Novecentismo y vanguardia

Novecentismo y vanguardia

Al principio del siglo XX, España se moderniza y la alternancia entre conservadores y liberales deja de funcionar. La brecha entre la población lleva al golpe de Estado de Primo de Rivera en 1923, que termina con la II República.

En este contexto histórico surge la generación del 14 o novecentista, un grupo de intelectuales más científico y sistemático que el anterior que transmite sus ideas a través del ensayo. Tienen una sólida formación y sistematización de sus propuestas; defienden la europeización, el intelectualismo y el clasicismo; se preocupan por la forma y esto lleva al arte puro con finalidad estética; y tienen una vida activa y oficial para estar presentes en la transformación del país.

En narrativa destaca Ramón Pérez de Ayala, que escribe mucha autobiografía y Troteras y danzaderas. Posteriormente se centra en el intelectualismo, política y estética (Tigre Juan). Gabriel Miró tiene un estilo lírico, formalista, crítico y reflexivo. Escribe Nuestro padre san Daniel y El obispo leproso. Se observa la representación de los estados de ánimo de los personajes.

En ensayo destaca Ortega y Gasset, gran difusor de las ideas novecentistas en sus clases y obras como España y Revista de Occidente. Su estilo es claro y elegante. Habla de la regenaración de España en La España invertebrada (europeismo) y en la rebelión de las masas (gobierno de intelectuales). Otro tema es el nuevo arte puro, expresado en la deshumanización del arte. Expone las ideas de la vanguardia, el sentimentalismo y el arte poco accesible. También hace crítica literaria. Eugenio D’Ors es el creador de la glosa, ensayo periodístico que es una breve e ingeniosa reflexión sobre cultura o política.

En poesía destaca Juan Ramón Jiménez, premio Nobel de Literatura, que va a la esencia de la poesía. En la primera etapa (sensitiva, influenciada por el modernismo) escribe Arias tristes y Platero y yo. En la segunda etapa (poesía pura) busca el conocimiento y escribe diario de un poeta recién casado. En su última etapa (poesía esencial) busca la trascendencia en su interior, sin rima ni estrofa y escribe La estación total. El teatro tiene gran vitalidad aunque lo que no es teatro comercial (intentos de renovación...) no interesa al público.

Las vanguardias son unos movimientos que se caracterizan por la ruptura con la tradición estética previa. Buscan nuevos temas y formas expresivas. El futurismo reivindica temas como la belleza, la acción o la  modernidad. Su impulsor es Marinetti. Tiene mucha influencia en Rusia, con el poeta Vladimir Maiakovski. Aparecen elementos modernos como los automóviles y usan la tipografía con fin estético. El cubismo, movimiento pictórico, descompone la realidad y se  recompone en formas geométricas. Destacan Picasso y Juan Gris. Su influencia se extiende en forma de caligramas (poesía), donde destaca Apollinaire. El  dadaísmo busca la negación del sistema de valores, destruyendo el lenguaje y creando obras sin lógica.  El surrealismo, iniciado por André Breton, es la vanguardia de mayor trascendencia, y tiene una importante  influencia en España en autores de la generación del 27. Defiende la liberación de los impulsos reprimidos por  las convenciones morales y sociales y por eso busca un arte vinculado a lo irracional. Por último, el  expresionismo surge en Alemania y es una crítica a la sociedad burguesa por medio de una expresión sin  adornos, usando lo absurdo y lo grotesco.  

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