Nacajuca
Enviado por DulceDeLeon • 12 de Octubre de 2014 • Informe • 487 Palabras (2 Páginas) • 374 Visitas
EN TABASCO
Nacajuca, en el estado mexicano de Tabasco, está habitado por indígenas chontales de origen maya. Sus creencias en el alma y en el más allá han sido sincretizadas con la religión católica, aunque conservan creencias propias como la existencia de idolitos y duendes, espíritus que pueden causar enfermedades y otras desgracias.
La ceremonia para celebrar la “venida” de las almas de los muertos inicia el 1 de noviembre en la iglesia local, rezando el rosario dedicado a las ánimas. Esta ceremonia la dirigen un rezandero y su ayudante, quienes se ubican junto a una mesa que hace las veces de altar. Mientras dura el rezo, los asistentes colocan velas encendidas en el piso y queman incienso
Altar Tabasco La ofrenda doméstica a los muertos es también costumbre entre los chontales. Frente al altar permanente que hay en cada casa, los varones de la familia hacen un tendido o cama de hojas de plátano, en la que depositan alimentos y algunos objetos. Siguiendo un orden preestablecido, colocan al centro algunas aves cocidas y tamales sin carne llamados manea, lo cual constituye el platillo principal de la ofrenda. A los lados ponen jícaras con chorote (bebida de masa de maíz y cacao), cada una con un agitador que lleva en su extremo una bolita de masa de maíz. Después acomodan el uliche (cocido de pavo sazonado con cominos y cilantro). Distribuyen entre los platos bolas de masa y muchas velas y a un lado de la ofrenda ponen el incensario.
Una vez terminada la ofrenda dan inicio las oraciones, dirigidas por un rezandero y en las que participan únicamente los varones. A lo largo del rosario los niños salpican la ofrenda con agua bendita, se quema incienso y se revuelve el chorote con los agitadores.
Cuando los rezos concluyen, el jefe de familia comparte sus alimentos y bebidas: primero con los rezanderos y después con todos los presentes. Ya que los presentes hayan probado del mismo plato, corta el pavo y sirve a cada uno de los comensales. Con lo que sobra prepara pequeños bultitos y los reparte entre parientes y amigos.
Aunque hay comunidades chontales donde las mujeres tienen una participación más activa en las ceremonias del Día de Muertos, es casi una regla que permanezcan alejadas de la celebración e inclusive de los panteones, a donde se les prohibe asistir. Eso sí, cosa de vivos, son ellas quienes preparan los alimentos necesarios para la celebración.
En algunas partes del Mundo Maya, el 30 de noviembre se lleva a cabo una última ceremonia comunal relacionada con la muerte. Dentro de los templos y mediante rezos y veladoras suele celebrarse la “ida de las ánimas” que, satisfechas con los ritos y las fiestas, se disponen a volver al más allá, a un descanso que durará hasta el siguiente mes de noviembre.
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