Orden Capitalista
Enviado por yadiragonzalezre • 1 de Febrero de 2015 • 2.947 Palabras (12 Páginas) • 257 Visitas
Un nuevo orden capitalista - Joseph Stiglitz
El papel del Estado. El gran tema de la economía mundial del siglo XXI. En los Estados Unidos, palabras como
socialismo, privatización y nacionalización llevan una carga emocional que hace difícil pensar con claridad.
Herbert Simon, que ganó el Premio Nobel en 1978 por su estudio revolucionario de cómo funcionan realmente
las empresas modernas, señaló que las diferencias entre el capitalismo moderno y las empresas gestionadas por
el Gobierno se han exagerado mucho. En ambos casos, la gente trabaja por cuenta ajena. Las estructuras de
incentivos que se pueden emplear para motivar a los directivos y a los trabajadores son las mismas. Como él
dice: "La mayoría de los productores son empleados, no propietarios de las empresas (?). Visto desde la posición
ventajosa de la teoría económica clásica, no tienen ninguna razón para maximizar los beneficios de las
empresas, salvo en la medida en que los propietarios sean capaces de controlarlos (?). Además, no hay
diferencia, en este sentido, entre las empresas con afán de lucro, las organizaciones que no lo tienen y las
organizaciones burocráticas". Todas tienen exactamente el mismo problema para hacer que los empleados
trabajen con el fin de alcanzar los objetivos de la organización. No hay razón, a priori, para que sea más fácil (o
más difícil) producir esa motivación en organizaciones orientadas a maximizar los beneficios que en
organizaciones cuyos fines son otros. El modelo de capitalismo del siglo XIX no es aplicable al siglo XXI. La
mayor parte de las grandes empresas no tienen un solo propietario. Tienen muchos accionistas. Hoy día, la
principal diferencia es que los propietarios en última instancia (los "accionistas") en un caso son ciudadanos que
operan a través de diferentes órganos públicos, y en el otro son ciudadanos que operan a través de diversos
intermediarios financieros, como fondos de pensiones y mutuas, sobre las cuales generalmente tienen muy poco
control.
Hay ejemplos de empresas eficientes, e ineficientes, tanto en el sector público como en el privado. Las grandes
acererías de Corea del Sur y de Taiwán, que son propiedad del Estado, fueron más eficientes que las
estadounidenses, que son privadas. Uno de los sectores en el cual Estados Unidos todavía es líder es la
educación superior y, como ya he señalado, todas las universidades de primer nivel son estatales o sin afán de
lucro.
La crisis actual ha provocado una intervención sin precedentes del Gobierno estadounidense en la economía.
Muchos de los que tradicionalmente eran los mayores críticos del intervencionismo del Gobierno ?y
especialmente de que el Gobierno concediera créditos masivamente? esta vez no abrieron la boca. Pero para
otros, el masivo rescate de los bancos por parte de Bush fue una traición a los principios del conservadurismo
republicano. Para mí, fue simplemente una expansión más (aunque grande) de lo que había venido sucediendo
desde hace más de un cuarto de siglo: el establecimiento de un Estado del bienestar corporativo, incluyendo la
extensión y fortalecimiento de la red de protección para las empresas, al tiempo que la protección social para la
gente corriente, al menos en determinadas áreas, se debilitaba.
Uno podría pensar que la industria petrolera, con sus beneficios aparentemente ilimitados, no recurriría a las
ayudas gubernamentales; pero la codicia no tiene límites, y el dinero compra la influencia política: recibió
generosas ayudas fiscales. John McCain, el candidato republicano en las elecciones presidenciales del 2008, se
refirió a la primera ley de la energía de Bush como la ley que no defraudaba a ningún grupo de presión. El sector
minero también recibe miles de millones en subvenciones encubiertas; extraen mineral gratis de terrenos que son
propiedad del Estado. En el 2008 y 2009, los sectores del automóvil y de las finanzas engrosaron la larga lista de
los subvencionados. Muchas de las industrias más exitosas de los Estados Unidos también se benefician de la
presencia del Gobierno. Aunque las subvenciones que durante años han recibido las empresas estadounidenses
son de cientos de miles de millones de dólares, esas cantidades palidecen comparadas con las que
recientemente se han concedido al sector financiero. He hablado de los repetidos y generosos rescates que se
han dado a los bancos, de los cuales el actual sólo es el más masivo. Como anticipé cuando empezaron los
rescates, "esta ha resultado ser una de las redistribuciones más importantes de riqueza que se han producido en
un período tan corto en la historia (la privatización de los activos estatales en Rusia fue probablemente algo
mayor)".
Derechos y contratos. Adam Smith quizás no acertó del todo cuando dijo que los mercados, como una mano
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invisible, conducían al bienestar de la sociedad. Pero ningún partidario de Adam Smith se atrevería a afirmar que
el sistema sucedáneo del capitalismo hacia el cual ha evolucionado los Estados Unidos son eficientes, o justos, o
contribuyen al bienestar de la sociedad. Por tanto, ¿qué debería hacer el Gobierno? Durante los últimos 35 años,
los economistas han logrado una mejor comprensión de cuándo funcionan bien los mercados y cuándo no.
Mucho de ello depende de los incentivos: ¿cuándo proporcionan los mercados los incentivos correctos?
¿Cuándo coinciden las recompensas privadas con los beneficios sociales? ¿Y cómo puede el Gobierno ayudar a
que coincidan?
Los economistas han desarrollado una breve lista de ejemplos en los que los mercados fallan ?en los que los
incentivos sociales y los privados no coinciden? que dan cuenta de una gran parte de las crisis más importantes.
La lista incluye monopolios, externalidades y fallas en la información. Es una ironía del debate político actual que
la "izquierda" haya tenido que tomar un papel activo a la hora de hacer que los mercados funcionen de la forma
debida, por ejemplo, aprobando y aplicando leyes antitrust para garantizar la competencia, aprobando y
aplicando leyes sobre la publicidad de datos para garantizar que los agentes de los mercados estuvieran al
menos mejor informados y aprobando y aplicando leyes sobre la contaminación y la regulación del sector
financiero, para limitar las consecuencias de las externalidades.
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