder administrativo, a la vez que se les prohibía hacer negocios en las colonias.

Grabado de Urdaneta sobre la revolución de los comuneros

Los primeros en organizarse bajo un interés común fueron las familias de la más rancia aristocracia criolla: los lozanos, los caycedo y los Ricaurte, abuelos y padres de los futuros próceres de la independencia, como Antonio baraya, Jorge Tadeo lozano y camilo torres. El señor Jorge miguel lozano era dueño de la “primera y más importante hacienda, de nombre el novillero, cuyos términos abarcaron casi en su totalidad los actuales municipios de fianza, serrezuela y mosquera”. Hacienda que tenía el monopolio de abasto de la carne, a la cual se le imponía un precio un impuesto, además del oneroso impuesto cobrado por la corona por poseer el titulo marques (el marqués de san Jorge), quien al mismo tiempo se sentía orgulloso de su soberanía española, se resentía al ver que ni los títulos nobiliarios tenían valor alguno para la actual corona.

Con los matrimonios entre los miembros de las tres familias, quedaron todas emparentadas, adueñadas de los cabildos, de las tierras y del comercio; al sentirse aisladas del poder político por parte de la nueva administración, empezaron a reunirse en tertulias aparentemente inofensivas, de las cuales salía toda clase de pasquines en contra del mal gobierno, pasquines que hicieron llegar por correo (eran administradores de este) a socorro y san gil, generando un ambiente de inconformidad y desprestigio al gobierno de ese entonces, socorro y, en general, Santander era un territorio propicio para general descontento, pues existía un modelo de relaciones sociales que tendía al igualitarismo, porque eran pequeños propietarios de cultivos de tabaco y no estaban en las grandes haciendas bajo el modelo social heredado del encomendero (paternalista autoritario), y además las medidas del estanco del tabaco les perjudicaba enormemente

Pasquines en contra del mal gobierno.

Desde el mes de octubre de 1870 se inician las protestas contra la nueva administración, especialmente en Mogotes, simacota, Charalá y tinja, situación que obligo a Gutiérrez de peñeres a suprimir la alcabala sobre la industria textil manufacturera, medida que no fue paliativo alguno; al contrario, aumento e, nivel de las protestas y surgió el “el poder colectivo”, “poder del común”.

El 16 de marzo de 1782, día de mercado, las autoridades fijan en la casa municipal el edicto que contenía los nuevos

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