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OBSERVACIÓN HISTÓRICA


Enviado por   •  25 de Febrero de 2014  •  1.490 Palabras (6 Páginas)  •  418 Visitas

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La observación histórica

El conocimiento del pasado es indirecto. Existe la preocupación del hecho de que el historiador este en cierto modo alejado del objeto del conocimiento al tratarse de un acontecimiento del pasado y se ha condenado al mismo a una observación eternamente dependiente. Las particularidades de la observación histórica consiste como primera característica tanto del conocimiento de los hechos del pasado y de la mayor parte del presente en ser un conocimiento por huellas, pero los hechos humanos no pueden reproducirse aunque si puede hacer que algunas de ellas vuelvan a existir a través de los informes de testigos. El pasado es por definición un dato que nada habrá de modificar. Pero el conocimiento del pasado es algo que está en constante progreso que se transforma y perfecciona.

Hay dos tipos de testimonio, el voluntario y el involuntario, en los segundos es donde la investigación histórica a puesto cada vez más su confianza, y no es que estén exentos de errores y mentiras pero el interés recae, en lo que se deja entender sin haber deseado decirlo. Y es indispensable que el historiador posea al menos una noción de las principales técnicas de su oficio.

Una de las tareas más difíciles del historiador es la de, reunir los documentos que cree necesitar, no debe desinteresarse de sus herramientas, y dejar de lado dos principales responsables, la negligencia que extravía los documento y la pasión que los esconde o los destruye y se habrá realizado un gran progreso, al dar lugar al intercambio de noticias.

La crítica

No hay que aceptar ciegamente todos los documentos históricos, la crítica racionalmente conducida puede llegar a ser un instrumento de conocimiento. Puede haber en los documentos engaños de dos formas, la primera acerca del autor y la fecha, la segunda sobre su contenido aunque en algunos casos el documento puede decir la verdad. No basta con darse cuenta del engaño, hay que descubrir sus motivos, una mentira como tal es, a su manera un testimonio. No existe el buen testigo, no hay más que buenos o malos testimonios. Ya que los testimonios son la expresión de los recuerdos. En la base de casi toda crítica se inscribe un trabajo de comparación, se mueve en dos extremos: lo que justifica y lo que desacredita, la comparación de la crítica bien entendida no se satisface solo con aproximar en un mismo plano temporal.

Aunque la mayoría de los problemas de critica histórica son de probabilidad.

Es vergonzoso que el método crítico no figure en el más pequeño rincón de los programas de enseñanza ya que gracias a la elaboración de la técnica de la crítica del testimonio da una nueva ruta hacia la verdad y, por ende, hacia la justicia.

LA OBSERVACIÓN HISTÓRICA.

1. CARACTERES GENERALES DE LA OBSERVACIÓN HISTORICA.

Los caracteres más aparentes de la información histórica entendida en este sentido limitado y usual al termino han sido descritos muchas veces, el historiador se halla en la imposibilidad absoluta de comprobar por si mismo los hechos que estudia. Que haya en todas las observaciones una parte de verdad nadie se atreverá a discutirlo. Exigen sin embargo, que las maticemos considerablemente. Además el individuo el individuo no pose jamás la conciencia inmediata de nada que no sean sus propios estados mentales; todo conocimiento de la humanidad, sea de la naturaleza que sea, y se aplicara al tiempo que fuera, extraerá siempre de los testimonios de otro una gran paste de su sustancia. El investigador del presente no goza en esta cuestión de mayores privilegios que el historiador del pasado. Es evidente que todos los hechos humanos algo complejos escapan a la posibilidad de una reproducción, o de una orientación voluntaria. El pasado es por definición, un dato que ya nada habrá de modificar. Pero hay momentos en el que el más imperioso debe ser sabio es, habiéndolo intentado todo, resignarse a la ignorancia y confesarlo honestamente.

II. LOS TESTIMONIOS.

Los testimonios mas decididamente voluntarios, lo que nos dice el texto ha dejado expresamente de ser, hoy, el objeto preferido de nuestra atención. Nos interesamos, por lo general, y con mayor ardor, por lo que se nos deja entender sin haber deseado decidirlo. Pero desde el momento en que ya no nos resignamos a registrar pura y sencillamente los dichos de nuestros testigos, desde el momento en que nos proponen obligarles hablar, aun contra su gusto, se impone un cuestionario. El historiador reúne documentos, los lee, se esfuerza en pensar en su autenticidad, y su veracidad. La diversidad de los testimonios históricos es casi infinita. La historia no es todavía como debiera ser, pero no es una razón para cargar a la historia

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