Orden Y Movimiento - Briggs Y Clavin
Enviado por santucho8888 • 3 de Junio de 2014 • 2.185 Palabras (9 Páginas) • 464 Visitas
Después de las conmociones que experimentó Europa entre 1789 y 1815 nada podía ser lo
mismo. Había revolucionarios y liberales en la mayoría de la Europa pos napoleónica, y ambos
grupos creían que la labor de 1789 debía continuar (creían en el Movimiento), pero los
primeros solían ser más profesionales en sus opiniones y desinhibidos en sus métodos
(buscaban una república), mientras que los segundos solo pretendían conservar las conquistas
logradas evitando excesos revolucionarios ya que no confiaban en las conspiraciones, solo en
el constitucionalismo (buscaban una monarquía limitada). Durante este momento, los partidos
políticos todavía estaban en formación, pero gracias a su desarrollo posterior, el liberalismo se
convirtió en una fuerza política importante.
Los años posteriores al final de las guerras napoleónicas fueron desoladores para Europa:
malas cosechas, suba de los precios de los alimentos, etc. Entonces, el continente en 1815, tras
la caída de Napoleón, estaba en manos de hombres que deseaban una restauración en lugar
de cambios: el respeto por una autoridad legítimamente constituida y por una jerarquía social
que la apoyara, el regreso a sus países de los soberanos, consideraban el ciclo revolucionario
terminado y miraban con añoranza la época anterior a la revolución francesa, a la revolución
industrial, a la ilustración; hacían hincapié en la necesidad de recuperar un Orden social
orgánico, basado en los deberes y no en los derechos, en una ideología y una moral única, no
buscaban diversidad de opiniones o conductas, creían en la fe religiosa y no en la marcha del
intelecto.
Los cinco grandes estadistas que se propusieron restaurar a Europa tenían caracteres y
convicciones distintas, pero un mismo desagrado por la revolución y la idea de que era
necesario erradicarla: Metternich de Austria, el zar Alejando I de Rusia, el ministro de asuntos
exteriores Castlereagh de Gran Bretaña, Federico Guillermo III de Prusia y Talleyrand de
Francia.
Antes de la derrota definitiva de Napoleón habían firmado un tratado entre cuatro aliados
principales de la guerra que habían participado en las cuatro coaliciones bélicas: Rusia, Prusia,
Austria y Gran Bretaña, forman la Cuádruple Alianza, que a su vez trabajarían en intima
colaboración y tendrían reuniones en tiempos de paz para consultar temas de interés común
(lo que sería el Sistema de Congresos).
Gran Bretaña y Austria se habrían conformado con eso, pero Rusia quería algo más
altisonante, una declaración de principios basada en el cristianismo, con la que se crearía así
una Santa Alianza (entre Austria, Prusia y Rusia) de monarcas que quieran garantizar el orden
cristiano e instaurar gobiernos patriarcales en defensa mutua y solidaria, asumen a las
monarquías (como derecho divino) y al derecho de intervenir contra las conspiraciones
liberales y nacionalistas.
La primera dificultad era práctica: la restauración de tronos (porque la legitimidad de la
monarquía hereditaria había sido cuestionada), estados (porque esas eran las unidades
territoriales en las que los gobernantes ejercían su autoridad) y fronteras (porque el mapa
había cambiado incesablemente entre 1792 y 1815). Es así que las cuatro potencias se
reunieron en los aposentos de Austria en el Congreso de Viena (en noviembre de 1814), en
donde asistieron representantes de cada estado y de muchas organizaciones y llevaron a cabo
negociaciones secretas. Los diplomáticos que asistieron creyeron que podrían establecer
principios contrarrevolucionarios que restablecía lo anteriormente mencionado y ponía límites
a la movilidad política generando el orden. El acuerdo de Viena se firma en junio de 1815 y
establecía ciertos cambios como que se redefinía el mapa europeo para evitar la creación de
un estado fuerte, más poderoso que otro: el reino de Austria adquiere partes de Italia
septentrional, y presidiría una confederación de 39 estados alemanes (con esto Metternich se
asegura de que su imperio plurinacional quede gobernado desde Viena como el corazón del
www.unsam66.com
nuevo orden europeo); Rusia reconstruye el antiguo reino de Polonia y lo adhiere a su
soberanía; a Prusia se le conceden territorios estratégicos en el Rin y en Westfalia (como
barrera de protección contra Francia); Países Bajos adquiere Bélgica; el reino de Piamonte y
Cerdeña se restablece e incorpora a Génova; Gran Bretaña reforzó su dominio en el mar
mediante una serie de diversas adquisiciones. El único problema con este cambio es que se
restauran las fronteras sin fijarse en los cambios que se producen internamente.
La Francia derrotada tuvo un papel importante, privarla de las conquistas revolucionarias y
pos napoleónicas no significaba la destrucción del país, y fue por voluntad propia que cambió
de régimen en 1830 volviendo a las dinastías Borbónicas. Pero antes logra entrar en la nueva
Quíntuple Alianza, en una medida lógica de Talleyrand que sabía que el país tenía propios
intereses en este sistema de congresos. Las cinco grandes potencias que supervisaban la paz
eran las mismas que habían dominado el panorama europeo antes de 1789.
La debilidad principal del acuerdo, fue que dejó una serie de conflictos futuros en el mapa
y creó otros nuevos. En el sistema de congresos se denota que los países tenían diferentes
puntos de vista en tiempos de paz y que era un error afirmar que se había restaurado el viejo
mundo. A la larga se observa la ineficacia de estos regímenes restaurados para la nueva
realidad social y política que estuvo acompañada de transformaciones económicas grandes.
Esto fue lo que generó descontento en el pueblo y lo que desencadenó una ola de
revoluciones nuevas: el ciclo de revoluciones liberales o burguesas en 1820, 1830 y 1848,
éstas quieren limitar el poder de los gobernantes, quieren constituciones, y libertades
individuales (un programa clásico del liberalismo). Quienes sufren este descontento eran
principalmente aristócratas liberales, burgueses, intelectuales y trabajadores.
En la década del 20, la libertad estuvo en juego, y aparecieron fisuras entre Gran Bretaña y
las otras cuatro potencias grandes por nuevas complicaciones diplomáticas. Después de 1815,
estallaron revueltas contra la débil autoridad
...