Mujeres en la historia: ¿Quién fue Juana Manso?
Enviado por Antonella da Cruz Sousa • 28 de Mayo de 2024 • Monografía • 1.941 Palabras (8 Páginas) • 51 Visitas
UNIVERSIDAD NACIONAL
DEL OESTE
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Escuela de Humanidades
Lic. En Gestión Educativa
MUJERES EN LA HISTORIA:
¿QUIÉN FUE JUANA MANSO?
Alumnos: da Cruz Sousa, Antonella
Chamorro, Heriberto
Docente: Diaz, Raúl
Cátedra: Historia de la educación
INTRODUCCIÓN
Existe una frase muy célebre que dice lo siguiente: “Los pueblos que olvidan su historia, están condenados a repetirla”, conocer sobre nuestros antepasados nos ayuda a encontrar un sentido de identidad para mejorar nuestro futuro y evitar cometer los mismos errores. Así, comenzamos nuestra monografía que intenta hacer un abordaje a la trayectoria de Juana Paula Manso de Noronha, una escritora, traductora, periodista y maestra de nuestro país que a lo largo de su vida se comprometió con la educación popular y peleó por los derechos de las mujeres. Pero como sabemos, todas las situaciones humanas se dan dentro de un contexto histórico que de una u otra manera ejercen influencia sobre él y la condición política/social del país era compleja, sobre todo para una mujer laica y protestante a los que muchos tildaron de “loca”. Por tal motivo durante el desarrollo del trabajo, se establecerán relaciones con en el acontecer del siglo XIX, para intentar evitar prejuicios y errores de interpretación.
DESARROLLO
Juana Paula Manso de Noronha nació en el barrio de Monserrat de la provincia de Buenos Aires el 26 de junio de 1819 y falleció en la misma ciudad el 24 de abril de 1875. Fue escritora, periodista, traductora, maestra y peleó por los derechos de la mujer lo que la convirtió en una precursora del feminismo tanto de nuestro país como en Uruguay y Brasil. Su vida comenzó luego de la Revolución de Mayo por lo que fueron tiempos de agitaciones políticas en el Río de La Plata. Su infancia y primera juventud se desarrolló en un contexto social turbulento producto de las disputas por la organización del Estado, guerras civiles y asesinatos políticos. Juana recibió en su hogar una formación humanista, su padre, José María Manso fue profesor de matemática y agrimensor que participó en luchas revolucionarias, adherido al partido unitario y amigo de Bernardino Rivadavia por lo que luego, trabajó en su gobierno.
Durante su aprendizaje en la escuela de Monserrat creada por Rivadavia, se destacó por su inteligencia, pero por su personalidad se aburría de la rutina escolar y de la aplicación del método de aprendizaje basado únicamente en la memorización y repetición mecánica [2]. Fiel a su personaje aventurero, acompañaba a su padre al café porteño en el cual recitaba odas[1] patrióticas y a sus viajes de agrimensor lo que le permitieron conocer costumbres, personajes y paisajes que le otorgarían inspiración para la redacción de sus novelas. [2] En 1829 luego de que J M de Rosas asumiera la gobernación en la cual privilegió los intereses de su provincia, postergando los intentos de unificación nacional [1], cambió la vida de esta joven apasionada. Con la llegada de este federal autonomista al poder dio por finalizada cualquier posibilidad de libertad de expresión y llevó adelante una serie de persecuciones por lo que la prédica anti-rosista de Juana la condujo al exilio por varios años, primero en Montevideo y más tarde en Rio de Janeiro ciudad de Brasil.
Radicada junto a su familia en Montevideo, formó parte de un movimiento que promovían los emigrados. Herederos del pensamiento revolucionario de Mayo: progreso, fraternidad e igualdad seguían siendo sus ideales, aunque ya no estaban en el país. Este grupo, fundó escuelas, institutos y redactó tanto periódicos como libros. [2]Además, en el país vecino, Juana emprendió su primera tarea educativa, organizó en una habitación de su casa el llamado “atenea de señoritas”, allí enseñaba a las jóvenes y señoras sobre aritmética, lectura, labores, cuidado de los modales, lecciones de moral, gramática, francés, piano, canto y dibujo [5]. Esta experiencia le permitió acercarse a la docencia y poner en práctica algunos métodos didácticos novedosos. Todo marchaba bien para esta educadora, hasta que finalmente en 1842 a través de Manuel Oribe a quien Rosas había ayudado a invadir Uruguay y a sitiar la capital bloqueando el puerto concluido el conflicto con Francia, [6]la persecución del gobernador argentino llegó a Montevideo por lo que toda la familia Manso se vio obligada nuevamente a exiliarse, pero esta vez en Rio de Janeiro.
Una vez instalada en Brasil, la joven Juana que en ese momento tenía 24 años comienza a dar clases particulares de español y francés. Al poco tiempo, también aprende portugués por lo que instala en su casa el colegio Santa Clara en las cuales enseñaba geografía, cosmografía, historia, idiomas extranjeros y principios religioso además de lo mencionado en sus clases en Ateneo de Señoritas. En 1844 retornó a Montevideo luego de que la nombraran directora de una escuela de niñas y retomó las clases particulares. También, se dedicó a escribir poemas y traducir obras, en la traducción del francés de una obra de Charles Desnoyer y Theodore Cognard que se estrenó en el teatro de San Pedro Alcántara conoció a su enamorado, tan apasionada como siempre por la música, se casó con Francisco de Sá Noronha, un violinista portugués a los pocos meses de conocerse. A los dos años, emprende una gira artística por Estados Unidos para acompañar a su esposo. Si bien, no les fue tan bien como esperaban y no pudieron recaudar lo necesario, este viaje le permitió a Juana conocer más a fondo el país y sus mujeres. Se relacionó con intelectuales y las primeras feministas del país que contaban con libertad y acceso al trabajo. También visitó instituciones educativas para ciegos y sordomudos. Sin saberlo, estaba aprendiendo lo que más tarde aplicaría para diseñar políticas educativas contando con la aprobación de D. F. Sarmiento. En medio de la crisis económica, nació su primera hija, Eulalia y en busca de mejores condiciones viajó a Cuba donde finalmente dos años después, nació su segunda hija a la cual llamó Herminia.
En 1848 la familia de cuatro integrantes decidió retornar a Brasil, allí escribió libretos para las obras dramático musicales de su pareja, entre ellos, podemos mencionar “La Familia Morel”, “A soloia” y “Esmeralda”. En 1852 Juana participó como redactora del periódico semanal para mujeres “O jornal das senhoras”, uno de los primeros periódicos feministas del país en el cual publicó sus primeros artículos sobre esclavitud, racismo y la necesidad de emancipación de la mujer. Ese mismo año intentó ingresar a la carrera de Obstetricia en la cual la rechazaron por su condición de mujer. Mientras que, en Argentina, Rosas es derrotado ante el Ejército Grande comandado por Urquiza en la batalla de “Caseros” por lo que se comenzaba una nueva etapa. En 1853 Juana publicó “El dictador Rosas y la mazorca” como consecuencia de la caída sufrida por el federal. En medio de la crisis que atravesaba el país, cargado de disputas políticas, conflictos entre regiones y de represión desde el poder nacional que buscaba consolidarse, Manso retornó al país luego de 20 años de exilio, pero este viaje lo hizo separada de su marido y a cargo de sus dos hijas, luego del fallecimiento de su padre. Una vez en el país, ofreció sus servicios como maestras y fundó el periódico “Álbum de señoritas”. Periódico de Literatura, Modas, Bellas Artes y Teatros. Estas revistas tenían por objetivo revisar la situación femenina y el patriotismo, ponía su atención en la educación formal y el desarrollo moral. También redactaba sobre sus viajes, notas científicas, críticas a la iglesia, entre otros temas de los cuales Juana creía que de esa forma podía acotar la brecha existente entre el hombre y la mujer. [6]
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