Museo De San Carlos

El Museo de San Carlos, que se encuentra ubicado en Puente de Alvarado 50 Tabacalera, Cuauhtémoc, 06030 Ciudad de México, Distrito Federal, teniendo en custodia obras de arte del siglo XIV a principios del siglo XX, integrado por pintura, escultura, estampas y dibujos. En este museo se encuentran albergadas grandes obras de arte, del barroco italiano, español, inglés, entre otros estilos, como el tenebrismo, manierismo, donde destacan tablas del gótico catalán; ejemplos de la pintura alemana del siglo XVI, como Adán y Eva de Lucas Cranach, el viejo (1472 – 1553). El manierismo italiano es representado por un lienzo Jacopo Carucci, el Pontormo, (1494 – 1555); del mismo modo podemos apreciar el retrato español a través del pincel de Alonso Sánchez Coello (1531/1532 – 1588). En su mayoría, todas las pinturas que se conservan en el museo, son de arte sacro, como la que representa el lavamiento de pies, que hace Jesucristo a sus 12 discípulos, Dos obras que más nos impresionaron fueron las llamadas Susana y los viejos que muestra a Susana, que es acosada por dos jueces del pueblo judío. Esta serie de pinturas es inspirada en la biblia, al igual que las la mayoría de las demás obras, en el pasaje bíblico del libro de Daniel. También podemos observar pinturas de tipo bodegón, o de naturaleza muerta. Otro de los estilos es el tenebrismo. Al recorrer el museo de San Carlos, hacemos un recorrido por la historia, tocando todos, o casi todos los estilos en cuanto a la pintura, Gótico, donde las principales obras son arte sacro, Neoclásico, la nobleza y burguesía encarga retratos al óleo, Renacimiento, el regreso a la expresión artística creada en la época de los griegos y los romanos, Romanticismo, va en contra de lo clasicista, siendo esta una manera de sentir y concebir la naturaleza, la vida y al hombre mismo que se presenta de manera distinta en cada lugar donde se expresa el romanticismo, Manierismo, que se le denomina así, ya que algunos artistas pintaban “a la manera de…”, al igual que el Romanticismo, el Manierismo, va en contra de los cánones clasicistas. El Impresionismo, que tratan de representar un momento en especial, el querer plasmar la luz. El Barroco, se caracteriza por el realismo que se plasma en la pintura, jugando con los colores ricos e intensos, y fuertes luces y sombras que contrastan en la pintura, principalmente representaban un momento dramático en la pintura. El Rococó se caracteriza por usar colores luminosos, suaves y claros, siendo un estilo cortesano, predominaba naturaleza, la mitología, la belleza de los cuerpos desnudos. El Realismo, ya cansados del romanticismo, los pintores realistas, crean obras crudas, donde se deja de pintar a la nobleza y a la burguesía, siendo el centro de las pinturas las clases bajas, los pobres, la gente oprimida, jornaleros, obreros, hombre, mujeres y niños trabajando. Además de toda la historia que nos podrían contar las pinturas, el edificio que

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