Origen del domingo de las tablas
Enviado por carlosapv06 • 30 de Marzo de 2016 • Monografía • 2.820 Palabras (12 Páginas) • 266 Visitas
Origen del Corregimiento de Santo Domingo
Rincón Grande
En primer lugar existió un caserío ubicado en unos parajes denominados Rincón Grande, debido a la abundancia de espacios o rincones que formaban pajales y llanos dentro de grandes montes.
Los primeros pobladores de Rincón Grande fueron las familias Córdoba, Jiménez, Vergara, Solís, Hernández y Respeto. Procedentes de Penonomé nos llega el cholo Lorenzo Peñalba, quien se destaca por ser un especialista en hacer pilones y ranchos. Rincón Grande llegó a ser un pueblo considerado y respetado por su tamaño y su gran cantidad de moradores; habitado principalmente por penonomeños, villanos y españoles. Descendientes de los españoles eran los Hernández y los Respeto, familia ésta de donde descendían las mujeres más bonitas del poblado y de muchas millas a la redonda. Estas dos familias se unieron en matrimonio entre sí.
Como Rincón Grande estaba en grandes parejos y bonitos llanos se celebraban hierras, que por cierto fueron muy famosas y desde esos tiempos ya se celebraban los famosos y muy gustados “Perotes”.
Aunque no he podido conseguir el nombre, considerado conveniente resaltar que allá por la década de 1,860 existió un curandero que llegó a adquirir cierto prestigio y fama por las curaciones que hizo; hasta se asegura que curó la peste negra o peste bubónica y le decían por sobrenombre Maestro Chicha.
Rincón Grande, cuna de hombres trabajadores también contó con buenos peones, sobresaliendo: Pascual Herrera, Jacinto García y Silvestre Córdoba; pero también fueron amantes de las diversiones por lo que existieron buenos violinistas talles como: José Gil (Girio) Jaén y Lorenzo Córdoba. Entre los buenos guitarristas tenemos a: Juan Evangelista Córdoba e Ismael González. Pieza musical muy famosa de Ismael fue, Después de la Yegua Muerta, parte de la letra dice así: amundo compadre Lencho la yegua se me murió.
El famoso poblado de Rincón Grande fue abandonado por sus moradores, debido a la gran cantidad de charcas, arrieras, moquitos, la mala calidad del agua para tomar y por la falta de un puente sobre la Quebrada El Paso de Las Cañas, ya que al tener grandes crecientes no se podía pasar hacia Las Tablas en caso de urgencia. Indudablemente, el motivo primordial del traslado de los moradores a otro sitio fue la llegada en 1,902 de una aguda enfermedad, conocida como la viruela, que casi extinguió al poblado. Sus habitantes en su gran mayoría se trasladaron a la falda del Cerro La Teta y un minúsculo número, hacia Cerro Las Yeguas. Los últimos pobladores abandonaron la comunidad en el año 1,903.
La Teta
El prestigio y los conocimientos que sobre el tema han demostrado nuestros informantes nos conducen a pensar que el día 21 de octubre de 1,903 se reunieron los moradores que habían abandonado Rincón Grande y quedaron establecidos en la falda del Cerro La Teta y acordaron de manera definitiva poner al nuevo caserío La Teta, ya que el cerro en cuya falda estaban ubicados tenía (y tiene) bastante similitud al seno de una mujer.
También La Teta contó con hombres muy buenos peones, de los que sobresalieron: Juan Bernabé Sánchez y sus hijos Francisco, Lino y Rosa; a los que comúnmente se les conocía como Los Can, José Jesús Córdoba, Manuel Solís, José Marmeto (Mone) Solís y Antonino Zambrano.
Por acuerdo municipal No. 14 del 29 de noviembre de 1,909 se hace la primera división territorial del Distrito de Las Tablas en 8 corregimientos y éstos en sus respectivas regidurías. El artículo No. 1 distingue a La Teta como el primer Corregimiento, agregándole los caseríos de la Laja y El Sesteadero, con capital desde luego en La Teta. El primer Corregidor fue Don Manuel Solís y como no sabía leer ni escribir le nombraron de secretario a Emilio Espino tableño que en esos tiempos vivía en La Teta. Oportuno es destacar que para esa fecha fungía como Presidente del Concejo Municipal Don Moisés Espino y secretario Pablo Alba P.; Gobernador de la Provincia de Los Santos Don Píndaro Brandao y su secretario Mauricio Correa, Alcalde Municipal Ezequiel Urrutia Díaz y secretario Pablo Alba P..
También contó La Teta con un gran curandero cuya fama traspaso los limites de su patria chica. Este teteño se llamó Santiago Córdoba. Cuenta uno de nuestros informantes que en cierta ocasión el curandero Córdoba curó al señor Chago Bochi, oriundo de Parita, que venía desahuciado de los médicos y que por agradecimiento le regaló un toro color canela achotillo con un lucero en la frente y “cacho candela”, al que le pusieron por nombre Regalo ya que precisamente había sido regalado; pero como el toro Regalo era muy valiente lo tuvieron que traer vendado y el transporte en esos tiempos era a pie, así que al venir desde Parita se deduce que demoraron bastante por lo que perdió la visión; sin embargo esto no fue obstáculo para que lo llevaran a la fiesta y lo jugaron dos famosos toreros villanos llamados Rufino Alonso y Félix Chadman; para esos tiempos venía conillos como aprendiz el después también famoso Negrito Cheque.
Después de jugado el toro Regalo fue llevada al potrero del señor José del Carmen (Checame) Vásquez para que se repusiera del estropeo, pero recuperó la visión y al orientarse se salió del potrero, siendo encontrado días después en La Villa en un sitio del río llamado el paso del higuerón; allá mismos fue vendido y no dejó ningún hijo.
La primera carreta que existió en La Teta la compraron los hermanos Agustín y Francisco Jaén Batista.
El primer automóvil o chiva fue comprado por el señor Pascual Herrera y le puso por nombre La Libertad en honor a la reciente separación de la república colombiana. En esa chiva aprendió a manejar el señor Idelfonso (Alí) Herrera, hijo del dueño. Esta chiva fue vendida después a los señores Virgilio Jaén Roca y a su cuñado Donaldo Herrera Hernández. La segunda chiva la compró el señor Santiago Córdoba era manejada por el señor Benigno Córdoba, hijo del dueño y no le llegaron a poner nombre. Esta chiva sólo transitaba localmente, porque al parecer no estaba en buenas condiciones.
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