PIRATAS Y CORSARIOS DEL GOLFO DE MEXICO
Enviado por GOT7 • 14 de Junio de 2014 • Tesis • 1.105 Palabras (5 Páginas) • 559 Visitas
INTRODUCCION
A raíz del descubrimiento de América, el Golfo de México se convirtió en escenario importante para la navegación europea, sobre todo aquélla proveniente de la metrópoli española. Las primeras embarcaciones que realizaron dicha travesía fueron las carabelas y los galeones. Muchas de estas naves hallaron su fin en las aguas mexicanas.
Los peligros que debía enfrentar un navío que se atrevía a cruzar solitario el mar eran innumerables. Las principales amenazas de aquellos tiempos fueron los ataques de piratas, corsarios y bucaneros, quienes llegaban atraídos por las riquezas provenientes de América. En un intento desesperado por proteger tanto a sus naves como a los tesoros que éstas transportaban, España creó en el siglo XVI el sistema de navegación más significativo de la época: las flotas.
CONTENIDO
PIRATAS Y CORSARIOS DEL GOLFO DE MEXICO
A medida que las rutas de navegación se extendían por el mundo, los piratas, corsarios y bucaneros ampliaban también sus redes de operación. Su principal necesidad era encontrar una isla o una bahía donde establecer su base, poder reparar sus barcos y aprovisionarse de todo lo necesario para sus asaltos. El Golfo de México resultó un lugar ideal por su gran número de islas y por el intenso tránsito de naves que surcaban esas aguas.
Los aventureros más famosos eran los ingleses, aunque países como Francia, Holanda y Portugal también hicieron su aportación a la piratería de la época. Algunos piratas actuaban apoyados por sus gobiernos, o bien por la nobleza que los patrocinaba para quedarse después con buena parte del botín.
Dos de los puertos mexicanos más asolados fueron San Francisco de Campeche y la Villa Rica de la Vera Cruz. Entre los piratas que operaron en el Golfo de México están los ingleses John Hawkins y Francis Drake, el holandés Cornelio Holz llamado "Pata de Palo", el cubano Diego "El Mulato", Laurens Graff mejor conocido como Lorencillo y el legendario Grammont. Resalta la presencia de Mary Read, una de las pocas mujeres que practicaron la piratería, pese a las restricciones que existían en aquella época para el sexo femenino.
INTENTOS DE RESCATE. Cada vez que una nave naufragaba, las autoridades más cercanas o bien el propio capitán de la nao debían organizar las operaciones de rescate, que consistían en localizar los restos y contratar embarcaciones y buzos que se dieran a la tarea de recobrar lo más posible de lo perdido en el mar. Sin embargo, no se solía tener muy buenos resultados debido a las dificultades de las labores en sí y a la corrupción e ineficiencia de las autoridades españolas. Muchas veces se lograba recuperar parte de la artillería.
Por otro lado, era común que los propios tripulantes de un buque naufragado robaran las riquezas que éste transportaba. Si el accidente ocurría cerca de una costa, los lugareños acudían valiéndose de cualquier medio, en un intento de obtener parte de las mercaderías transportadas, sobre todo y desde luego el oro y la plata.
Transcurridos varios meses e inclusive años de que una embarcación se había hundido, se podía solicitar a la Corona un permiso especial para buscar su carga. Esto se convirtió en tarea de los asentistas. El asiento era un contrato mediante el cual se asignaban funciones públicas a personas privadas ajenas
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