Paisajes Maritimos
Enviado por jonhnely • 26 de Noviembre de 2012 • 1.494 Palabras (6 Páginas) • 850 Visitas
EL PAISAJE MARÍTIMO: COMERCIO Y NAVEGACIÓN
La ocupación humana de este territorio a lo largo del tiempo, tiene su correspondiente reflejo
en el uso del área marítima contigua, aunque no se muestra ni en la misma intensidad, ni en la
utilización y ocupación de esta área costera.
La imagen actual que presenta la mayoría de las costas valencianas, dista mucho de la configuración
que tendría en épocas de los primeros navegantes. La situación clave de algunas de
sus ciudades, instalaciones y puertos que condicionaron su establecimiento, se ha visto modificada
tanto por los fenómenos naturales, como por la acción del hombre, y han llevado a una variación
del paisaje marítimo, sobre todo en la línea de costa que condicionará el comercio y la navegación
en estas costas. La aproximación a su conocimiento, parte no solo de un estudio sistemático de los
cambios en la morfología litoral, sino también, de la localización de áreas con restos arqueológicos
relacionados con ellos.
La situación geográfica de la costa valenciana, dentro del marco del Mediterráneo, ha influido
y condicionado el desarrollo de las gentes y pueblos que habitaron nuestras tierras, bien por su dedicación
comercial vinculada con la mar, bien como actividad pesquera y sus procesos de elaboración.
La bahía de Oropesa del Mar presenta actualmente una situación geográfica muy acorde con la existencia
de un puerto natural, en donde las presiones urbanísticas han modificado considerablemente
su geografía. La ocupación humana presente en yacimientos fechados desde la edad del bronce
hasta la actualidad, no concuerda con la escasez de restos arqueológicos subacuáticos recuperados
en sus inmediaciones.
Los testimonios más antiguos de contactos con otras culturas hallados en el tramo de costa que
nos ocupa (Fig. 1), se centran en Les Playetes (Oropesa del Mar) y Torre la Sal (Ribera de Cabanes).
A partir del estudio de los envases, (exclusivamente ánforas en nuestra costa) se puede constatar
una etapa comercial leve con aportación de vinos fenicios y etruscos hacia finales del siglo VI
aC. En el caso de Playetes, se trata de una asa de ánfora fenicia R-1 y parte de una ánfora etrusca
(Fig. 2, 1), y en el área de Torre la Sal, de dos ejemplares completos de ánforas de tipología púnica
sin contexto, con cronología de finales del siglo VI aC (Fig. 2, 2).
Después existe un vacío documental en esta costa hasta los inicios del proceso de romanización,
sobre todo en el siglo II y hasta mediados del siglo I aC, de redistribución con el resto de la
Península, posiblemente a través del mundo púnico-ebusitano, con lo que también llegan algunas
ánforas Mañá C y E, y un segundo momento entre los siglos I-II dC de vinos tarraconenses, layetanos,
asó como de aceite y salazones béticos envasados en ánforas de origen bético y norteafricano.
(Dressel 7-11, Haltern 70, Dressel 20, etc). El producto mayoritariamente importado sigue siendo el
vino, procedente casi exclusivamente de Italia, redistribuido a través del puerto de Ibiza, junto con
algunos objetos de lujo, que permiten valorar la importancia de las élites locales ibéricas. Es en esta
época cuando se diversifican también los lugares de hallazgos de ánforas: Les Playetes, La Renegá,
playas de La Concha y Morro de Gos, Barranco de Chinchilla (en Oropesa del Mar) y Torre la Sal
(Ribera de Cabanes).
Durante los dos primeros siglos del Imperio se diversifican los productos y las áreas de procedencia:
vino, salazones y aceite de la Bética, Tarraconense y en menor medida de otros lugares como
la península Itálica, la Galia o Mediterráneo oriental. Los hallazgos de restos de ánforas se reducen
a la zona de Les Playetes y a un ejemplar en la playa de Morro de Gos: ánforas de vino Dressel 2-4,
Haltern 70; de salazones, Dressel 7-11; y de aceite, Dressel 20 “picola”; mientras que Torre la Sal no
mantiene ya relación comercial alguna por mar. Algunos restos de ánforas de época tardo-romana
procedentes del norte de África, se sitúan en Playetes, playa de La Concha y más al norte de Torre
la Sal, justo en la línea que comunica con el interior hacia el arco romano de Cabanes.
La cronología de estas ánforas coincide con los dos momentos de mayor actividad comercial
de época romana en el mediterráneo. Este hecho, presupone un comercio marítimo continuado que
prácticamente no sufrió interrupción alguna y que al parecer, tampoco fue muy intensa. Durante
los siglos V dC al VII dC, asistimos a periodo general de reactivación de la actividad comercial de
pequeños enclaves litorales del sudeste hispánico: vajilla de mesa, vidrio y alimentos envasados en
A. FERNÁNDEZ-IZQUIERDO – E. FLORS
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Figura 1.- Distribución de hallazgos arqueológicos submarinos en la costa sur inmediata a Torre la Sal.
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ánforas procedentes de diversas partes del Imperio (Roselló, 2006). A partir de este momento, las
evidencias arqueológicas submarinas se reducen exclusivamente al área de Playetes: un cuello de
ánfora Keay LIII (Fig. 3), datado entre fines del siglo V e inicios del VII dC (Keay, 1984).
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