Museo De Revolucion

A continuación, tenemos frente a nosotros uno de las construcciones donde se desborda el arte nacionalista: el Monumento a la Revolución. Paradójicamente este sitio había sido destinado, en la época de don Porfirio Díaz, para construir lo que sería el Palacio Legislativo.

Dicho trabajo se había designado al arquitecto Emile Bernard, y sería, como todo lo propio de la época, del estilo francés clásico y en su fachada principal tendría una columna de mármol, un frontón con altorrelieves y una bella cúpula. No obstante, se llegaron los tiempos de la Revolución y la construcción del palacio porfiriano fueron interrumpidos a pesar de haberse completado la estructura de hierro y de contar ya con algunos ornamentos que se colocarían como acabado.

Hablamos de las esculturas que representarían: la juventud, fuerza, paz, verdad y elocuencia -mismas que ahora forman parte del Palacio de Bellas Artes-, un águila de lámina de cobre que se había pensado para la cúpula –hoy es parte del Monumento a la Raza-; mármol italiano y granito noruego, mismos que se usaron para las escalinatas de otros recintos; y dos leones de bronce que serían para la entrada y que hoy están en la puerta principal del Bosque de Chapultepec.

Así, el armazón de hierro fue abandonado de 1912 hasta 1933 y al estar sólo la cúpula firme y lo demás bastante dañado, el gobierno decidió derribarlo. Cuando se estaba ejecutando la orden, pasó por allí el arquitecto Carlos Obregón Santacilia, quien inmediatamente acudió con el ingeniero Alberto J. Pani para y le dijo que la cúpula podía ser rescatada y se ofreció a contruir un Monumento a la Revolución.

De primera instancia Pani le contestó al arquitecto que no había algún proyecto en puerta pero después lo buscó ya con todo autorizado. Así para el 15 de enero de 1933 se formó una Comisión de Patronato del Monumento a la Revolución, la cual integraban el entonces Presidente de la República, Abelardo L. Rodríguez con todo su Gabinete y el ex Presidente Plutarco Elías Calles.

A pesar de haber convocado a la nación para donar fondos, no hubo mucha respuesta y la Secretaría de Hacienda corrió con los gastos. Vinieron otras administraciones y con ellas se detenía el proyecto, pero cada vez Carlos Obregón avanzaba más con la construcción, en parte porque no quería que alguien llegara a modificarlo si por cualquier cosa él no podía ver el monumento terminado.

Los grupos escultóricos que representan la “Independencia”, las “Leyes de Reforma”, las “Leyes Agrarias” y las “Leyes Obreras”, son obra del arquitecto Oliverio Martínez y fueron terminadas en 1938 junto con toda la construcción. Para sus esculturas posaron los trabajadores que edificaban el monumento, las señoras que llevaban la comida y hasta el hijo del arquitecto Obregón.

Al quedar terminado

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