PARECE QUE FUERA HOY. Las Bonanzas Mineras.

PARECE QUE FUERA HOY. Las Bonanzas Mineras.

8 de junio de 2011

La situación económica y el nivel cultural de Colombia

“¿Le parece muy atrasado el país, caballero?” Esta es la discreta pregunta, con la cual el viajero europeo se ve enfrentado casi a diario, con la esperanza evidente de una respuesta negativa. Pero lejos estaba de mí sucumbir a la misma debilidad colombiana de contrariar la verdad por meras razones de cortesía. En consecuencia, mi constante respuesta era: “Pues sí, señor, lo siento mucho, pero así es,” ofreciendo casualmente mis excusas por medio de unas palabras explicativas alusivas a la configuración adversa del terreno colombiano y otras, toda vez que la importunidad de mi interlocutor no hubiera afectado mi usual buen humor.

En efecto, y sin perjuicio de la escala aplicada, hemos de admitir que en su desarrollo cultural Colombia y los colombianos distan todavía mucho de alcanzar el nivel ocupado por Europa y los Estados Unidos, y aun aquel de otros países tropicales, incluyendo ciertas partes de Suramérica.”

Semejante perla la encontré en una obra de Alfred Hettner, (Dresde 1859- Heidelberg -1941), alemán pionero después de Humbolt de la geografía moderna en Suramérica. Obra que lleva por título “VIAJES POR LOS ANDES COLOMBIANOS 1882-1884”

Y me pareció que como que se estuviera refiriendo a la Colombia de Hoy, con todas nuestras modernas falencias y con el mismo tamaño de la brecha económica, tecnológica y cultural frente a por lo menos Europa y Estados Unidos, nuestros referentes más utilizados.

Hace este autor una descripción bastante descarnada de la realidad de la Colombia de esa época, que no dista mucho de la de hoy. Y entre esos análisis, el de la economía y el del aspecto educativo y cultural.

Respecto de la Ganadería, no es mucho lo que ha cambiado a no ser por las realidades unas veces, y posibilidades otras, de nuestras exportaciones a Venezuela y de pronto ahora a Egipto y tal vez a Israel, con las dificultades que ello implica por los incumplimientos económicos de nuestro vecino o por los remilgos religiosos de los más distantes.

Cuenta que es indiscutible la relación que existe en el poco desarrollo del país y la calidad de los terrenos dedicados a la ganadería, aunque es cierto “que la res del país es poco rentable en cuanto a carne y menos aún en leche, motivos por los cuales sirve apenas para el consumo doméstico, excepción hecha de las pieles. Pero no menos cierto es también que la negligencia en el cuido de los animales no permite dar más”.

En cuanto a la agricultura hay que transcribir completo su diagnóstico: “En materia de cultivos, la característica más importante es su gran variedad, ya que casi todas las plantas cultivables del mundo se hallan presentes a relativamente poca distancia. Pues el clima tropical unido a la facilidad de una amplia rotación de cultivos produce abundantes cosechas. En cambio es innegable que la primitividad de la empresa agrícola limita la producción, en tanto que las comunicaciones deficientes dificultan la distribución de los productos. Tanto así es que en Boyacá muchas veces la papa no retribuye su transporte al mercado, en tanto que en el litoral norte el trigo crecido en la sabana de Bogotá no puede competir con la harina norteamericana. Queda, por lo tanto, el café prácticamente como único producto agrícola apto para la exportación”.

Más alegre es el cuadro que nos describe respecto de la minería. Nos cuenta por ejemplo que Colombia era el primer productor de oro del mundo, posición de la que gozó antes de 1720 y entre

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