¿PORQUE EL PASADO NO EXISTE? – LA IMAGINACION HISTORICA – LA IMPORTANCIA DE LA MICROHISTORIA Y HISTORIA LOCAL – LA IMPORTANCIA SOCIAL DE LOS CONOCIMIENTOS HISTORICOS
Enviado por Efren Riquett • 27 de Agosto de 2015 • Ensayo • 1.650 Palabras (7 Páginas) • 181 Visitas
UNIVERSIDAD DEL ATLÁNTICO
FACULTAD DE CIENCIAS HUMANAS
HISTORIA PRIMER SEMESTRE
ÉFREN DARÍO RIQUETT MUÑOZ
PROF. MILTON ZAMBRANO
INTRODUCCIÓN A LA HISTORIA
RESUMEN PARTE I
¿PORQUE EL PASADO NO EXISTE? – LA IMAGINACION HISTORICA – LA IMPORTANCIA DE LA MICROHISTORIA Y HISTORIA LOCAL – LA IMPORTANCIA SOCIAL DE LOS CONOCIMIENTOS HISTORICOS
RESUMEN PARTE II
TEORÍA E INTERPRETACIÓN EN EL DISCURSO HISTORICO
AGOSTO DE 2014
¿PORQUE EL PASADO NO EXISTE?
En esta primera parte se nos plantea esta pregunta, que como bien dice en el texto por mucho tiempo ha dividido en opinión a muchos historiadores. Benedetto Croce sostuvo que la historia no reflejaba nada del pasado puesto que éste no existía, ya que los acontecimientos o procesos ocurridos se habían evaporado en el aire.
Para poder abarcar ese punto debemos tener una contextualización clara de que es la historia, la cual es el estudio del transcurrir de la sociedad a través del tiempo. Un relato que se parece bastante a la narración literaria como expresa Hayden White, es también, consecuencia de un acto creativo en que el historiador cumple la función principal, al seleccionar los problemas y el utillaje que emplea en la investigación y en la confección del discurso. Ese texto es preparado por un intelectual que está siempre en el presente, de donde toma teorías, métodos, técnicas, ideología, visiones políticas y más, que de algún modo integran la narración, además de las convenciones lingüísticas o expresivas que usa el historiador para tramar sus resultados.
Teniendo ya en cuenta lo anterior podemos afirmar que el pasado no existe pues el historiador no tiene la posibilidad de observar lo que ocurrió como proceso o fenómeno en acto, sino que estudia lo ya ocurrió mediante los vestigios o huellas que nos deja la sociedad pretérita. Estos indicios no pueden ser negados, del mismo modo que no puede negarse que ocurrieron cosas que ya no ocurren, o que varias (o muchas) tendencias o patrones que existen en el presente tienen su origen en el pasado cercano o remoto.
El pasado sólo existe como un concepto indicativo de que la sociedad atravesó situaciones distintas a las que operan ahora. Que organizó sus estructuras de manera diferente a como están organizadas en la actualidad. Y que las coyunturas o acontecimientos que sucedieron en el marco de sus andamiajes estructurales son distintos de los contemporáneos por su contenido económico, político o simbólico.
LA IMAGINACION HISTORICA
En el texto vemos como ésta es desprestigiada y golpeada, por así decirlo, en muchos sentidos. Todo esto teniendo en cuenta los pensamientos regulados por la ciencia o la razón, que nos dicen que la imaginación no tiene cabida en la ciencia por el hecho de ser irreal, de algún modo. Pero podemos aclarar que es el resultado de una capacidad humana y natural, asociada a la creación de imágenes en ausencia de los objetos representados, que es fundamental para la vida singular y colectiva, puesto que permite la formación de imaginarios acerca de lo material o de lo inmaterial para estructurar o fijar tradiciones, formas de vida, sentimientos o muchas otras expresiones sociales.
En la historia y en las ciencias sociales opera un tipo especial de imaginación que fundamenta la elaboración de productos intelectuales condicionados por unas normas distintas a las que regulan el arte. En las disciplinas sociales, el científico imagina procesos o fenómenos a partir de datos, teorías, métodos y técnicas que predeterminan sus interpretaciones. La imaginación funciona en el nivel de la preparación del relato histórico, en que se combinan palabras, oraciones, párrafos o asertos donde participa la formación del investigador para construir y expresar conocimientos de un modo especial. Quien produce historia también compone su discurso narrando, de manera parecida a como lo hace el literato.
La imaginación histórica es un elemento esencial en la construcción del discurso histórico, pero siempre está regulada por las condiciones teóricas, técnicas y metodológicas que viajan en las tradiciones intelectuales de esa forma de conocimiento llamada historia, y por esos referentes objetivos que son las fuentes, sin los cuales es imposible construir historia. Esta visible frontera teórica y de procedimiento separa a la ficción de la ciencia histórica, a pesar de que en ambas influye la imaginación.
LA IMPORTANCIA DE LA MICROHISTORIA Y LA HISTORIA LOCAL
En esta parte vemos como la historia estudia profundamente la vida humana en el tiempo en sus múltiples expresiones; vale decir, la vida económica, política o cultural, en las circunstancias propias de un espacio determinado. Hay muchas clases de historia, si nos atenemos a los múltiples universos de análisis, al espacio cubierto y a las técnicas empleadas. Hoy aún se habla de historia universal, nacional, regional y local. También se escriben biografías históricas. Todas estas son formas de investigar la sociedad, donde se integran o enfrentan las clases, las castas, los estamentos o los individuos.
La microhistoria es una rama de la historiografía con un gran potencial, ya que se nutre del sentimiento y la pasión de los estudiosos. No se ocupa de los grandes aspectos nacionales o internacionales sino de lo pequeño: el estudio del barrio, del pueblo y hasta del individuo. Por interesarse en lo cercano posee una fuerte carga de romanticismo, pues quienes se dedican a ella muchas veces lo hacen por amor a su origen.
La microhistoria facilita la profundización en los objetos de estudio, así como captar los matices que se ocultan cuando se trabaja con otros enfoques. No es cierto que se concentre en el acontecimiento y en la corta duración, según lo expresado alguna vez por Fernand Braudel. Por el contrario, tiene en cuenta los contextos y las demás duraciones, aunque se construya alrededor de un individuo o de otro tema más complejo. Es decir, es posible hacer estudios microhistóricos sin dejar de lado el contexto social en el que se inscribe el objeto interpretado, ya sea un individuo, un grupo, una empresa, un barrio, un pueblo o una pequeña ciudad. A pesar de que la historia micro es antiquísima, en la actualidad la forma de tramarla se adapta a los progresos de la historiografía, representando otra manera de producir historia que conserva y reproduce los modelos y las tradiciones de la disciplina.
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